A la salida del colegio. (Laine)

Ser profesora a veces era un trabajo agotador para ella, pero realmente reconfortante. Saber que los niños aprendían gracias a ella era encantador. No entendía por qué pero una chica llamaba particularmente su atención. No sabía por qué, pero no podía quitarse a la encantadora Paige de la cabeza. Y ella no quería ser la típica profesora que tiene un alumno favorito, tenía que tener un trato igualitario para todos.

Y luego estaba Jefferson. A él tampoco podía quitárselo de la cabeza. Se había enamorado de él como una colegiala desde la primera conversación. ¿Qué diablos le estaba pasando al mundo? Parecía incluso que alguien la estuviese persiguiendo para atormentarla con esos pensamientos, y ahora no encontraba las llaves del coche. ¿Dónde las habría metido? Ah, junto a las de casa claro. Las sacó y se dispuso a abrir cuando se tropezó con alguien.

_ Oh, disculpe señorita._ dijo, para comprobar con horror que uno de los bolígrafos que llevaba en el bolsillo de la chaqueta se había estallado, manchando por completo su blusa nueva. ¿Se podía tener peor suerte? Porque lo cierto es que estaba empezando a pensar que no._ ¿No la habré manchado verdad?

Andaba distraída, observando los pájaros que anidaban en los árboles que rodeaban el colegio de Storybrooke.
Con mi cámara al cuello, me quedé parada en los aparcamientos, esperando el momento exacto para sacar la mejor fotografía. No tardé mucho en verlo. Una pareja de azulillos se acurrucaba bajo las hojas de un imponente rododendro. Que imagen tan hermosa. Observar el amor me hacía sentir vacía, hacía crecer un sentimiento de inseguridad infinita en mi interior, con la seguridad de haber conocido el amor y haberlo perdido, aunque fuese realmente imposible.

Y allí estaba yo, cámara en ristre, fotografiando a la pareja de aves, cuando alguien tropezó conmigo.
Era una chica, un poco mayor que yo, aunque no creo que mucho más. Se disculpó y me preguntó si me había manchado. Ella lucía una mancha de tinta enorme en su camisa, y observé que mi manga también se había manchado.
-Tranquila, no es nada. ¿Sabe? Lo mejor que puede hacer para sacar esa mancha es dejar la camisa en un cubo con leche un buen rato. Cuando vea que la leche ya no es blanca, la camisa estará como nueva. Aunque creo que no haré eso con mi chaqueta, me gusta la mancha, le da personalidad. Ya estoy divagando, lo siento. Me llamo Laine. ¿Y usted?

La joven se había manchado la manga, pero no parecía realmente preocupada por ello, lo cual agradeció. Y cuando dijo que eso le daba personalidad a la chaqueta no pudo evitar reír. Tomaría en cuenta lo de la leche, pues salvo cocinar, todas las tareas del hogar se le daban bastante mal. Y seguro que Zandramas se pondría echa una furia. Y no me apetecía nada volver a verla enfadada, pues era bastante desagradable.

_ Tendré el consejo en cuenta, tenlo por seguro. ¿Es usted fotógrafa?_ le dijo con una sonrisa en los labios, al ver la cámara que llevaba en las manos. No se consideraba muy fotogénica la verdad, y lo cierto es que no le gustaba el exceso de luz del flash. Sentía como si la quemase, aunque por supuesto eso era una tontería_ Oh, claro. Soy Shadow, Shadow Shayker.

Le gustaba su nombre, que sonaba musical y agradable al oído. Una sombra, sin embargo. ¿Por qué su madre escogería llamarla así? Resultaba extraño en cualquier caso, y sin embargo la agradaba sobremanera, y no se veía llamada de otra manera. Ser una sombra no tenía porque ser malo, en ella terminaba la oscuridad y comenzaba la luz.

Tenía una forma de reír que me agradó. No tenía muchas amigas en el pueblo, y mi subconsciente ya estaba trajinando para hacerme pensar que aquella joven podría llegar a ser mi amiga. Pero en seguida deseché aquel pensamiento de mi cabeza.
Me preguntó por mi profesión, pero yo seguía tan enfrascada en aquella lucha interna que tardé bastante en reaccionar.
-¿Eh? ¡Ah! Sí, sí. Soy fotógrafa artística, pero también he trabajado como freelance para el periódico, aunque sólo una o dos veces.

Intenté sonreír y que no pareciese forzado, ya que en realidad, aquella joven me parecía muy agradable. Y con un nombre bastante inusual.
-¿Shadow? Vaya, la primera vez que escucho que alguien se llame así. Es... eh... muy original. Yo en realidad me llamo Elaine, pero de niña no sabía pronunciarlo bien, así que me quedé como Laine. Gorman, Laine Gorman, que me faltaba.

