Distracciones {Ruby}

Neal condujo hasta la avenida principal sin problemas, a fin de cuentas Regina había tenido razón diciéndole que siguiera en línea recta. Lo primero que el castaño vio fue una gran torre de reloj. Era un sitio pequeño, pero parecía agradable al menos a su vista.  Tenía la dirección de August en su bolsillo y la idea permanente de que podía encontrar a Emma en la comisaría, pero aún así aparcó el coche en un sitio libre y se quedó meditando dentro con la cabeza pegada al volante. ¿Qué narices haría?

Levantó la vista y se encontró con un letrero que respondía a su pregunta "Granny's dinner". Perfecto, no podía hacer nada con el estómago vacío ¿no? Daba igual, sólo estaba intentando convencerse a si mismo de huir de lo que le esperaba. Abrió la puerta del coche y se encaminó dentro del local escuchando un leve tintineo cuando abrió la puerta.

El sitio parecía agradable y emanaba un aroma delicioso que deleitó los sentidos del castaño. No se había dado cuenta del hambre que llevaba hasta ese momento y supo que, a fin de cuentas, había sido una buena idea hacer una parada antes de buscar a alguien.
Caminó con determinación hasta la barra y se sentó  en un taburete libre obviando la conversación que llevaban dos tipos a su lado. Desvió su vista al otro lado del mostrador y se encontró con una cabellera oscura con leves tintes rojos en las puntas. — Buenas tardes — murmuró Neal para llamar su atención.
— ¿Aún es horario para pedir una hamburguesa? — preguntó sonriendo de lado. No estaba demasiado seguro puesto que eran como las tres de la tarde si su reloj no estaba mal. Aunque de no servirse aquello pediría otra cosa, lo que sea para permanecer un rato dentro.

El par de tipos que estaban sentados a su lado se levantaron y abandonaron el lugar discutiendo acerca de que bebida era la mejor para acompañar una noche de fútbol. Neal oyó el mismo tintineo en la puerta que cuando él entró y supo que ya habían dejado el lugar. Se distrajo momentáneamente con eso, pero la voz de la mujer al otro lado le hizo regresar nuevamente la mirada allí. Para su fortuna le indicó que había llegado con suerte porque estaban por cerrar la cocina. — Estupendo, estar con el estómago vacío no es muy bueno — apuntó el castaño apoyando los brazos sobre la mesa con tranquilidad mientras la ojiazul se encargaba de preguntar si quería añadir otra cosa más a lo que había pedido. Cassidy se lo pensó un poco más, pero no tenía muchas opciones que agregar al menú que tenía previsto. — Una cerveza estaría bien — terminó por decidir pensando que no sería tan mala idea que al menos una mínima cuota de alcohol ingresara en su sistema. Comida, bebida y todo lo que pudiera mantenerlo un poco más lúcido estaría bien para él, considerando que se toparía con Emma -o incluso con su padre- en cualquier momento. No sabía cual de las dos opciones lo mantenía más inquieto, aunque las dos juntas lograban hacerle cambiar de idea acerca de estar en Storybrooke.

— Cassidy — respondió ante la segunda pregunta de ella mientras tocaba el salero con uno de sus dedos.

 — Pero Neal a secas está bien — se apresuró a agregar considerando que eso era más apropiado. — Gracias por tomar la orden de última hora — murmuró con una sonrisa en el rostro. En realidad debía agradecerle por tener un sitio de comida donde pudiera pasar el rato para eludirse de su motivo de estar fuera de su hogar. Él debería estar en Nueva York con Tamara planeando su próxima salida juntos, pero no, allí estaba él intentando enfrentarse a un destino que lo persiguió durante años.

— Bonita ciudad — mencionó dejando el salero nuevamente en su lugar mientras percibía el aroma a comida nuevamente.

Cogió el vaso de cerveza y lo sostuvo entre sus manos un momento viendo la espesa espuma que reposaba allí. La camarera del lugar se presentó como Ruby momentos después de que él se presentara también.

