The past is never where you think you left it {Shadow}

Al parecer Neal se había cruzado con Regina, dado que me preguntaba por ella. Pero ya no era preocupante. Regina había cambiado, al igual que yo. Yo había causado su desgracia y no podía culparla por lo que había hecho. Aún seguía teniendo sus detractores, por supuesto, pero cada vez más personas se daban cuenta de que tenía un futuro mejor entre manos, de que no volvería a dañarnos.

_ No te preocupes por la alcaldesa. Ha aceptado que estaba equivocada, ha encontrado a su amor y ahora es feliz. Su boda se celebró hace muy poco, de hecho._ Dije mientras jugaba con mis dedos. Existía posibilidad de redención, nosotras éramos ejemplos._ La maldición ha cambiado muchas cosas. Mucha gente no se ha dado cuenta de quien es en realidad hasta que no ha sido otra persona. Y ha roto otras maldiciones más pequeñas, otros hechizos. Al romperse mucha gente ha sido más feliz que antes de que se produjese.

Y yo estaba entre esas personas. Lucrezia habría acabado en el país de las maravillas junto con Jeff, y yo estaría atascada en nuestro mundo, buscando volver con ellos. Y quizás el saber que yo estaba viva no haría más que atormentar a mi marido y empeorar su locura.

Las preguntas de Neal estaban justificadas, aunque dijese que no era así. Yo entendía bien lo que significaba estar sola en un entorno tan distinto al tuyo. Era muy parecido al choque generacional que yo había sufrido al verme en un entorno tan distinto al que yo había conocido, a pesar de encontrarme en el mismo mundo. El paso de los años era inexorable y no perdonaba, eso era algo que había tenido que aprender por mí misma. No se puede luchar contra el progreso.

_ Digamos que es una prisión de algodón. Se está cómodo pero eso no cambia que quieras salir. Como Regina y yo ahora nos llevamos bien a veces me trae alguna que otra cosa de fuera._ Le expliqué, poniéndome en pie y haciendo un movimiento con el cuello que lo hizo sonar._ No Neal, no sin judías mágicas, y no crecen por la zona. Si me disculpas, tengo que volver a casa, mis hijas estarán deseando volver a ver a su madre. Si no tienes más preguntas, es hora de irme.

Realmente quería disfrutar de aquella tarde con mi familia. Lucrezia estaba empezando a comportarse de un modo más normal y eso me alegraba. Estaba segura de que su hermana estaba siendo una buena influencia para ella, y debía vigilar que aquello se mantuviese así. De lo contrario quizás la situación se invirtiese, y eso no me apetecía en absoluto.

Al parecer Neal consideraba que había hecho suficientes preguntas, de lo cual me alegraba, pues aunque le hubiese respondido a todo sin el menor problema necesitaba tener claro que las cosas saldrían como debían y estaría en casa a tiempo. No podía consentir el dejar a Grace sin su beso de buenas noches y su cuento para antes de dormir.

_ Entonces esto es un hasta luego. Cuídate Neal._ Dije, mientras me ponía en marcha en dirección a mi hogar. No tardaría mucho a pie, a pesar de la distancia. Era otra de las muchas ventajas de mi raza. Pensar en ello me llevó a acariciar mi anillo con cierto nerviosismo. Me volví un momento para mirarlo una vez más._ Te deseo suerte.

Me volví decidida esta vez a volver a casa y eché a andar. Cuando Neal pestañeó, yo ya no me encontraba en su campo de visión. Corrí veloz, atravesando aquella ciudad que conocía y desconocía a la vez. Mi niña me estaba esperando, y no existía nada más importante para mí que eso.

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