{Primera aproximación familiar} - {Regina&Cedric}

por **Penelope M. Sutherland** Miér Feb 12, 2014 7:45 pm

Por mucho que me encontrara manteniendo la calma, en mi interior el nerviosismo empezaba a formarme, como si de un nudo prácticamente invisible se tratara, que a pesar de ser invisible se hacía notar, como si la expectación y el deseo de que la velada de hoy fuera a ir completamente sobre ruedas me estuvieran empezando a pasar factura de forma imperceptible.

En silencio, me observé en el espejo y procuré arreglar cualquier imperfección que pudiera tanto de mi peinado como de mi vestido, quería estar lo mas presentable posible, si, era cierto que desde que había sabido la verdad me había reunido unas cuantas veces con ella y había pasado tiempo charlando, pero nunca había sido en un ámbito mas “formal” mas oficial, ésta iba a ser la primera y no quería que nada saliera mal. Me di una vuelta observando que todo estaba bien antes de esperar a que él bajara para recibirle con una sonrisa y un beso antes de abrazarme a su brazo antes de disponernos a salir en dirección al lugar en dónde se iba a realizar la cena: la casa de la alcaldesa.

Suspiré en cuando llegamos delante de la puerta y le miré antes de hacer sonar delicadamente el timbre, todo iba a ir bien, sería una noche memorable y agradable, no había nada que temer ni de lo que preocuparme solo tenía que preocuparme por disfrutar tanto de la velada como de mis seres queridos. Al fin y al cabo, él era el amor de mi vida, y ella, en los últimos tiempos y en las innumerables visitas que le había estado haciendo, había empezando a sentirme cada vez mas vinculada a ella, cada vez mas cercana.

Sabía que le pesaba el no haber estado en mi vida desde un buen comienzo, pero eso no era algo de lo que yo la culpara ni ahora ni nunca, no había sido su culpa, había sido culpa de la avaricia y ella solo había sido una víctima mas, alguien que se había visto involucrada en ello sin poder hacer nada para evitar que le arrebataran delante de sus propios ojos todo aquello que quería, algo que sabía que yo no sería capaz de soportar, que no habría sido capaz de seguir adelante de la misma manera en que ella lo había hecho.

Si, tal vez ella había elegido el camino incorrecto para hacer las cosas, pero eso ya era cosa del pasado, ahora solo cabía pensar en el presente y en que éste nos brindaba una nueva esperanza para un futuro mejor y que lo mejor era aferrarse a ella y no dejarla escapar, había que aprovecharla y dejar que esta germinara en unas bellas y esplendorosas flores el día de mañana.

por **Regina Mills** Jue Feb 13, 2014 2:32 am

Estaba nerviosa. No podía negarlo. Aquello en parte me superaba porque era algo para lo que sencillamente no podía prepararme. Me había perdido toda la vida de Penelope y ahora me iba a presentar a su marido. Lo cierto era que era difícil de asimilar de golpe. Pero había pasado por cosas mucho más complejas. Como claro ejemplo estaba mi hermana, que había aparecido de la nada, y cuyo rostro era exacto al mío, incluida la cicatriz de mi labio, por asombroso que pudiera parecer.

No sabía bien por donde empezar. Para empezar, me sentía un poco desubicada porque Mallory no iba a acompañarme, y la echaba de menos. Cada vez estábamos más unidas y me costaba más estar sin ella. Habíamos llegado a ese extraño punto en que terminábamos las frases de la otra. Jamás me había sentido tan cómoda con alguien y, muy a mi pesar, eso incluía también a Daniel, pues no habíamos tenido tiempo como para estar así de unidos.

Me pasé la mañana de un lado para otro, mientras por mi mente iban pasando cosas completamente dispares. Me preguntaba de qué hablaríamos, qué diría su marido de mí, sabiendo la fama que yo tenía aún, y que había gente que aún no se fiaba de mí.

por **Cedric Devars** Jue Feb 13, 2014 6:37 pm

Por fin llegó el día señalado. El día en el que por fin iba a conocer personalmente a Regina, la madre de mi esposa. Sabía que este día era muy importante para Penelope, y estaba dispuesto a hacer todo lo posible para que todo saliera tal y como ella deseaba, perfecto, y también para llevarme bien con Regina, ya que independientemente de lo que hubiera hecho en el pasado ahora éramos familia. Me visto de forma apropiada para la ocasión ya que no todos los días se conocía a la madre de tu esposa. Estaba bastante nervioso, pensando en la situación e intentando controlar y ocultar mis nervios sin conseguirlo.
Cuando termino de arreglarme, bajo al encuentro de mi esposa. Estaba preciosa, aunque ella siempre estaba preciosa. Le sonrío, ofreciéndole el brazo para que se apoyara en en. Suspiro suavemente.

- Bien, vámonos - Digo, aunque era más para mí que para ella, una forma de darme ánimos y calmar mis nervios.