 — Un gusto — murmuró Neal alejando su vista de la cerveza para mirarel un instante. Le aseguró que la hamburguesa no tardaría demasiado en estar y Neal asintió; podía sentir el aroma a carne asándose desde el otro lado, así que no dudaba de que ella dijera la verdad. Estuvo a punto de halagar a quien estuviera en la cocina por prepara todo tan rápido, pero los murmullos de los hombres que se despedían le quitaron las palabras que pretendía decir.

"Recuerdos a tu pirata".
Neal no quería ser paranoico, pero al único pirata que había visto ni bien puso un pie en Storybrooke, fue a Garfio. ¿Sería la misma persona a la que ellos le mandaban saludos? No tenía idea, pero Ruby pareció un poco incómoda al respecto, se podía ver en sus ojos y en el ligero color que habían adquirido sus mejillas. Instantes después comentó algo acerca de la ciudad y el castaño se llevó el vaso a los labios para beber un sorbo antes de articular alguna palabra. Supuso que no quedaba demasiado amable preguntar por el pirata que acaban de nombrar, pero no pudo contra su genio. — ¿Eres algo de Killian? — preguntó suavizando su tono y usando su nombre de pila, ella no tenía por qué cargar con sus asuntos, pero aún así se sentía curioso.

"Que bien lo llevas, Neal" se dijo a si mismo interiormente después de soltar aquella pregunta. Quizá hubiese sido mejor si permanecía callado o con la cerveza sobre la garganta para no soltar aquel cuestionamiento que perturbó un poco el ambiente en el que estaba. De todos modos, Ruby le respondió que era la mujer de Killian y a Neal las cejas se les subieron unos centímetros con su siguiente comentario. Sus ojos viajaron desde el rostro de la muchacha hasta la prominente panza que anunciaba un futuro retoño. — Felicidades — le dijo con una sonrisa sincera. Un niño siempre era bien recibido, aunque su padre no le agradara demasiado. En realidad, sentía que el destino estaba jugándole en contra al ver como el pirata había conseguido una familia cuando arruinó su infancia entera al llevarse a su madre a Jolly Roger, pero nada podía hacer con el pasado, más que lamentarse por él y no sonaba algo demasiado estupendo.

Vaya, la sorpresa parecía no querer abandonarle del todo porque Ruby sabía perfectamente quien era él. Aprovechó el pequeño lapso de tiempo en el que ella fue en busca de su hamburguesa para procesar un momento los últimos cinco minutos: Garfio tenía mujer y estaba pronto a esperar un hijo. La pregunta de Neal era ¿Por qué rayos tenía que ser en la misma ciudad? ¿En ese mundo en particular? Si no veía las cosas puede que no le fastidiara tanto.

Soltó un suspiro e hizo bailar la cerveza en el vaso con un rápido movimiento de muñeca. Ruby regresó con el plato de hamburguesa y un comentario en defensa de su hombre. Neal hizo una mueca y dejo el vaso sobre la barra nuevamente. — También he cambiado — se apresuró a decir con calma. — De hecho ya me he cruzado con él más temprano y me dijo que vivía aquí en Storybrooke, pero el detalle de que sería padre y tenía una bonita mujer se habrá perdido en el camino — agregó con un deje de broma en la voz. Bromear, le restaba bromear para no terminar dándose la cabeza contra la barra por lo que estaba sucediendo.

Dejó de jugar con el vaso de cerveza para ver la hamburguesa cargada con varios ingredientes debajo de su nariz. Quizá era una ciudad pequeña, pero la comida parecía ser bastante buena. Estaba por darle un primer bocado a su comida, pero se abstuvo de hacerlo al oír como Ruby decía que sabía quien era él porque Garfio se había pasado antes de que él mismo llegara. Al parecer las noticias de turistas nuevos viajaban con velocidad por el pueblo y eso resultaba poco conveniente para el castaño.

Se decidió a darle un mordisco a la hamburguesa cuando Ruby comentó eso. Bien, llevaba la razón en eso, no pretendía que Garfio le contase su vida y obra porque después de todo no eran cercanos como para hacerlo. Simplemente había bromeado con eso porque reaccionó de esa forma inesperadamente.

