Investigando con Henry (Henry Mills) Terminado

Por fin había sonado el timbre del colegio. Metí mis cosas en la mochila lo más rápido que pude para salir, cerré la mochila y me la puse en la espalda mientras corría a la salida. Allí estaba ya Henry esperándome:
-Ya estoy aquí. Gracias por esperarme... Muchas gracias por ser mi amigo- le dije conteniendo el aliento estaba tan emocionada por nuestro plan que había salido corriendo de clase. Pero se lo dije con mucha ilusión.

Antes de ir a casa de Henry debíamos ir a la oficina del Sheriff, allí le pediría a mamá que me dejara ir a casa de mi nuevo amigo. Caminemos juntos, hasta llegar a la oficina del Sheriff. Allí estaba mi mamá trabajando, al entrar ella se acerco a nosotros. Después de pedirle que me dejase ir a casa de Henry me dejo con una condición, que me portara bien y no diese guerra a la alcaldesa Mills.

Fuí junto a Henry:
-Ya podemos ir- le dije con una gran sonrisa. No sabía donde estaba la casa de Henry así que me deje guiar por el.- ¿estará Regina en casa?- le pregunte ya que quizás estuviese trabajando en el ayuntamiento o igual estaba en casa. De todas formas seguiríamos el plan. Seguí a Henry con mucha ilusión cada ciudadano que veía por la calle me lo imaginaba como un personaje de cuento.

Esperaba en la puerta del colegio algo impaciente, no sabía si vendría o al final había decidido echarse a tras. Pero entonces la vi venir hacia mi y con emoción me hablo y yo le dedique una sonrisa tan emocionado como ella.
-No es nada, gracias por creerme y querer ser mi amiga tu tambien. Vamos.-Comencé a caminar en dirección a la comisaría y de ahí nos fuimos a mi casa. Ella me siguió.
-No, mi madre no estará en casa, se supone que estará en su despacho hasta tarde, pero si se entera que estas aquí puede que venga antes.-Le dije para que no se sorprendiese si nos encontrábamos con ella, pensando que no estaba.-Buscaremos en el piso de abajo y si oímos la puerta fingiremos que jugamos ¿Vale?-Ya estábamos llegando.
Me acerqué a la puerta y la abrí sin necesidad de llave, nadie se atrevería a entrar en casa de Regina cuando ella no está. -Bueno, esta es mi casa, pasa. Voy a dejar las cosas en mi cuarto y empezaremos por el salón.-Subí por las escaleras, esperando que ella me siguiera, por si quería dejar sus cosas también allí y después comenzar la investigación.

La casa de Henry era impresionante, se notaba que la alcaldesa era una mujer importante. Henry me fue explicando el plan, investigariamos en la primera planta pero si oiamos algún ruido finjiriamos jugar. El plan me gustaba mucho, sería divertido y quizas econtrasemos algo que delatase a la malvada bruja. Ibamos a comenzar por el salón, pero antes iba a dejar sus cosas en su habitación. Le seguí para dejar mi mochila en su habitación. Era un alivio saber que su madre tardaría en venir ya que estaba trabajando en su oficina. Aunque no me importaba nada enfrentarme a nadie, educadamente claro. No quería ocasionar problemas a mi nueva mamá. Amy se había portado muy bien conmigo. Al subir a su habitación me impresiono lo bonita que era:
-Tienes una casa y una habitación muy bonitas. Voy a coger mi muñeca de la mochila para seguir nuestro plan- le dije mientras abria la mochila y sacaba la muñeca de trapo. Dejemos nuestras cosas y bajemos a la primera planta.

Al bajar se me ocurrio una pregunta que podría ser interesante:
-¿No sabras donde suele estar más Regina?, quizas tenga una habitación secreta- le dije emocionada con la muñeca en mis brazos. Tenía ganas de empezar a investigar, podriamos encontrar alguna prueba y enseñarsela a la mamá de Henry, Emma.

