Reencuentros, pero sólo para algunos.

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Tenía ya muchos sombreros en casa, pero parecía que una y otra vez se veía arrastrada a comprar más. Pero no le preocupaba, puede que ella tuviese más de 20 sombreros, pero sabía de mujeres que debían tener unos 100 pares de zapatos sólo para los jueves. La alcaldesa debía tener miles de ellos. Un sombrero más no le haría daño. ¿Verdad? Sus manos jugaban ahora con el sombrero que llevaba puesto, pero casi se olvidó de él cuando sus ojos captaron algo.

El sombrero más fantástico que había visto en su vida. Nunca, en todo lo que tenía de memoria, había visto un sombrero como aquel, que casi parecía ¿Mágico era la palabra que buscaba?. Se quedó tan fascinada que tropezó y casi se da de bruces, produciendo un intenso estrépito. Estrépito que llamó la atención de todos los presentes, incluido aquel que llevaba el sombrero.

_ ¡Mi anillo!_ Exclamó llevándose la mano al cuello. Pero el anillo se había salido del colgante y había acabado deslizándose hacia los pies del sombrerero. Shadow lo buscaba desesperada, casi como si su vida dependiese de ello, con la vista clavada en el suelo_ ¿Alguien ha visto un anillo?

No tienen ni punto de comparación, sin duda, con los sombreros que hago yo. Claro, toda una vida y varios años encerrado en el pais de las maravillas, haciendo y haciendo y haciendo sombreros, es lo que tiene, acabas haciendote un experto del tema. Desde bombines, tocados, gorras, cofias, akubras, bicornios, boonies, canotiers, monteras, de campana, de cloche, pero sobre todo, de los sombreros de copa.
La Reina Roja de había mandado hacer cientos de miles de millones de sombreros, para ella como para sus cortesanos, y me consideraba un experto, pero de todos modos, a veces bajaba a la tienda de sombreros del pueblo para ver que clase de sompreros se vendian, pero por desgracia, la gente del pueblo no era muy dada a llevar sompreros.

Hoy, porque me ha dado la gana y así me he despertado, me he puesto mi viejo sombrero de copa, aquel que no usaba desde hace años. Observo dentro de la tienda todos los sombreros que tiene expuestos hasta que una voz femenina me distrae de mis pensamientos. Me giro, observando como una mujer se lleva la mano al cuello buscando...
Pero mi cerebro deja de funcionar en ese momento, se desconecta, y me quedo en blanco, tanto mentalmente como de todas las maneras posibles. Noto como si se me ha parado el corazón, como si se me hubiese evaporado toda la sangre del cuerpo, lívido. Como si hubiera visto un fantasma, y en realidad, así es. Un fantasma del pasado. Algo que me ha jugado una mala pasada. Niego con la cabeza varias veces, como si quisiera borrar ese mal pensamiento de mi cabeza hasta que vuelvo a mirarla. Sin duda, es ella. No es un recuerdo que mi mente enfermiza y desquiciada ha creado para alegrarme el dia. Está aquí.
-Anzu... se me escapa solo, no he podido contenerme. Me agacho a su lado, buscando el anillo tambien pero deteniendome a mirarla más de cerca. Sí... Sí.. no puede ser otra... es ella... Pero... ¿Cómo? Si.. estaba... estaba muerta.... Murió... ¿Acaso el hechizo reivió....? No... no puede ser.. debe haber un error..

Shadow no encontraba el anillo por ninguna parte. Sintió una frustración extrema. Había llevado ese anillo desde que tenía uso de razón. No recordaba quién se lo había dado y sin embargo no se veía sin él. Sintió que por fin alguien la ayudaba a buscarlo. Y fue entonces cuando lo vio, tirado en el suelo junto a un sombrero que encontró francamente feo. Lo recogió y se lo volvió a colocar en el colgante que llevaba en el cuello, ignorante de que era el anillo con el que en su día se comprometió con el hombre que la había ayudado a buscarlo.

_ Muchas gracias por ayudarme señor. Si lo pierdo no sé que habría sido de mí._ dijo con sinceridad. Se apartó el cabello pelirrojo de la cara y se volvió a poner el sombrero sobre la cabeza. Y lo peor es que aún no se quitaba de la cabeza el sombrero que llevaba su acompañante._ Soy Shadow, Shadow Shayker.

Extendió la mano amigablemente, en un gesto de presentación universal. Probablemente no era lo que él esperaría, pero ella no podía saberlo. Había tenido sueños de su pasado, pero en ninguno estaba él, pues sólo recordaba momentos turbios y dolorosos, de esos que la vampiresa había causado. La sirvienta de maléfica había eclipsado a la esposa del sombrerero loco en tales sueños.

El susto que me pego es épico. La observo sin parpadear siquiera, esperando que en cuanto parpadee, ella se esfume como el sueño que pienso que es. Reconozco el anillo que encuentra pocos segundos despues, porque me veo incapaz de moverme para ayudarla a encontrarlo. Me veo privado de mis movimientos, de mis pensamientos...

