Necesito a mi gente. [0/3] -Jasmine.

Dejo la mía, para hacerse una idea. La historia es más o menos libre, aunque respetando un poco la de la historia original de Aladdín, y ciñéndose a la escrita por mí:

Jasmine era una joven princesa de Ágrabah, un reino de El bosque Encantado, que solo quería ser una chica normal. Frecuentemente se escapaba del palacio para ir al mercado, a por una simple manzana, y dársela a los necesitados. O simplemente para ver el mundo, y respirarlo, desde los ojos de una simple habitante más. No le gusta ganar cosas por su título, sino por ella misma: tenía muy claro que no era culpa suya ser hija del Sultán. Ella quería ser libre. No quería vivir atada a un palacio, y pensaba irse, incluso dejando a su tigre mascota y a su padre allí. Y entonces apareció Jaffar, aquel viejo y malvado hombre que tanto la deseaba. Y también Aladdín. Un joven que se hizo pasar por príncipe, y no era más que un simple ladrón…. Del que terminó enamorándose completamente. Pero sabía que su amor era imposible, ni su padre, ni el pueblo lo aprobaba. Pero era su destino, y su vida, por lo que, dejándole un mensaje a Aladdín con una paloma mensajera, tomó rumbo a otro reino. El reino sin color. Allí todo podría ir major. Podrían estar juntos sin problemas. Pero, justo en el instante en el que atravesaba la frontera, la maldición se cernió sobre ella.

Dejo la mía, para hacerse una idea. La historia es más o menos libre, aunque respetando un poco la de la historia original de Aladdín, y ciñéndose a la escrita por mí:

Jasmine era una joven princesa de Ágrabah, un reino de El bosque Encantado, que solo quería ser una chica normal. Frecuentemente se escapaba del palacio para ir al mercado, a por una simple manzana, y dársela a los necesitados. O simplemente para ver el mundo, y respirarlo, desde los ojos de una simple habitante más. No le gusta ganar cosas por su título, sino por ella misma: tenía muy claro que no era culpa suya ser hija del Sultán. Ella quería ser libre. No quería vivir atada a un palacio, y pensaba irse, incluso dejando a su tigre mascota y a su padre allí. Y entonces apareció Jaffar, aquel viejo y malvado hombre que tanto la deseaba. Y también Aladdín. Un joven que se hizo pasar por príncipe, y no era más que un simple ladrón…. Del que terminó enamorándose completamente. Pero sabía que su amor era imposible, ni su padre, ni el pueblo lo aprobaba. Pero era su destino, y su vida, por lo que, dejándole un mensaje a Aladdín con una paloma mensajera, tomó rumbo a otro reino. El reino sin color. Allí todo podría ir major. Podrían estar juntos sin problemas. Pero, justo en el instante en el que atravesaba la frontera, la maldición se cernió sobre ella.

Dejo la mía, para hacerse una idea. La historia es más o menos libre, aunque respetando un poco la de la historia original de Aladdín, y ciñéndose a la escrita por mí:

Jasmine era una joven princesa de Ágrabah, un reino de El bosque Encantado, que solo quería ser una chica normal. Frecuentemente se escapaba del palacio para ir al mercado, a por una simple manzana, y dársela a los necesitados. O simplemente para ver el mundo, y respirarlo, desde los ojos de una simple habitante más. No le gusta ganar cosas por su título, sino por ella misma: tenía muy claro que no era culpa suya ser hija del Sultán. Ella quería ser libre. No quería vivir atada a un palacio, y pensaba irse, incluso dejando a su tigre mascota y a su padre allí. Y entonces apareció Jaffar, aquel viejo y malvado hombre que tanto la deseaba. Y también Aladdín. Un joven que se hizo pasar por príncipe, y no era más que un simple ladrón…. Del que terminó enamorándose completamente. Pero sabía que su amor era imposible, ni su padre, ni el pueblo lo aprobaba. Pero era su destino, y su vida, por lo que, dejándole un mensaje a Aladdín con una paloma mensajera, tomó rumbo a otro reino. El reino sin color. Allí todo podría ir mejor. Podrían estar juntos sin problemas. Pero, justo en el instante en el que atravesaba la frontera, la maldición se cernió sobre ella.