Estaba entusiasmado. Después de dejar las cosas en mi cuarto y de coger algún juguete para disimular si Regina aparecía, bajamos al primer piso y comenzamos la búsqueda, entonces a Zelda se le ocurrió una genial idea. ¡Eso era! una habitación secreta. Yo no pasaba mucho tiempo con mi madre adoptiva, cuando los dos estábamos en casa, yo solía encerrarme en mi cuarto y escaparme tirando la cuerda de sábanas que había hecho, para ir a ver a mi madre de verdad. Así que si queríamos encontrar un cuarto secreto o algo así, tendríamos que buscar.
-La verdad es que paso el menor tiempo posible con ella, no se donde va cuando esta en casa, yo siempre estoy en el segundo piso, pero... podemos buscar algún tipo de mecanismo que abra una puerta secreto o algo así.-No se me ocurría nada más, pero entonces una idea me pasó por la mente.
Las llaves de Regina.
No podía ir con aquel manojo de llaves siempre encima, aunque puede que lo tuviese en el despacho, merecía la pena buscarlo. -Mi madre tiene un manojo de llaves, con todas las llaves del pueblo. Si lo encontramos, podemos ver si hay alguna que no encaje en ninguna casa de la ciudad y buscaremos la cerradura en la que encaje... es otra idea.-Aun que, pensé que era una buenísima idea, ella tenía razón en buscar primero algún pasadizo secreto, te todas formas las llaves no tenían por que estar en casa.
La mire con una sonrisa, dispuesto a comenzar la búsqueda.-Bien, este es el salón, ¿Porqué no miramos en esa estantería?-Sugerí mientras me acercaba a ella.

Bajemos con algunos juguetes al piso de abajo. Era muy divertido, eramos como pequeños detectives. Detectives de cuentos, se podría decir ya que nuestra sospechosa era la alcaldesa, la malvada bruja de Blancanieves. Seguí a Henry hacia el salón mientras le contaba la idea que se me habia ocurrido. Me alegro ver que le gustaba, entonces el dio dos opciones muy buenas que aprove asintiendo:
-Es una idea maravillosa, seguro que el pasadizo secreto se abre con algún mecanismo escondido en algún libro o algún cuadro. Y las llaves podrían estar escondidas en un jarron o un cajon- le comente mientras dejaba mi muñeca de trapo sobre la mesita del salón.

Entonces se acerco a mi y me propuso que mirasemos en la estantería.
-Me parece bien, me parece que vamos a ser un gran equipo -le dije sonriendo mientras ponia mi mano para que la chocase. Me sentia util pudiendo ayudar a Henry en aquella misión. Mientras revisaba la parte de la estantería que tenía más cerca, me vino una pregunta a la cabeza:
-Entonces ¿nadie de aqui recuerda, quienes eran verdad?, pero ¿y si vienen de fuera?, quizas podrían ayudarnos, ¿no?-le pregunte mientras abria un libro, era un album de fotos de la alcaldesa. El pensar que era una bruja malvada, aquella mirada fría . Siempre había pensado que era debíado a que tenía que mantener el orden en el pueblo. Pero ahora su mirada me daba algo de miedo, quien sabía que planeaba. Deje el album de fotos en seguida. Quizás encontrásemos algún libro hueco.