Salimos de casa y nos dirigimos a la casa de la alcaldesa. Permanezco en silencio durante todo el camino. Al llegar, Penelope toca el timbre y mientras esperamos vuelvo a suspirar, respirando hondo. ¿Cómo sería nuestro primer contacto? Esperaba sinceramente llevarme bien con ella y deseo mentalmente no cometer ningún error de ningún tipo que pudiera estropear nuestra relación antes de empezarla.
Termino de prepararme y muestro mi mejor sonrisa, mirando la puerta.

por **Penelope M. Sutherland** Miér Abr 02, 2014 1:53 pm

Era muy consciente del nerviosismo de mi marido y de su preocupación de la misma manera que también me preocupaba a mi, el querer que todo fuera bien y las cosas fueran como era debido, le conocía lo suficiente como para saber que no era rencoroso ni tendría nada contra Regina, de la misma manera de que sabía que estaba dispuesto a hacer que las cosas fueran bien —todo irá bien —le musité intentando reconfortarle y tranquilizarle un poco— solo no le hables de la niña hasta como mínimo el postre, siempre es mejor dar un poco de tiempo para asimilar las cosas, aunque ella no lo diga, aún le cuesta asimilar que ya no está tan sola como lo estaba, que ahora tiene una familia —besé con dulzura su mejilla antes de ver cómo la puerta se abría; dejando ver tanto el gran recibidor de la casa como a mi madre.

Esbozando una ligera sonrisa me solté un momento del brazo de mi marido para acercarme con pequeños pasitos hacia dónde se encontraba ella para depositar otro beso en su mejilla— buenas noches, mamá —dije a modo de saludo antes de girarme de nuevo hacia el amor de mi vida— él es Richard, mi príncipe, aunque aquí se le conoce mas bien por el nombre de Cedric —le dediqué una dulce sonrisa antes de seguir— mi vida, ella es Regina, mi madre —era cierto que aún se me hacía algo extraño, pero también era cierto que cada vez que lo hacía me resultaba mucho mas fácil, mucho mas cómodo, también era cierto que, en el pasado, tampoco le había podido ninguna madre puesto que la que había sido mi madre, antes de que supiera la verdad, había muerto mucho antes de que yo le conociera, así que en realidad también era para mi la primera vez que me encontraba haciendo las presentaciones.

Rezando interiormente que las cosas fueran realmente bien, volví a mirar a Regina con una ligera sonrisa en los labios— ¿qué tal te ha ido el día, mamá? —pregunté intentando que, cualquier nerviosismo y miedo que pudiera tener a que la cosa fuera mal, se desvaneciera y no amenazara en absoluto el día. No podía permitirmélo, no ahora que sabía perfectamente que ella había cambiado, no cuando sabía que ya no la persona que se sentía completamente sola y que solo pensaba en la manera de vengarse, no, ahora sabía que era mas que capaz de dar lo que fuera por sus seres queridos y eso era lo que me daba la suficiente fe como para estar segura de que su cambio era mas que verdadero y, teniendo en cuenta eso, era posible un mundo en que la felicidad de todos fuera posible igual que era posible que aquellos que querían solo destruir al resto pudieran llegar a cambiar de la misma manera en que lo había hecho ella.

por **Regina Mills** Miér Abr 02, 2014 5:48 pm

Un día estás completamente sola, y al siguiente, tu familia es tan amplia que no crees que puedas volver a estarlo jamás, lo cual no es necesariamente malo. Había pasado días pensando en aquello, en cómo mi vida había cambiado tan repentinamente. Pero también en lo feliz que eso me había hecho. No lo cambiaría por nada del mundo. Y pensar en ello me había dado fuerzas para hacer aquello sin dudar. Yo había cambiado, Y era la persona que quería ser. La misma que en su día había querido huyendo de su hogar junto con su amado Daniel. Por ello abrí la puerta

_ Hola... Encantada Richard. Adelante, pasad. _ Dije, con una sonrisa conciliadora. Los conduje a ambos al comedor, donde había café y unas pastas. Maléfica me había ayudado a prepararlo todo, me estaba apoyando mucho con esto. Ella se preocupaba por mi felicidad más que nadie en el mundo. Penny fue la primera en hablar, en preguntarme sobre mi día._ Lo cierto es que últimamente hay bastante calma, los días últimamente son tranquilos. Está bien para variar. Poneos cómodos. ¿Está bien el café o puedo ofreceros algo más?

Por el momento, parecía que estaba saliendo todo bien, aunque no sabía de qué hablar, cómo abordar los temas que concernían a este curioso arreglo. No tenía miedo al futuro, pero sí a no ser lo bastante buena para Penelope, no ser lo que esperaba de mí. Aunque si lo había conseguido con Henry, probablemente pudiese repetirlo. Ahora era más sencillo.

por **Cedric Devars** Mar Abr 08, 2014 5:22 pm

Agradezco las palabras tranquilizadoras de Pen, consiguen templar mis nervios, y sonrío, convenciéndome de ello. Si, todo iría bien, no había ningún motivo para lo contrario. Escucho lo que me dice respecto a nuestra hija y asiento conforme. Lo mejor era ir poco a poco, dándonos tiempo para acostumbrarnos, y soltarle de lo nuestra hija nada más conocernos sería ir demasiado rápido. Quería encontrarla lo antes posible, pero no había que precipitar las cosas.
Se abre la puerta y me encuentro cara a cara con Regina. Era una mujer muy hermosa y autoritaria. Pen nos presenta y sonrío también.

- Lo mismo digo

Entramos. El interior de la casa era enorme y estaba amueblado con muy buen gusto. Me voy fijando discretamente admirándolo mientras nos dirijimos al comedor. Nos ofrece café.

- Para mí está bien el café, gracias

Sonrío de nuevo y los nervios se me pasan. El primer encuentro había salido bien, y si todo seguía como hasta ahora, no habría ningún problema. Nos sentamos.

- Me alegro de que nos conozcamos al fin, Pen me ha hablado mucho de ti - Digo para iniciar una conversación.

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