Lo que una puede llegar a descubrir {Regina y Graham}

La persona que había tocado podría ofrecerle la fórmula de la eterna juventud y Regina no la hubiese perdonado, entre otras cosas porque su maldición la hacía inmortal. Sus pensamientos se centraron en Henry y afortunadamente Graham captó el mensaje que ella pensaba mandar antes de que articulara ningún sonido. El cazador tenía buenos instintos, eso no podía negarse, desde luego. Regina asintió al comentario de Graham, sin hablar para evitar ser escuchados por Henry. En cualquier caso tenía que abrir, para que la persona que había tocado no se encontrase con Graham y sospechase. La alcaldesa descendió las escaleras, y no pudo ahogar una mueca de reproche cuando al otro lado de la puerta encontró a una de las dos únicas personas que no la divertiría ver de todo el pueblo.

_ Señorita Swan. No quisiera ser grosera, pero quisiera recordarle la hora que es._ Regina trató de relajarse, a fin de cuentas era mejor no comenzar a discutir o sus gritos despertarían a Henry y terminaría perdiendo horas de sueño, por eso su tono sonó escaso y su deje malintencionado no se notó tanto como para ser llamativo. La alcaldesa se cruzó de brazos y se apoyó en el marco de la puerta, no parecía tener intención de dejarla pasar._ ¿Qué la trae por mi hogar a estas horas?

Regina no se sentía capacitada para mantener ese tono medianamente amable, por lo que esperaba acabar con ello cuanto antes. Si pudiese haría empalar a esa mujer y exhibirla como antaño, pero lo cierto es que estaba bastante limitada en ese aspecto y aquello era un lujo que no podía permitirse, lo que hacía que echase en parte de menos su vida pasada.

¿Por qué se quedaba? Se suponía que tenía que haberse ido en lugar de montar ese teatro barato. Estaba comprometiendo el secreto de su relación y eso sólo podía traer consecuencias nefastas. Pero no podía mostrar gesto alguno con respecto a aquello, no delante de Emma desde luego. A diferencia de Graham ella por supuesto sí contaba con cinismo de sobra como para saludarlo con naturalidad después de lo que había pasado, ventajas de tener el corazón tan oscuro como ella lo tenía.

_ Sheriff. ¿Ha ocurrido algo que deba saber?_ Preguntó, pero él contestó a esa pregunta con la suya, demostrado que había ido para comprobar si ocurría algo. Más valía que Graham no la fastidiase, porque su corazón aún estaba a riesgo de ser destruido con un gesto de la alcaldesa. Regina, por su parte, prefirió centrarse en Emma, que era lo lógico si pensaba que no debía nada al Sherriff_ Agradezco el gesto, señorita Swan, y tenga por seguro que Henry sabrá que nos ha traído esto.

No quería continuar aquella conversación que calificar de incómodo sería generoso, pero no podía cerrar la puerta sin más porque sería sospechoso. En su mirada se notaba que aceptaba la rama de olivo a Regañadientes, pero eso podía ser por muchos motivos, entre otros que no quería hacer daño a Henry, lo cual era cierto, pero tampoco deseaba que estuviese con esa mujer.