En el salon ya, después de chocar los cinco con mi nueva amiga y buscando entre las cosas de mi madre, pensé que quizá desde que averigüe lo de los cuentos, tal vez ella había ocultado todo lo que pudiese darme la razón y lo había hecho lejos de nuestra casa, este pensamiento me hizo flaquear un poco, pero entonces ella me pregunto si la gente que venía de fuera recordaría algo y lo pensé por un momento antes de contestar. Era una muy buena pregunta a la que no tenía una respuesta facil y sencilla, pero, aun así le contesté.
-Depende de cuando hayan salido del mundo de los cuentos y de si cuando llegaron aquí lo recordaban. Emma no recuerda nada por que era muy pequeña, así que no se si eso tiene relación, de todas formas, tampoco se como funciona el hechizo del todo, tal vez cuando vienes de fuera, al entrar en la ciudad y atravesar el limite, tus recuerdos se borran, pero no puedo estar seguro, yo salí y volví y no olvide nada.-Esperaba no haber sonado demasiado perdido, o no haberme explicado muy mal. Después de todo no tenía todas las respuestas.
Vi como Zelda colocaba un album de nuevo en su suitio y al hacerlo, algo en la solapa brilló. Me acerqué a ella y cogí el mismo libro diciendo. -Espera, creo que has encontrado algo.-Solo era un album con mis fotos de bebé, pero en la ultima pagina había una esquina suelta y cuando tiré un poco de ella, encontré otra foto.-Mira, aquí hay algo.-
En esa foto no salía yo, pero si Regina, estaba diferente, su vestido parecía algo extraño, era la primera vez que la veía con uno, sonreía y parecía feliz, parecía otra persona. Mire a mi acompañante algo anonadado y después volví a mirar la foto. Regina estaba mucho mas joven y eso quería decir que esa foto no era de este mundo, esa foto había sido hecha en el mundo de los cuentos.

Henry me explico lo que sabía sobre la gente de los cuentos que venían de fuera, el echo de haber salido a cierta edad les hacia recordar o no cada detalle. Su madre al parecer era muy pequeña por lo tanto no recordaba nada sobre el mundo mágico. Le escuche asintiendo.
-No te preocupes, ya veras como investigaremos y descubriremos más sobre la maldición.

Al sacar el libro de fotos y no ver nada fuera de lo normal lo volví a dejar en su lugar. Pero al parecer Henry vio algo que no me había dado cuenta. Oí como lo sacaba de nuevo y del interior descubrió una foto de la alcaldesa, en la foto estaba diferente, se la veía cambiada:
-Has encontrado la primera prueba- le dije emocionada- Seguro que es ella en el mundo mágico ya que el paisaje y la ropa no parecen propias de Storybrooke. Yo nunca la he visto vistiendo ropa así, ¿y tu henry?-le pregunte, aunque me imaginaba que no. Eso hacía que nuestra teoría de que fuera del mundo mágico cobrase más vida.-Se la tenemos que enseñar a tu mamá-le dije refiriéndome a Emma, quizás ella nos tomase más enserio al ver la foto o puede que no. Abrí un cajón en busca de las llaves, hay era donde de normal se guardaban las llaves. Mi mamá las guardaba hay, pero igual era un lugar muy evidente para unas tan importantes. Mire el cajón con interés.

Spoiler:

Negué con la cabeza ante su pregunta, yo jamas había visto a Regina así vestida, ni tenía otra foto a la vista en un paisaje similar. Cogí la foto y la guardé en un bolsillo, mientras veía como ella buscaba en los cajones, entonces contesté.
-De acuerdo, se la enseñaremos a mi madre, pero ahora tenemos que seguir buscando antes de que vuelva Regina y con ella se vaya la oportunidad de buscar nada más.me giré y seguí buscando, entonces recordé algo.-Mi madre es muy detallista, recuerda dejar todo lo que toques tal y como estaba, si no estaremos en un buen lío.-Justo cuando terminé de decir esto, escuche un ruido en la parte de atrás de la casa y me volví para llamar la atención de Zelda y que me siguiese hasta la ventana. -He oido algo, vamos a ver.-Desde allí vi a mi madrastra, que venía hacia nosotros.-Vamos, sigueme.-
Me alejé de la ventana y corrí a cerrar el cajón para después, coger los juguetes y tirar de Zelda hacia el jardín, donde seríamos menos sospechosos.-Espero que no se de cuenta de nada.