¿Sonaba demasiado nerviosa? A mi parecer sí. ¿Y si estaba metiendo la pata con Shadow?

-¿Trabajas aquí? ¿Eres maestra?

"Pues claro, tonta. ¿Cómo si no iba a tener su coche en el aparcamiento de profesores? Hay que ver que clase de preguntas tan tontas se te ocurren.", mi subconsciente, siempre tan agradable.

Parecía una chica encantadora. La fotografía artística era un trabajo bonito, un arte como otro cualquiera. Las artes eran, con mucho, algo respetable y sincero. Ella no podía evitar sentirse maravillada muchas veces observando los cuadros que pintaban los artistas, especialmente aquellos de tonos rojizos. La sangre le producía una sutil excitación que le costaba bastante entender.

_ Es un nombre con el que llamarías a un gato y no una persona, tranquila, ya lo sé._ Le dijo, sin darle importancia. Sabía que su nombre era raro o, usando las palabras que ella creía mejores, especial. Pues la diferencia entre una cosa y otra era para muchos inexistente, pero en realidad importaba, y mucho._ Sí, soy maestra. Un oficio duro pero gratificante.

Expresó una sonrisa y a su mente acudió otra vez la imagen de aquella alumna. No quería convertirla en su predilecta y sin embargo no podía pensar en abrazarla. Pero eso no importaba ahora. Estaba con aquella mujer, y tenían una conversación bastante agradable, a pesar de la mancha de tinta de su blusa. Quizás tuviese alguien con quien hablar a parte de sus hermanas por una vez.

Aquella chica me hacía sentir muy a gusto. Parecía muy joven, pero muy decidida de que su oficio era lo que le gustaba. En ese sentido era como yo, mi vida no tendría sentido si no pudiese plasmar la belleza de la vida en mis fotografías.

No pude evitar distraerme de mi conversación con Shadow al ver pasar por allí a aquel joven de pelo castaño rojizo de la tienda fotográfica. Había algo en él que me hacía sentir como si me hubiesen arrebatado un trozo de mi alma. Aquello hizo crecer en mí un nudo que apretaba mi débil corazón, y las lágrimas anegaran mis ojos.
Sin apenas darme cuenta, estaba sentada en el suelo, a los pies de Shadow, tapándome la cara con las manos.
-¿No has sentido últimamente que te falta algo? ¿Se ha creado en ti una extraña sensación de melancolía cuando te fijas en determinada persona? Yo no paro de sentirlo desde que le vi por primera vez. Siento como que me falta una parte de mi propio ser, algo que me hacer sentir vacía e incompleta.

No sabía por qué le soltaba aquella confesión a una persona a la que acababa de conocer, pero es que estaba segura de que era muy difícil que mis padres me comprendiesen. Ni siquiera mi "casi hermano" Andrew había sabido contestarme. No tenía a nadie a quién acudir. Me había, completa e irremediablemente, derrumbado.

En la mente de Shadow sonó una rotura de cristales y luego un martillo dando en el clavo. Laine no podía haber sido más certera con los sentimientos que ella misma estaba sintiendo desde que conoció a Jefferson. Sin saber por qué su mano fue hasta el sombrero que le había regalado ese hombre en el que no dejaba de pensar y se lo quitó unos instantes para observarlo.

_ Yo también me siento así... desde que conocí a cierto chico. Creo que me he quedado... bastante pillada por él._ dijo, sin dejar de mirar el sombrero que tenía entre las manos. Luego se lo volvió a colocar en la cabeza y se centró en el anillo que tenía colgaba de su cuello. No sabía el motivo, pero también le hacía pensar en él._ El chico que me regaló este sombrero... no me lo puedo quitar de la cabeza. Es como una obsesión malsana.

Se rió, casi amargamente. Era extraño lo rápido que se había quedado atontada con él. Y para colmo ella era una romántica incontrolable y se montaba grandes historias en la cabeza cuando lo más probable es que Jefferson ni siquiera la encontrase atractiva. Había quedado con él para ir a ver su colección de sombreros, pero aún no había sido capaz de ir.

Aquellas palabras me hicieron ver que no estaba sola en aquella situación. Shadow sentía lo mismo que yo sentía por el chico casi pelirrojo de la tienda de fotos por otro chico. Me levanté y miré fijamente la tienda. Quería avanzar, correr hacia él y hacerle saber que había algo dentro de mí que le llamaba a gritos, que reclamaba su presencia. Pero si hacía eso me pondría una orden de alejamiento.
Noté que Shadow estaba pensativa.
-¿Ocurre algo, Shadow?