El anillo que se cuelga al cuello es el mismo que usé, tantos años atras, para declararle mi amor y convertirnos formalmente en un matrimonio. Pero... ¿Realmente?
Casi tengo que cerrar la boca porque creo que se me ha quedado abierta de la impresión.

-Yo.. no... no ha sido nada no... me pongo en pie, quitandome un poco el polvo de las rodillas y observando el sombrero que se pone en la cabeza. Sus ojos miran el mio. Era su sombrero favorito. Siempre decía que me sentaba genial, de hecho, me lo ponía siempre por ella. ¿Se acuerda de mi? ¿Por eso mira tanto el sombrero?

Pero cuando vuelve a hablar y escucho su nombre, llego a la conclusión de que no, no sabe quien soy, de que ella tambien es víctima de la maldición de la que son todos presos y no se acuerda de nada.
Extrecho su mano, notando una descarga electrica en cuanto su piel blancquecina roza la mia. La misma sensación que antes, el mismo olor, el mismo tono...
Ya no hay duda de que es ella... No hay confusión alguna.
-Shadow.... repito su nombre como un bobo y vuelvo a negar con la cabeza, tratando de pensar algo coherente. -Yo.. soy.. soy Jefferson.... Jefferson Novotny... es.. un placer.. estrecho su mano levemente, girandola e inclinandome un poco, rozando sus nudillos con mis labios en un leve beso.

Shadow no entiende que le pasa al hombre, parece un tanto torpe y descentrado. Y es que la mira con unos ojos que dan la sensación de que quiera comérsela con mirada. Shadow decide pasarlo por alto, pues a fin de cuentas ella se ha quedado embobada mirando su sombrero, y quizás aquello tuviese algo que ver. Le resulta familiar, pero no sabe por qué, y eso la inquieta.

_ Jefferson... bonito nombre._ dijo, con una sonrisa. Cuando le cogió la mano sonrió, pero cuando le besó los nudillos su cuerpo reaccionó estremeciéndose. ¿Qué diablos pasaba? Aquello no era normal, y sin embargo lo sentía como algo que debía pasar, como una reacción normal en su cuerpo. ¿Tendría esto que ver con la vampiresa que había en sus sueños?_ Es que me quedé fascinada mirando tu sombrero y me tropecé. Casi parece... mágico.

Shadow negó un momento, aquella afirmación parecía producto de una loca. ¿Qué iba a pensar Jefferson sobre ella? Lo que le faltaba era empezar a expandir el rumor de que estaba loca entre la gente, cuando ella misma tenía miedo de acabar en el manicomio. No, era mejor callarse en el uso de esas palabras.

Esbozo una sonrisa, tratando de centrarme en ese momento tan extraño. Tendría que ir a preguntarle a Regina por esto, por su hechizo, por como mi mujer, muerta años atras, estaba vivita y coleando ahora. Su voz era tan suave, tan dulce y tan aterciopelada como la recordaba. Un canto suave, un deleite para mis oidos que nunca me cansaba de escuchar... y que no me cansaría de escuchar ahora.
El color de su cabello, tan vivo como el mismo fuego me seguia fascinando y cautivando aún. Era Anzu, mi maraillosa y perfecta Anzu. Pero al igual que Grace, ya no lo eran... En su mente eran otras personas, totalmente diferentes que no recordaban nada.... Y que no recordasen quienes eran... que no me recordasen a mi, nuestra familia, era un sentimiento de lo más doloroso....

Sus ojos son tan curiosos como antaño, y miran con fascinación mi sombrero, que alude como mágico. Si realmente la magia funcionase aquí otro gallo cantaría... No sé porque lo hago, pero suelto su mano y la llevo a mi sombrero, sacandomelo y haciendo una leve reverencia un tanto pomposa tal vez, tendiendole segundos más tarde el sombrero.
-Si tanto te gusta... puedes quedartelo... - digo casi sin darme cuenta. Sé que es su favorito, siempre, de todos los que tenía, aquel era el que más le había gustado.. y si aquí, en este mundo donde ella tampoco me recuerda, ese sombrero le gusta tanto como antes, merece la pena dárselo. Quizás eso le ayude a recordar algo... Quizas el sombrero sea la solución... la llave a la puerta de sus recuerdos... Sé que estan ahi dentros, ocultos bajo una capa oscura producto del hechizo. -No acepto una negativa, por favor, quédatelo si tanto te gusta... tengo muchos en casa..

Cuando Jefferson le ofreció el sombrero poco faltó para que se desmayase. No podía ser, sencillamente no podía ser. Era demasiado maravilloso. ¿Por qué le daba un objeto como aquel si es que acababan de conocerse? Él debía saber algo que a Shadow se le escapaba. Miró el sombrero, lo quería, mucho más que al resto de los que tenía en casa.