Spoiler:

La investigación estaba saliendo bastante bien ya que ya teníamos una prueba, al preguntarle a Henry si le había visto con esas ropas antes me lo negó. Esa era una buena señal ya que si él no le había visto con aquel aspecto, seguramente sería una prueba de que andábamos cerca de obtener más pruebas y averiguar la verdad acerca de la madrastra de Blancanieves. Al imaginarme a la señorita Blanchard vestida de princesa pudiendo recordar quien era me motive para buscar en uno de los cajones. Henry me aconsejo que dejara todo como estaba.
-No te preocupes, voy a intentar dejarlo todo como esta- le dije con una sonrisa ya que no queríamos que la malvada bruja notara que estábamos buscando. Aunque como somos niños en el caso de que nos pillase podríamos poner una carita y decir que estábamos buscando chuches. Mientras estaba embelesada mirando el interior del cajón, Henry me aviso de que había escuchado un ruido. Deje de mirar el interior del cajón para centrarme en lo que me decía mi amigo.
-Ahora voy.- le dije mientras le seguía, desde la ventana pudimos ver que regresaba a casa la alcaldesa. Henry no dudo en correr a cerrar el cajón y a por nuestros juguetes. Le ayude con mucho cariño a cogerlos, una vez los tuvimos me cogió de la mano para ir al jardín, de ese modo podríamos disimular.
-Todo ira bien-le dije con ternura, dándole esperanzas, cosa que seguro que nos saldría bien.

Una vez estuvimos en el jardín pusimos los juguetes sobre el césped, simulando jugar cogí la muñeca y la ocarina simulando que la muñeca tocaba aquel instrumento
músical. De vez en cuando lanzaba miradas furtivas por si veía a la alcaldesa acercarse.
-Y ahora el recital que todos esperabamos-dije simulando ser la presentadora de un show, como si presentase la actuación musical de la muñeca

Todo estaba saliendo bien, teníamos una pista y estábamos pasando desapercibido. Mi madrastra parecía no percatarse de nuestra presencia. Aun así, mi acompañante me dio ánimos, cosa que agradecí, pues con Regina uno no sabía nunca, muy bien, a que atenerse.
Comenzamos a jugar, Zelda era toda una pequeña actriz, presento a su muñeca ante mis juguetes para un recital, sonreí ante su astucia y le seguí la corriente, mirando de vez en cuando a la casa.
Mientras comenzábamos a jugar y ella hablaba del concierto que iba a ofrecerme, en un tono en el que, quien quisiese pudiera escuchar, yo susurré.
-No dejes de hablar fuerte y escúchame.-Miré hacia las ventanas de la casa, en ninguna había nadie.-Ese árbol de ahí es su manzano favorito, no se como lo hace, pero da frutos todo el año.-Volví a echar un vistazo y nada, ni rastro de la alcaldesa.-Quizá en el podamos encontrar algo que nos sea útil... no se, tal vez algo de magia... ¿que tal si jugamos a su alrededor, para que mientras uno de los dos disimula, el otro busca con cuidado?-Dije entusiasmado, si nos encontraba jugando al rededor del árbol se encadaría, pero como nunca había traído a nadie a casa, podría excusarme, le diría que quería impresionarla o algo así.-¿Qué te parece la idea?-Después de preguntar, cogí mi muñeco y simulé que aplaudía.
De momento todo había salido bien, pero yo no las tenía todas conmigo. Regina era muy perspicaz y detallista, aun no estaba seguro de que se tragase mi historia, pero Zelda era mi as en la manga. Jamas había llevado a nadie a casa, podría decirle que se me ha pasado, que ya no creo en la maldición porque ahora tengo una amiga, después de todo eso era lo que ella quería que todos creyesen, que me escudaba en la maldición para no sentirme tan solo y la verdad era que ya no lo estaba, tenía a Emma y ahora a Zelda y a las dos las había conocido gracias a la maldición.

