+18[Arciria Mills] La mesa.

Se suponía que la presencia de Arciria era secreta XD. Que obseción tienes con el pen, por cierto XD

Se me entregaba. Era cómo una nívea montaña manchada de la sangre reciente de un asesinato. Algo dentro de mí se caldeó hasta un punto exhasperante, mientras mis manos empezaban a recorrer aquellos dulces contornos de su cuerpo. Acaricié el lunar con cierto descaro y cuando me pidió que me desnudase mi sonrisa se ensanchó aún más.

_ No querida, no soy una mujer tan sencilla de doblegar. ¿Deseas verme desnuda, no es cierto?_ Me coloqué a escasos centímetros de ella, rozando nuestros labios pero sin besarnos ni un solo instante._ Deseas el cuerpo con el que tanto has fantaseado, el que tantas veces al darte placer a sí misma. Si lo deseas tanto, tendrás que ser algo más complaciente.

Cuanto más se rendía a mis encantos más fácilmente podía acceder a su mente, a sus deseos. Deseos que aprovecharía para satisfacerla como nadie más había hecho. Mis amantes jamás se habían quejado, los había hecho gritar por placeres que desconocían que pudiese existir.

Empezó a creérselo, la sujeto fuerte de las caderas sin dejar de mirarla, apretó su cuerpo con sus manos, aun con la ropa puesta la gustaba palpar su cuerpo, pero sobretodo besar sus labios.
Los tocó de nuevo en delirio adorando cada centímetro de la piel de su cara, mirando sus ojos, grandes almendrados y brillantes.
Por un lado se sorprendió al escuchar todo lo que su mente había pensado ¿Sabía entonces que se había tocado soñándola?

- Soy toda suya, Alcaldesa- Cogió sus manos y dio un suave mordisco en su oreja. Hundió sus manos en su pelo abarcando su nuca, y comenzó a saborear lentamente su cuello. Con su boca se llevaba lentamente parte de su piel entre sus dientes, soltando y cogiendo a un ritmo constante, como si la comiera sin dolor, como si la carne de su cuello fuera un jugoso pastel. Sin separar sus manos, continuo con su boca, quería entretenerse, no dejarse ni una fibra de esa piel. Acaricio su melena negra y se acercó a su oído- Muchos de mis deseos son inconfensables....perversos. Pero algo me dice que no va asustarse-

Quería entrar en ella, pero no sin dejar de mirar su cuerpo, de tocarse haciéndolo. Quería hacer maldades de adolescentes, enloquecer, tocarla, tocarse y comerla.
La dedicó una mirada traviesa y se adelantó a desabrochar lentamente un lado de la cremallera de su falda.

- Ya empiezo a ser un poco Insubordinada, indisciplinada señora Alcaldesa. Pero voy a portarme bien. - Mojó sus dedos con su lengua y comenzó a acariciarse un pecho mientras la miraba de cerca.- Deseo follarte como un animal.-

¡Fuera timidez! Ely lo abandonó todo con la ropa, y se dejó divertir por la situación sobre todo se dejo disfrutar.

Se lo había ganado. Yo quería sentir su piel contra la mía, y el único modo de hacerlo era complacer su deseo. Cuando me desabrochó la falda sonreí traviesa y me llevé las manos a la chaqueta, observando como su dedo acariciaba su propio pezón. Me despojé de mi chaqueta y de mi camisa, quedando en ese sujetador y esas bragas de color negro.

_ No me importa tu insubordinación... Y tus deseos hacen que me te desee más. _ me llevé mis dedos a la boca y acaricié su otro pezón, deseosa. Pero pronto mi mano cambió de destino, descendiendo por su estómago hasta su dulce tesoro, que comencé a acariciar sobre su prenda escarlata_ Calma mi niña... no querrás precipitar las cosas... y estropearlo todo.

Mis dedos comenzaron a ascender y descender, acariciando esa dulce entrada. Mis labios se unieron a los suyos otra vez, mientras mi mano libre acariciaba mi propio pecho. Deseaba ir despacio, no como una bestia o un animal.