_ No podría..._ Empezó, pero él le dijo que no aceptaría una negativa. Y si tantas ganas tenía dárselo ella no podría decirle que no. Además, era un sombrero tan bonito. ¿Realmente tendría muchos más tan maravillosos como aquel? Le costaba creerlo, la idea era demasiado maravillosa. Finalmente se atrevió a cogerlo y le miró._ Si realmente tienes tantos, tienes que enseñármelos, me cuesta creer que hayan más como este.

Se desprendió de su anterior sombrero, que ahora le parecía mundanal y corrientucho en comparación con el que le habían obsequiado. Se colocó el nuevo sobre la cabeza, notando un cosquilleo especial, era suave y mucho más cómodo que el resto de su colección al completo. Sentía que podría llevarlo puesto siempre.

_ Me siento mal por quedármelo sin darte nada a cambio.

-No te preocupes.. no necesito que me des nada a cambio del sombrero... es... te queda genial.... Como hecho a medida.. trago saliva, mirandola con el sombrero. Pese a que aquel sombrero lo habia hecho para mi siempre lo había compartido con ella, y tenia la esperanza de poder haberle hecho un somprero para ella tan bonito como aquel y regalarselo, pero por desgracia, la muerte la arrebató de nuestro lado y la perdimos... Pero ahora.. quizas ahora tuviera otra oportunidad... Ella no me recuerda pero quizas este sombrero me haya dado la oportunidad para reconquistarla... Si me amó una vez podría amarme de nuevo...

Asiento varias veces con la cabeza, quizás demasiado insistente. -Claro... puedo enseñartelos cuando quieras, sin ningún problema... Me dedico a hacerlos pero no... suelo venderlos.. para mi los sombreros eran algo en lo que ponía demasiado. Me he pasado todos estos años haciendo cientos, pero ninguno de los sombreros funcionaba, nada, no habia manera de volver al bosque encantado.

Sé que tampoco puedo decirle a Shadow quien es. No puedo decirle que en realidad se llama Anzu, que es mi esposa y que tiene una hija, tambien aqui, que no nos reconoce. Porque me tomará por loco... Aunque bueno, en realidad, lo estoy... Pero esa no es la cuestión.
-Algún día que tenga libre puede venir si quiere... vivo a las afueras del pueblo... En realidad vine a comprar telas... me quedé sin seda negra.. añado, pero en realidad, la seda negra es lo que menos me importa ahora. Ahora mismo, en mi cabeza, solo está ella.

Sí, lo cierto es que parecía hecho a medida. Sus palabras lo halagaron e hicieron que sus mejillas tomasen algo de color por un momento. No sabía el motivo, pero se encontraba muy a gusto con ese hombre. Y su invitación para ver sus sombreros no caería en saco roto. Lo estaba pasando muy bien, y tenía un sombrero nuevo que no pensaba quitarse salvo para bañarse.

_ Si fuese por mí podría verlos ahora mismo._ dijo, cuando un sonido la interrumpió, la alarma del móvil. ¿Era esa hora ya? El tiempo había pasado muy rápido. Debía apresurarse si quería llegar a tiempo al colegio_ Oh vaya, no podrá ser ahora. Tengo que ir a dar una clase. ¿Puede ser mañana? Me hace mucha ilusión, de veras.

Le sonrió y le dio un beso en la mejilla sin saber bien por qué, como llevada por instinto. Algo confusa, se despidió del dueño del negocio y se disculpó por el follón que había montado. Dicho esto salió corriendo, ya que no podía permitirse llegar tarde a clase.

-La invitación es para cuando quieras.. simplemente dimelo.. le comento con una gran sonrisa. Entonces comenta de que hoy no tiene tiempo, que tiene que ir a dar una clase. Dato a apuntar, es profesora... Tengo que averiguar más cosas sobre ella... Más cosas sobre ella en este mundo, por supuesto.... ¿Estará casara? ¿Tendrá hijos..?

Sé que es profesora, y que le gustan los sombreros, y que lleva mi anillo de compromiso... pero... ¿Qué más?
Necesito... ansío, deseo saber más cosas... Otra persona a la que espiar a traves del telescopio. Jeff, eres un voyeur.. me dice una vocecita en mi cabeza. Para nada, no espío a la gente, solo a mis seres queridos, que hasta ahora, era Grace, nada más... ¡Grace!
La miro con los ojos muy abiertos ¡Debe conocerla! Si es profesora del colegio de Storibrooke.... Allí estudia Grace... ¿Y si es su profesora?

Puede verla todos los días y no reconocerla...
Cuando quiero darme cuenta, ella ya ha salido corriendo. No me ha dado tiempo a despedirme. Solo me queda de ella el olor de su perfume en el aire, la calidez de la sensación que han dejado sus labios en mi mejilla... el roce de su piel, que despierta en mi interior setimientos que nunca murieron.
Y caigo en que no le he dado mi dirección, solo le he dicho que vivía a las afueras.... ¿Cómo sabrá donde vivo? La veo alejarse corriendo por la calle, con mi sombrero en su cabeza y su pelo pelirrojo dejando una estela tras su paso.