Era divertido el hecho de simular que jugábamos, ya que aunque sería para maniobra de distracción me lo estaba pasando en grande con mi nuevo amigo. El era todo un héroe, sabía actuar como tal. Aquello me hizo sentir nostalgia de algo, quizás serian recuerdos o sentimientos de mi pasado en mi cuento. Debería decírselo a Henry, pero se lo contaría más adelante ya que por el momento la misión de maniobra de distracción era lo mejor. Mientras emulábamos que jugábamos, Henry me contó el plan mientras me susurraba yo seguía con la presentación del concierto para los muñecos de Henry y los míos. Pero mientras escuchaba con atención las palabras de Henry, el plan me parecía genial. Entonces le susurre mientras hacia que bailaba la muñeca de trapo para el muñeco de Henry:
-Me parece un plan formidable, es una idea maravillosa, yo jugare a que era un hada tocando música alrededor del árbol y mientras puedes investigarlo-le susurre con ilusión.

Me fije en el manzano, era el más hermoso que había visto. Pero a la vez me preguntaba si sus frutos serían venenosos o ella debía de envenenarlos después. Sea lo que fuese no pensaba comer ninguna manzana por si acaso. Henry tenía unas ideas geniales, estaba orgullosa de tener un amigo tan bueno y simpático como el ademas era muy inteligente. Seguro que Emma estaría orgullosa de el, siempre que los había visto me enternecía lo bien que se les veía juntos. Deje la muñeca de trapo en el suelo y simulaba que volaba con la ocarina y mientras hablaba en voz alta:
-Ha llegado el día de la cosecha, hay que bendecir el lugar con la magia de las hadas- mientras los decía jugaba a que revoloteaba dando círculos por el árbol, después seguí dando vueltas por alrededor del árbol mientras tocaba una canción con la ocarina.

Zelda me siguió el juego y mientras ella bailaba al rededor yo me senté sobre el e inspeccioné su alrededor, parecía que todo era normal, pero ¿Cómo podía ser normal que tuviese fruto todo el año? Me distraje un segundo viendo a mi nueva amiga bailar y cantar al rededor de árbol, parecía feliz y contenta y pensar que ahora eramos amigos y que su felicidad era en parte gracias a mi me hizo distraerme mirándola y sonreír.
seguí inspeccionando pero nada fue lo que encontré.
me levanté y miré de reojo la ventana, mi madrastra estaba allí mirándonos, al principio su cara demostraba algo de inquietud y desconfianza, así que hice como si no la hubiese visto susurre a Zelda. -Nos esta espiando, no puedo seguir buscando en su árbol sin que sospeche.-Cogí nuestros muñecos y simulé que la seguía un poco, después volví a sentarme con los juguetes mientras ella seguía cantando con su ocarina.
Entonces sin saber bien por que comencé a reír y reír, sin duda y a pesar de el motivo de nuestros juegos, me estaba divirtiendo, lo estaba pasando bien y me dí cuenta que Regina nos miraba aunque ahora su expresión era otra, más relajada y feliz.
-Deberíamos seguir jugando y dejar la búsqueda para otro día, parece que Regina no va a dejar de mirarnos.-le dije hablando bajo, y seguí jugando con mi muñeco ofreciéndole su muñeca a ella.

Spoiler:

Era divertido investigar el tema de la maldición, pero lo que más me gustaba era el haber encontrado un amigo de verdad. Junto Henry lo pasaba de maravilla ya que era muy buena persona y me lo pasaba en grande con él. Mientras el estaba investigando el árbol de aquellas manzanas tan bonitas, y o fingía que bailaba y cantaba para que la cosecha de manzanas sería buena. Estaba metida de lleno en el papel, cuando el susurro de Henry me saco de mis pensamientos...
La alcaldesa Mills nos estaba observando al parecer, Henry cogió nuestros juguetes y se unió a mi baile.
-No te preocupes, no nos descubrirá- le susurre mientras bailaba. Entonces nos sentemos mientras daba un recital de ocarina en señal de la fiesta de la cosecha ficticia. No podía dejar de mirar furtivamente de vez en cuando hacía donde estaba Regina. Aquella mirada era la de toda una reina, sin dudarlo, una malvada. Mi amigo se puso a reír, aquella risa me la contagio y de lo que me reia me caí y todo en el césped. Me lo estaba pasando en grande con aquello, era divertido encontrar un amigo y era cierto quien tiene un amigo tiene un tesoro. Él me dijo de dejar la investigación por hoy y seguir jugando ya que Regina, aunque nos miraba diferente, no nos quitaba la vista de encima. Le sonreí con cariño mientras cogía mi muñeca que me la ofrecía:
-Sera lo mejor, de todas formas me lo estoy pasando en grande, eres un buen amigo- le dije besándole la mejilla con cariño. Entonces le mire con ternura y seguí jugando con el con los juguetes que teníamos.

