Where's my son? (Emma) [Terminado]

Demasiado silencio. Hay demasiado silencio y no lo soporto. Todo esto me recuerda a la fortaleza oscura, que me llenaba con su soledad y me hacía hervir el alma. a no estoy allí, y aquí tengo algo que debería cubrir aquello que dejo atrás. ¿Dónde está Henry? Ya es tarde y debería haber regresado. ¿Estará otra vez con esa mujer infernal? Algo en mi interior me dice que sí. Y eso no podría soportarlo.

Esa mujer que debilita mi hechizo, que quiere robarme a mi pequeño. Le lanzo todo cuanto tengo, y sin embargo sigue ahí impasible, esperando a recibir mi siguiente movimiento para contrarrestarlo. Deseo acabar con su vida, pero en este mundo matar no es algo que se pueda hacer a la ligera. A pesar de mi poder, ahora soy alcaldesa y no reina, y mi palabra ya no es ley, no directamente al menos. Cómo me gustaría simplemente mandarla a ejecutar y acabar con ese problema.

Escucho el timbre. Ha de ser Henry, por supuesto. Voy a tener que hablar seriamente con él sobre sus horas de llegada, y sobre el hecho de que haya olvidado sus llaves de nuevo. Recorro el pasillo y me acerco a la puerta, con estudiada calma. Abro la puerta y me esfuerzo para que mi rostro exprese una sonrisa conciliadora en lugar de la mueca de desagrado que en realidad quisiera dedicarle.

_ Buenas tardes, señorita Swan. ¿Qué la trae por aquí?

Un arranque de ira ciega era con lo que la recibía la joven. Impetuosa y desafiante. Aunque le desagradase, tenía que admitir que Henry había heredado esas cualidades. Pero si le pagaba del mismo modo le daría lo que quería, por lo que por mucho que la odiase, y por mucho que la enfureciesen sus palabras, tenía que esforzarse en mantenerse serena. Y por fortuna, logró conseguirlo.

_ Señorita Swan, quisiera empezar diciéndole que su presencia en Storybrooke no es en absoluto algo que considere relevante para mi persona. No sé que le ha pasado, pero le pido encarecidamente que se sosiegue, y no cargue sus problemas sobre mis hombros._ Cada palabra llevaba el tono adecuado, sin carga de ira, pero sí remarcando un profundo desacuerdo_ El como educo a mi hijo, en cualquier caso, es asunto mío. Y no siento ganas de tratar ese asunto ni aquí ni ahora.

Podía notar la ira, la frustración. Podía sentir en la mirada de Emma todo ese elenco arrollador. Pero no la derribaría a ella, que permanecería inerte como un muro. Su mente estaba más ocupada en pensar en Henry. ¿Dónde estaría su hijo si no estaba con Emma?

De modo que ella tampoco sabía donde se encontraba Henry. Debió verlo venir, por supuesto. No podía confiar en aquella mujer ni mucho menos tener en cuenta la posibilidad de dejar a Henry sin vigilancia cuando estuviese con ella. El rostro de la reina expresó preocupación sincera. Si le pasaba algo a Henry, no sabría que hacer. Era la única persona a la que había llegado a querer y que conservaba a su lado. Sin él la vida estaba vacía.

_ No, Henry no está en casa. Si he de ser sincera, pensé que se encontraba con usted._ Su voz expresó genuina preocupación mientras cerraba la puerta de su morada indicando que si esa conversación iba a continuar, no sería allí dentro. Lo que Emma tuviese que decir le traía sin cuidado, era mucho más importante la salud y el bienestar de Henry_ Y ahora, si me disculpa señorita Swan, voy a buscarle. Puede acompañarse o no, pero no se quede quieta como una cabina de teléfonos sobre mi césped.

Aquello había sido realmente natural, un desprecio nacido de lo más profundo de su ser. Aquella mujer no debía existir, no debía permanecer en su pueblo perfecto. Aquella mujer era un estorbo, uno del que parecía incapaz de deshacerse. Ahora avanzaba por el jardín, buscándolo con la mirada. ¿Donde se encontraba en realidad?

Por supuesto ella parecía tener algo más pensado que Regina. Cómo desearía mandarla ahorcar y asegurarse de que su cabeza fuese enterrada a una gran distancia del resto de su cuerpo. Pero no, eso no podía ser. Ella era la madre de Henry y lo encontraría. Había dejado demasiada libertad al niño, eso lo tenía claro ahora. Tenía que encontrarlo.

_ Muy bien señorita Swan. Si tiene una idea mejor la escucho._ Le dijo con tono cortante. Aceptaba su ayuda pero lo hacía a regañadientes, prefería arrojarse a las llamas del infierno que deberle un favor. Pero Henry era lo más importante a pesar de todo. Su hijo podía estar en peligro, y eso hacía que su oscuro corazón se acongojara_ Si no es así creo conveniente proseguir.

Estaba dispuesta a escucharla a pesar de lo mucho que la menospreciaba. Pero era la primera vez que tal situación se daba y estaba asustada. Temía realmente por Henry. ¿Y si se perdía y no regresaba? ¿Y si alguien se atrevía a hacerle daño? No, no podía ser. No lo permitiría. No mientras ella viviese.

No iba a dejar a Emma buscar sola a su hijo. No cuando la consideraba la culpable de que estuviese perdido. Antes de ir a buscarla siempre había sido un chico obediente, y había procurado no contrariarla. Aunque sospechaba que si iba con ella no iba a ir al lugar donde realmente estaba Henry, y no tenía demasiadas opciones. Debía anteponer la salud de Henry sobre todas las cosas. Pero no pensaba darle la impresión de que confiaba en ella.

_ Muy bien, nos separaremos. Usted vaya donde crea que pueda estar y yo haré lo mismo. _ dijo, convencida de no decirle que en realidad no esperaba encontrar nada por sí misma. Pero no le daría la satisfacción de pensar que le confiaba la búsqueda de Henry._ Si nos separamos cubriremos más terreno. ¿No cree?

La miró con desafío. Las dos sabían que en el fondo Regina no esperaba encontrarlo. Pero Emma debía saber que decirlo sería mover la ficha equivocada. Aunque quizás fuese lo bastante estúpida como para atreverse a hacerlo. Y entonces tendría que volver a mover ella. Pero no quería hacerlo porque lo cierto es que estaba verdaderamente preocupada por Henry. Era el turno de la señorita Swan.

Ella debía saber donde estaba. Pero no se lo diría y por eso carecía de sentido presionarla. Tenía que hacer el trabajo que le había encargado indirectamente, mientras ella, por su parte, lo buscase como pudiese. Emma se subió al coche y ella al suyo. Ya no quedaban muchas palabras por decir. Lo mejor era separarse cuanto antes.

Su preocupación estaba empezando a disminuir, Henry no debía estar en verdadero peligro si la señorita Swan se tomaba tantas molestias para ocultarle donde se encontraba. Pero ella averiguaría cual era ese lugar al que huía para apartarse de ella. No podía permitirse tales secretos, estaban fuera de lugar.

Mientras aceleraba y pensaba donde buscar, decidió que a partir de entonces intentaría pasar más tiempo con su hijo. Si no le demostraba que le quería, acabaría por perderlo. Era eso por lo que Emma estaba allí, porque ella no había sido lo bastante cuidadosa. Pero a partir de entonces iba a serlo. No iba a perder a su hijo. No lo permitiría.

Terminado.