No quería que pareciese que quería con ella una confianza que sabía que en diez minutos era imposible de alcanzar. Pero ella me hacía sentir como una persona normal, como una chica capaz de tener amigas.

¿Que sí ocurría algo? Esa pregunta se quedaba muy corta para reflejar lo que realmente ocurría. Ocurría que estaba enamorada de alguien con quien tan sólo había compartido una conversación y que le había regalado un sombrero. Y vaya sombrero más bonito. Podría pasarse las horas muertas mirándolo, acariciándolo con sus manos. Era tan suave, tan aterciopelado. Lo había hecho el mismo, con sus manos. Se lo pasó por el rostro y sintió una agradable sensación, casi como si no fuese la primera vez.

_ Es que cuando me habló sentí algo en mi interior que nunca antes había sentido. Quise ser suya, quise besarlo antes incluso de saber su nombre._ Se sinceró. Recordaba el incidente de la tienda de sombreros, rememoraba una y otra vez aquel momento y no dejaba de querer volver a repetirlo, volver a verlo. Volver a escuchar su voz. Deseaba besarle, deseaba que le susurrase cosas al oído. ¿Qué diablos le pasaba?_ Es una locura... nunca antes me había sentido así, tan pronto.

Era como si despertara algo que ya estaba allí. Como si fuese un amigo de la infancia al que llevase tiempo sin ver y al reconocerlo se diese cuenta de que estaba enamorada, pero ella nunca antes había visto a Jefferson, estaba segura. Y sin embargo por un instante pensó que la forma en que él se comportaba denotaba que sí que él la conocía. Pero aquello no tenía sentido.

Tan pronto... aquello me hizo pensar. ¿Cuántas veces había hablado con él? ¿Dos? ¿Tres? Y ya sentía una punzada en el corazón cuando lo veía. Shadow tenía razón. También era la primera vez para mí. Y tampoco sabía su nombre. Empezaba por J pero no sabía si era James o John o vete a saber tú cómo.

-No quiero ser cotilla, pero, ¿hace mucho que conoces a esa persona? Yo hace apenas una semanas, y he hablado con él dos veces. Ni siquiera sé su nombre.

no quería que Shadow pensase de mí, nada equivocado. No quería que nadie pensase de mí algo equivocado. Pero a lo mejor ella podía ayudarme a acercarme a ese chico, preguntarle su nombre, intentar que se fijase en mí, pero eso no podía ser suficiente para que él sintiese lo mismo por mí. Eso era prácticamente imposible. Sólo a mí se me ocurría crear una fijación con alguien a quien no conocía, pero seguía pensando que había algo que me hacía sentir que ya lo conocía de algo, quizá del colegio o, como decían algunos psíquicos, de otra vida.

¿Cuánto conocía a Jefferson? Apenas habían compartido una conversación, y sin embargo ya sentía que quería estar a su lado como una colegiala enamorada. Aunque lo cierto es que no le sobraban muchos años para serlo. Dieciocho años, hacía apenas un par había terminado sus estudios y se había convertido en profesora. Aunque ella siempre había sido una chica bastante modosita y románticona, no podía evitarlo. Y ahora con Jefferson le pasaba lo mismo. No, no era lo mismo, era distinto, más especial.

_ Tan sólo hace un par de días que le conozco. Pero por más que lo intento no puedo quitármelo de la cabeza. Es como si ya le hubiese visto antes, pero no pudiese recordar donde ni cuando..._ Era gracioso, a él no podía quitárselo de la cabeza ni a su sombrero tampoco. Es que lo cierto es que era muy cómodo, agradable y cálido._ Siento que algo me empuja a estar con él... al menos una vez más.

Y así haría cuando fuese a su casa de nuevo para ver su colección. Aunque ya no estaba segura de que ese fuese realmente el motivo por el que quería visitarlo. Quizás lo que quería era verlo a él. Quizás necesitaba estar a su lado otra vez y se engañaba a sí misma, aunque por supuesto deseaba ver aquella colección de sombreros tan imponente. No sabía que pensar.

- La verdad, no sé qué hacer para acercarme a él. Estoy con esa sensación que tú tienes de no poder quitármelo de la cabeza. Pero no sé cómo actuar cuando estoy cerca de él: si voy a su tienda intento que no sea él quién me atienda y esa clase de cosas. Estoy muy confundida, Shadow. Y perdona si esta conversación está tocando temas muy íntimos, pero eres la primera persona que comprende lo que estoy sintiendo ahora mismo y me es imposible callarlo ahora.

"Menuda confesión, Lainie", me dije a mí misma, "acabas de conocer a esta chica y sólo falta que le enseñes las fotos de tu primer baño". Aquel pensamiento me hizo sonreír para mis adentros, mientras mis manos no paraban de toquetear la tapa de la lente de mi cámara, cosa que ya era para mí como un acto reflejo.
Algo me decía que se me iba a hacer tarde para algo, pero no podía recordar el qué. Consulté la hora en mi teléfono y deseché la idea de haber quedado con alguien o tener algún tipo de plan.