Ely observó con lujuria su ropa interior, la de la Alcaldesa , la que había soñado. Su cuerpo ardía tras las palabras de su jefa, que pronto la calmaba con movimientos suaves con sus dedos.
Ella , Ely , se derretía , se encharcaba de placer. Era como si se dejara mecer en su cuerpo,a un ritmo suave ,pero sensual , muy sensual. Sin querer la miró a los ojos con los labios entreabiertos , y tras sus palabras , las de ella , Ely cambió de nuevo su mirada , sus ojos se tornaron dulces , con deseo y con ese brillo característico de una persona apasionada...
Lo que más le excitaba era sus labios, besarla y en ese momento su olor, ese olor a mujer tan especial que la volvía tan loca. Involuntariamente , Ely reptaba de placer a medida que notaba los dedos de la Alcaldesa acariciándola y no pudo evitar arquear la espalda un poco hacia arriba.
Lentamente se acercó a su oído entre cortada.
- Cada vez que la veo entrar al despacho...con esa falda de tubo tan apretada- Sus manos envolvieron su nuca de nuevo mirándola a los ojos.- Sus ojos.....no puedo evitar mirarlos , y cuanto más seria se pone más me excita.- Y la beso de nuevo en la boca, como si no hubiera besado nunca , lento dulce , como si solo ese segundo era el que tenía para disfrutarlo.

Todo se tornaba dulce , la pequeña Ely obediente se dejaba llevar por un ritmo suave , sensual , profundo y a la vez apasionado con el cual las manos de su jefa la tocaban , y Ely estallaba de gusto. Se llevaba las manos a su cabello y lo alborotaba , alzaba su cuello sobre su mesa entregándole su cuerpo entero , la imagen , esa imagen de la mano de Ely acariciando su propio cuello con la cabeza y su abundante melena hacía atrás era bonita.

Ely era hermosa, y su dulzura me estaba embriagando. Pero yo no sabía ser dulce aunque lo intentase. No después de las muchas veces que había sido violada siendo tan sólo una niña. Mis dedos tiraron de la ropa interior de Ely, retirándosela de modo que mis dedos pudieran acceder directamente a su tesoro. Me llevé su prenda a la nariz y la olfateé un poco antes de hacerla desaparecer con mi magia. Con mi mano libre comencé a acariciar su trasero.

_ Te has portado muy bien, y por eso voy a ser sincera... No soy Regina._ Dije, uniendo la confesión a un sonoro azote en el trasero. La cogí por las manos y la apreté contra la mesa con mis manos._ No es agradable que no paren de mencionarme a mi hermana mientras trato de disfrutar... supongo que lo entiendes.

Mi lengua comenzó a correr traviesa por su pecho, mordiendo suavemente sus pezones cuando los encontraba. Había decidido que sería mía, pero mía, no de mi hermana, y estaba cansada de seguir con aquel juego.

Ely emitió un ligero salto ante la noticia de que no era Regina. Tratando de escuchar y concentrar sus palabras en asimilar la información , se llevó sus propios dedos a los labios tras notar como ella mordía ligeramente sus pezones. No podía pensar. Un Alarido salió de su interior , como entre cortado por el placer y lo extraño que le ocurría.
Tratando de soltar una bocanada de aire en pleno extásis , Ely alzó sus caderas aun más y susurró como pudo:
- ¿ Qué eres entonces?- Se relamió los labios y se convirtió de pronto en un juguete , la miró entornando los ojos mientras se humedecía cada vez más. Su cuerpo resbalaba con el de la nueva identidad igual a a Regina.
Le gustaba , le gustaba sentirse así , y convertir aquello en algo fuerte , obsceno . Se sentía indefensa con las manos sin poder moverlas , tan solo se comunicaba con su mirada , que ahora estaba totalmente desorientada.
Jadeó cerrando los ojos , esperando una respuesta a lo incomprensible. Pues una fuerza parecía tirar de ella... una fuerza física , su rostro al que no paraba de mirar , fuera quien fuera le gustaba. Por un lado quería oponerse a hacerlo de pronto al saber que estaba siendo engañada , pero la brutalidad con la que la sujetaba y los cachetes en el culo la terminaban por dominar.

_ Arciria... mi nombre es Arciria Mills... Soy la hermana gemela de Regina..._ susurré a su oído con erotismo, sin detener mis movimientos. Mis manos fueron sustituidas por la magia, mateniéndola sujeta mientras mis manos seguían acariciando sus delicados pechos. La había domado, definitivamente, y sonreía mientras descendía por su cuerpo dándole besos._ Cuando acabemos me aseguraré de que la olvides.