Spoiler:

Zelda estaba de acuerdo conmigo, no era seguro seguir y ella también se estaba divirtiendo. me pareció genial.
Tenía una amiga con la que jugar, eso era extraordinario, por un momento me pareció bien olvidarme de la maldición, después de todo, no iba a romperla en aquel momento y un poco de diversión no hace daño a nadie. Pero antes de centrarme del todo en el juego comenté:
-Seguiremos investigando otro día, el que tu quieres, solo tenemos que escoger bien las horas y tendré que mirar bien la agenda de mi madrastra para que no nos vuelva a pasar... ¿Te gustaría venir conmigo cuando vaya a enseñarle la foto a mi madre?-Estaba emocionado y algo sonrojado, antes de decir todo esto, ella me había dado un beso en la mejilla y había dicho que lo pasaba bien, quizá fue eso lo que me impulso a invitarla a nuestro lugar secreto y a conocer a Emma conmigo.
De todas formar fuese cual fuese su respuesta, por hoy ya había sido suficiente y habíamos encontrado algo así que estaba más que satisfecho con los avances de la investigación.
Sonreí y me puse a jugar con los muñecos, como debería hacer un niño de mi edad, dejando a un lado, de momento, la maldición y todo lo que ella conllevaba, permitiéndome ser un niño, ya que la actitud de Regina y el miedo que infundía a todos había dificultado que pudiese tener amigos y que me creyesen un loco tampoco ayudó.
Mi nueva amiga parecía feliz y yo me permitiría, por un rato, ser un niño feliz y normal con ella.

Spoiler:

Henry me dijo que podríamos seguir con la investigación otro día, en algún momento que se madrastra no nos vigilase. Me pregunto sí quería ir con el cuando le mostrara su foto a su madre. Para mí era un honor acompañarle y conocer a su madre, seguro que era como una heroina de cuento. Había oido hablar de su madre, por la mía ya que mi madre Amy era la ayudante del sheriff. Le mire con cariño y le dije con ternura:
-Sera un placer acompañarte en esta misión, descubriremos todo y ayudaremos a la gente de este pueblo.

Entonces nos pusimos a jugar un rato, la aventura de hoy era divertida, a diferencia de otras veces cuando me inventaba mis aventuras con el oscuro y luego las plasmaba en el libro que me habian regalado las madres, esta vez no. Esto era un secreto y no se lo contaría a nadie, ni siquiera a mi madre. Era divertido jugar con Henry, pero al cabo de un rato empezo a darme algo de hambre. Mire el reloj que me habia regalado mi mamá y pude ver que se acercaba la hora de cenar, empezaba a oscurecer.
-Me parece que me voy a tener que ir ya a casa, pero que sepas que me he divertido mucho.
Cogí los juguetes con ayuda de mi amigo Henry y subimos a su habitación, para coger mi mochila. Una vez la cogí, empece a guardar mis cosas dentro. Pero saque una hijita de un cuaderno de dibujos yanote con un boli de purpurina azul mi número de telefono:
-Toma, Henry este es el número de telefono de mi casa. Si necesitas cualquier cosa no dudes en llamarme.-dicho esto le abrace antes de volver a casa.-¡Hasta pronto!

De camino a casa, pensaba en planes para poder ayudar a mi nuevo amigo. Aunque en parte estaba preocupada por si la alcaldesa le reñia.





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