{#}Escapando de las clases para la misión cobra. (Emma K. Swan mami *O*)

Las clases eran entretenidas, pero tenía muchos motivos y buenos para tener que escaparme a mi lugar secreto y contactar con Emma para hablarle de las nuevas cosas que surgía para la misión cobra. Ahora que David había despertado tal vez podríamos hacerle recordar de cuando estaba en el reino encantado quien era, pues ya estaba bastante harto de que me consideraran un loco que solo mentía para llamar la atención de los demás y todo era mentira, me dolía que se pensase eso de cuando era todo lo que salía por mi boca era real, la única que parecía creerme era mi verdadera madre, Emma. Ahora que era la sheriff podíamos tener las cosas más fáciles en cuanto a la hora de investigar. Sonó el timbre de descanso del recreo y cogí mi mochila y salí corriendo hacia la verja trasera, donde comencé a escalarla y saltar para escapar de la escuela, más tarde volvería para que mi madre Regina, no se extrañase ni se enterase de lo que hacíamos Emma y yo.

Corrí cuanto podía hacia el lugar en el que me sentía mejor, seguro, libre y tranquilo para poder pensar, el único lugar que solo compartía con Emma. Me senté en el castillo y de mi mochila saqué un walkie talkie. Sabía que Emma se iba a enfadar de que me hubiera saltado las clases pero era lo necesario para que no nos descubrieran en nuestra misión. -Emma, ¿estás ahí? soy yo Henry, es hora de continuar con la misión cobra. Te espero en nuestro lugar secreto.-se lo dije así pues no podía arriesgarme a que estuviera sola o acompañada en la comisaría, ahora me tocaba esperar.

Aquella mañana me había tocado patrullar a mi, pues Graham me había pedido porfavor que le cambiara el turno, acepte, pues por la mañana no tenía nada que hacer. A las 11.30, estaba patrullando las calles cuando de pronto una voz de niño sonaba des del Walki talki, aquella voz, me resultaba tan familiar, ya que era de mi pequeño retoño... Pero no entendía que hacía citandome para su misión, bueno ahora nuestra, cuando debería estar en el colegio... Sin pensarmelo ni una vez cogí el Walki y le dije:-Si Henry estoy aquí, no te muevas, voy para allí chico-Le espeté, ¿Pero como se le ocurría faltar a clase?, Pensaba mientras conducía con cierta rápidez hasta la playa.

Una vez ya había llegado aparqué el coche y salí de allí a toda prisa, dirigiéndome hacía la zona donde se encontraba el castillo de madera y allí estaba Henry, sentado con el libro de cuentos, ladee la cabeza para borrar una sonrisa dulce de mi rostro... intentando parecer sería, pues no me gustaba nada que hubiera faltado a clase, pero ya había enviado un mensaje a Mary Margaret para que no se preocupara.

Me planté delante suyo, con los brazos cruzados, no había excusa que valiera por haber faltado a clase:-Henry...¿Tus clases...?-Dije en tono serio

Escuché como Emma decía que ya venía hacia aquí, tenía que hablarle de tantas cosas que no sabía ni por donde iba a empezar. Mis pies colgaban en el aire mientras los movía debido al aburrimiento que acechaba en aquella espera que no fue demasiado larga, pues pronto vi aparecer a Emma, estaba muy seria y yo sabía el por qué, pero es que necesitaba hablar con ella sobre la misión cobra, y cuanto antes mejor que mejor. La miré con una mirada de cachorrito antes de darle una buena explicación.

-Verás Emma, como ya sabrás, no le gusta nada a mi "madre" que estés por aquí merodeando y menos si estás cerca conmigo, pero si nos mantenemos alejados no podemos continuar con la operación cobra, es por ello que me he visto en la obligación de saltarme unas cuantas clases de Mary Margaret, sé que estará preocupada pero también sé que no se lo dirá a Regina.-dije mientras le sonreía amablemente.

Rebusqué entre las hojas de mi cuento la parte en que se contaba la historia de Blancanieves, había conseguido averiguar quien era el misterioso señor Nolan. -El señor Nolan Emma, es el príncipe encantador, el marido de Blancanieves, ha estado en coma porque todavía no le había afectado la maldición, pero ahora que ha despertado le pasa como a los demás, ya no se acuerda de nada de su otra vida, lo cual es algo que debemos solucionar pronto Emma, no debemos dejar que Regina se salga con la suya, sé que puedo contar contigo.-le dije feliz de estar con ella y su apoyo.

Estaba pensando preocupado, pasando una vez y otra vez las mismas páginas, Emma me preguntó qué era lo siguiente que debíamos de hacer, pero eso era algo realmente difícil para mí, yo solo era un niño, y no me iban a creer si me plantaba en frente del señor Nolan y de Mary Margaret y les dijese: Hola, sois Blancanieves y el príncipe encantador. Eso así sonaba ridículo, pero era la única verdad que había allí presente.

-Emma, lo primero que debemos hacer es tratar de hablar con el señor Nolan y de lo que recuerde de su estado de coma, qué es lo último que le pasó o en donde estaba, tal vez si tienes esa respuesta, sea un principio por donde podamos ir.-le dije mientras sacaba de mi mochila un par de chocolatinas y una soda de vainilla.

Le tendí una de las chocolatinas a Emma, la verdad es que teníamos muchas cosas de las que preocuparnos en estos momentos y muchas más cosas de hacer, pues no sabía qué podíamos hacer para romper la maldición. Recordé la tarde en la que Regina me llevó a la cafetería de Grannys y me dio que qué ocurría si ella era realmente aquella reina malvada. Me quedé en silencio durante un rato, pensando en como decírselo a Emma.
Decidí ser directo. -Al menos el otro día conseguí que teóricamente se pusiese en el papel de la reina malvada, me dijo que qué ocurría si de verdad ella lo fuera, eso para mí es como una primera confesión, pero bueno, ¿qué sabes sobre los sentimientos de Mary Margaret hacia el señor Nolan?-pregunté curioso.