Mis labios pronto se encontraron con ese amado rincón de placer, que comencé a besar y morder ligeramente, acariciándolo con los dedos, presionando aquel botoncito de placer, que tan bien había conocido por mi propia anatomía. La miré con obscenidad, con esa mirada sucia que los años habían creado.

Desde muy pequeña, antes de lo que cualquier mujer debiera, había aprendido a dar placer a los que me lo exigían. Y había aprendido que dar placer podría poder llegar a ser casi tan satisfactorio como recibirlo.

Su voz tembló al decir su nombre... se amarró fuerte al pelo de la nueva conocida como " Arciria" y le importó bien poco el nombre a la cual se estaba follando.Por que era claramente eso, follar. Como follan los animales,pasional, tanto que una lágrima de placer se vertió por los enormes ojos de la bruja tras asimilar que no era a la Alcaldesa a quién estaba tirándose.
Le devolvió la mirada más llena de vulgaridad que podía haber en la Tierra de Storybrook y se estiró dejando caer su melena negra por el otro lado de la mesa. Entregando su cuerpo y notando el tacto de sus dedo en el clitoris.
Por dentro se empezó a hinchar , y a emanar calor , un calor fuerte , abrió las piernas totalmente dejándose y metida en una sumisión que Arciria podría hacer lo que quisiera con ella , que lo haría.
Desconocía que Regina tuviera una gemela, no le molestó saberlo , es más comprendió que estar nombrandola podría distraer a Arciria.
La magia la retorcía provocando movimientos obscenos , se llevó un dedo a la boca y lo chupó sin dejar de mirarla.
- Encantada de conocerla , Arciria , soy tuya-
Y lo era , extendió después de decir eso todo su cuerpo , alzando sus caderas y moviendolas al ritmo que la magia , la de Arciria la poseía. Ahora era capaz de todo.
Ely , tenía los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas , y podía ver la imagen de Arciria también frente al espejo... una vez más se perdía mirando sus labios y su cara , la volvía loca.
Entró en un trance sexual , en el que comenzó a suspirar por la destreza de Aciria , su sutileza y la perfeción con la que su boca se llevaba su sexo , por su aliento y su lengua , pero sobretodo sus labios.
No quería culminar y derramarse , ahora la miraba de nuevo y quería amarla , amar su cuerpo , oler esa ropa interior de encaje que tan loca la estaba poniendo , tocar su pelo oscuro y mirarla a los ojos.

- Dejame amarte un poco-

Quería hacérselo depié con pasión pero despacio deteniéndose en cada lunar de su piel , en cada marca... en cada textura de su interior.

Cuando era bruja , bruja de verdad , en tiempos de antaño , Ely podía leer y ver el futuro y el pasado de una persona. Con Regina no lo había intentado , por que intentar entrar en su mente era agotador, pero con Arciria deseaba saberlo , de momento intuía más ambición en sus actos , y algo más que supo al acariciarla el pelo.
Había un dolor que notó tras cubrir su nuca con los dedos, un dolor intenso que parecía tener que ver con la desmesurada fortaleza que tenía para devorar el sexo de Ely. Entonces simplemente comenzó acariciarla mientras gemía de placer al notarla. Sus dedos se hundían en su pelo a medida que Arciria se perdía en el clítoris y jugaba con el y emitió un suspiro.

Cuando me dijo que era mía yo me separé un momento de mi tarea y lancé una risa de poder al verla tan sometida. Mis dedos siguieron con su trabajo, asegurándome de mantenerla al borde del orgasmo, sin dejarla alcanzarlo. Me detenía, y esperaba, para luego volver a atacar su precioso cuerpo. Estaba en un éxtasis total, pues el verla tan sometida me enloquecía.

Me pidió que la dejase tomar partido, ante lo que sonreí. Sabía que podía dejarla tomar el mando, que ella no destrozaría mis entrañas como otros habían hecho antes que ella. La tomé por los hombros y nos intercambié, notando la mesa bajo mi cuerpo. La encontré fría, pero no dije nada, porque el calor que yo estaba sintiendo lo contrarestó en apenas unos segundos.

_ Entonces ámame, ámame como nadie lo ha hecho jamás._ Susurré, pues bien cierto era que nadie me había dado cariño durante mi vida. La rodeé con los brazos y volví a los cálidos besos en sus labios. Ely sabría cómo complacerme, estaba bien segura de ello, lo sentía en cada fibra de mi ser._ Consigue que no te olvide.