- Perdona si te he hecho retrasarte, se ve que ibas a coger el coche y yo te he entretenido.

Me detuve a observar la nueva decoración de mi chaqueta y algo me hizo pensar que aquel momento aleatorio con una persona aleatoria me había hecho abrir los ojos. Porque para mí ya nada parecía aleatorio, casi como si algo (o alguien) quisiese que conociese a Shadow o hablase con el chico de la tienda de fotografía. ¿Se alineaban los astros para mí? ¿O era más bien algo multitudinario?

Casi podía describirse a sí misma con lo que ella contaba. ¿Había habido algo cósmico que las había hecho encontrarse? ¿Acaso se habían alineado los planetas? La verdad es que mucho no le importaba, estaba hablando con alguien que la comprendía y eso hacía que el tiempo careciese de significado.Mucho distaba ella de saber hasta que punto sus destinos podían haberse cruzado.

_ No recuerdo exactamente quien, pero alguien me dijo una vez que el amor verdadero era algo por lo que merecía la pena luchar. Si le quieres ve a por él._ Se sorprendió a sí misma al decir aquello, casi notó una descarga eléctrica que no venía a cuento, pero estaba segura de sus palabras, aunque no sabía de donde venían._ Si no lo intentas nunca sabrás que habría podido pasar.

De repente se sintió fuerte, quería ir a buscar a Jefferson, ir a su casa y darle un beso en los labios, lo demás no importaba. Pero algo que no tenía intención de hacer era dejar a Laine allí sola e irse sin darle un motivo. Aunque ella se lo estaba dando, aquello era casi perfecto.

_ Lo cierto es que mis hermanas se estarán preguntando donde estoy.

En aquel momento me sentí cómo si hubiese hecho que Shadow tuviese problemas por mi culpa.
- Oh, no. Lo siento mucho. No quiero que tengas problemas con ellas, de verdad. Siento haberte entretenido, Shadow.
Ya estaba hablando más de la cuenta. No quería que ella se fuese con una mala impresión de mí, así que esperé a que fuese ella quien diese el primer paso para marcharse.
-Por cierto, Shadow. Gracias por hacerme sentir que no estoy sola con estos sentimientos. Ha significado mucho para mí, ahora no creo que esté loca...
Me colgué el bolso y esperé junto a los bancos del aparcamiento, sin saber si salir corriendo de aquella situación tan incómoda para mí. Desde allí lograba ver la tienda de fotografía, y al chico que me gustaba poniendo un poco el culo en pompa para sacar una foto de carnet a una niña. Aquello me hizo reír. Sonreí pensando en que tenía intención de cruzar la calle y hablar con él, de superar mi timidez e intentar comenzar una especie de relación con aquel chico, en el supuesto de que yo le gustase.
Andrew paseaba por allí justo en aquel momento con su nueva novia, Felicia, y aquello también me hizo sonreir, ya que parecían la mar de felices. En aquel momento sentí un poco de envidia, mientras los saludaba con la mano.
La verdad era que había aprendido mucho en aquel rato con Shadow. A parte de saber que mis sentimientos no eran diferentes, me llevaba una mancha de tinta que me recordaría siempre que ella me había hecho sentir mejor.

Tenía que irse, tenía que conocer en profundidad a aquel hombre y dejar de ser una cobarde. No podía pasarse la vida preguntándose que habría pasado si hubiese tenido el valor de decirle que le quería. Por lo que sabía él no tenía pareja. Y ella quería serlo, costase lo que costase. Quería besar sus labios, devorarlos como si no hubiese mañana, no podía dejar de pensar en ello. Y aunque quería seguir hablando con Laine, aquello era más importante.

_ Pues la verdad lamento tener que irme, pero ha sido un placer Laine._ Dijo, dándole dos besos en las mejillas, en un gesto muy casual. Esperaba que fueran amigas, pues normalmente se sentía muy sola y dejada al no compartir demasiado con sus hermanas. Quizás debería ir a ver a Ruby a Grannys e invitarla a un café. Lo cierto es que hacía tiempo que no veía a su amiga._ Nos veremos otro día, de acuerdo.

Shadow se subió al coche y se despidió con la mano antes de arrancar. Se sentía impulsada por algo en su interior, no entendía el qué. Y algo la obligó a mirar el anillo que le colgaba del cuello y besarlo. No sabía por qué, pero por qué había hecho eso y nunca lo sabría, pero eso le hizo tomar la decisión definitivamente y arrancar el coche.

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