Ely alzó la pierna de Arcicia sobre su hombro y comenzó a besar sus tobillos lentamente, mientras sus manos acariciaban sus gemelos y sus piernas. Había conseguido endulzarla pero sin dejar atrás esa pasión que la evocaba. No uso más magia que la de sus dedos, que se perdían en sus muslos, sin perder de vista sus ojos. La acarició con sus labios como si fuese una joya preciada, pero sin abandonar la excitación de sus respiración. La había llegado más que la Alcaldeesa. Su manera de pedirla amor. Y la empezó a amar perdida en su vientre y bajando con caricias a su sexo, comenzó a lamer despacio de arriba a bajo como si se tratase de un caramelo que debe aguantar.
Suavemente puso sus caderas sobre las de ella, depie con el cuerpo de Arciria sobre saliendo para notarla más cerca. La sujeto de las caderas moviéndose despacio, mostrando sus curvas y regalándole su pecho .Ahondaba con su sexo contra el de ella despacio, como una serpiente, pero si dejar de mirarla.
Acarició su rostro recordando esas palabras, a ella nadie le había dado cariño, ni amor. Así que hizo algo que le salio de dentro. Ely alzo a Arciria con sus dos brazos, in dejar de tener el contacto con ella, la abrazó y meció su cuerpo aun sentado en la mesa. Acarició su pelo y noto el contacto de su piel que la estremeció.
- Yo te amo así…- Le susurró al oído mientras le daba besos por el cuello y acariciaba su rostro- Cuando quieras, cuando me lo pidas- Sujeto su cabeza sin dejar de mirarla y devoró su cicatriz , se entretuvo bastante rato en sus labios , bajo hasta sus pechos y la miró.

- Quiero beberte- Ely se puso de rodillas y puso su cabeza a la altura de los muslos de Arciria , y comenzó a darles pequeños mordiscos.

De modo que aquello era a lo que llamaban hacer el amor. Durante mi vida había practicado el sexo muchas veces, pero nadie había sido así de gentil conmigo, tan complaciente. Y eso me derritió por completo. Me dejé caer sobre mesa, dejándome manipular, dejándome hacer, pues por primera vez podía confiar, por primera vez, sabía que no me haría daño.

_ Pues ámame... ámame siempre..._ susurré, sintiendo como sus manos acariciaban mi piel, mi cabello. Estaba realmente excitada, pero también me sentía querida, amada. Y hubiese llorado de felicidad, de no ser porque yo no era capaz de hacer tal cosa, no desde hace mucho tiempo._ Y yo te corresponderé.

Ella empezó a jugar con mi cuerpo, y yo a gemir sin tapujos, mordiéndome el labio cuando no me besaba, acariciando yo su cabello esta vez. La quería, la amaba, y estaba al mismo tiempo desbordada por esas emociones nuevas. Emociones a las que se sumaba ese placer cada vez más creciente, que me instaba a moverme a su ritmo, a besar sus labios y su pecho, a morder sus pechos, a saborear su piel, mientras ella me complacía.

Ely Blair sintió un escalofrío por la espalda que le recorría desde el final de su espalda hasta la cabeza , bebió limpiando lentamente la entrepierna de Aricria , y y se llevó los dedos a sus labios al escuchar el deseo de su nueva amante. Sumida en un orgasmo susuró su nombre " Arciria".
Suspiró mientras sentía los labios calientes de la gemela de Regina, y la abrazó como si le llevara la vida en ello. Ely no había tenido tiempo de amar. Había vivido temerosa en el bosque y jamás nadie se había interesado por ella excepto cuando murió. Para ella hacer el amor era poseer a la gente , no conocía en realidad ese verbo en realidad. Tras temblarle las piernas al terminar en un orgasmo sin dejar de besar sus labios , Ely se incorporó un poco sujetando a Arciria con una mano.

No sabía lo que le pasaba pero no quería despegarse de ella. La miró a los ojos y casi costándole comezó a hablar , mientras acariciaba su cara.

- Eres preciosa....- Besó de nuevo sus labios- No quiero separarme de tu cuerpo.-

Podía ver de nuevo en su mente algo diferente a la Alcaldesa para la que trabajaba. Podía ver que en el fondo Arciria había sido muy receptiva a la sensibilidad de Ely , y eso le gustaba. Muchas personas pensarían que después de el sexo era imposible enamorarse, pues a Ely le estaba ocurriendo que al menos se sentía demasiado a gusto en sus brazos.