— Demasiados años — agregó después de tragar su bocado. El tiempo pasaba rápido últimamente, pero los recuerdos del pasado seguían intactos y cada vez que se los recordaba dolía como la primera vez.

La voz de la morena sonó de nuevo, pero se quedó a mitad de oración y Neal suspiró. — Oye, Ruby — dijo para llamar su atención. — Tu no tienes la culpa de nada de lo que sucedió entre nosotros allí — dijo con sinceridad. — No te preocupes, son cosas del pasado — agregó sintiendo como las arrugas en su frente se formaban tras decir aquellas palabras. En cierta forma, ella no tenía la culpa de nada y tampoco era justo que cargara con los asuntos de ellos dos; él trataría de que todo quedara en el pasado, trataría.

Cogió una servilleta y se limpió el rostro lleno de hamburguesa antes de darle otro bocado. Si se quedaba en Storybrooke un tiempo estaba casi seguro de que su dieta giraría en torno a ese sitio porque parecía bastante conforme con el sabor de su comida. O quizá simplemente era el hambre que llevaba desde la mañana lo que le hacía parecer que todo estaba estupendo.

No pudo pensar demasiado en la comida porque Ruby le hizo fruncir el ceño al decirle que eso no era lo que había querido decir. Dejó la hamburguesa en el plato y le miró para ver qué era en realidad lo que la morena había querido decir. No perdió el tiempo porque se encargó de aclararle las ideas al castaño. Neal se quedó pensativo unos instantes y luego soltó un suspiro viendo a su plato. — No tengo malas intenciones, créeme — comenzó jugando momentáneamente con el vaso de cerveza medio vacío entre sus manos. Él no era la razón por la cual se encontraba allí; ni siquiera tenía idea de que vivía en Storybrooke hasta ese mismo día. Se sorprendió bastante al verlo y no negaba que se había disgustado con su presencia. Aunque quizá hablar al respecto no estaría mal. Él había crecido desde la última vez que le vio y eran circunstancias diferentes, además Ruby parecía estar hablándole en serio. — Pero tengo otras prioridades ahora — agregó pensando en el motivo principal de por qué estaba en Storybrooke. — Pero hablaré con él en algún momento si eso te hace sentir mejor— finalizó masajeándose la nuca un instante. No podía vivir con el rencor por tanto tiempo ¿no? Además estaba comenzando a sospechar que las últimas palabras que le dijo en el Jolly Roger eran ciertas: Quizá su padre fue quien mató a su madre. Neal era pequeño en ese entonces para aceptar aquel comentario, pero considerando como era Rumpelstilskin no se asombraba. 

El castaño le devolvió la sonrisa cuando le agradeció y terminó de un bocado la hamburguesa, aunque ya prácticamente no le quedaba más que un cuarto. Se limpió de nuevo el rostro al tiempo que la morena comentaba acerca de la comida. — Estupenda, mis felicitaciones a quien cocine — agregó de forma gentil bebiendo lo que estaba en el vaso. Había estado meditando sus respuestas anteriormente y no se había dado el gusto de disfrutar aquel líquido en su garganta. Era refrescante y sobretodo lo estaba alejando de lo que en verdad le acontecía. Quizá debería haber ido a la comisaría en una primera instancia, pero no se arrepentía de haber escogido ir a Granny's en su lugar. 

Ruby había sido amable con él a pesar de saber la verdad sobre el pequeño asunto que tenía él con Garfio y Neal comprendió que en realidad no tenía porque pagar los platos rotos ella por algo que no tenía la culpa. — También lo espero — admitió con una mueca que se asemejaba a una sonrisa. No tenía idea de como saldrían las cosas al día siguiente, pero que le desearan suerte, de algún modo, no le venía mal. — Estaba pensando en eso, quizá tome alguna habitación libre para quedarme, aunque dudo que sea demasiado tiempo — respondió dejando el vaso vacío sobre la barra. — Gracias por todo, Ruby — musitó con sinceridad. Puede que ella no lo supiese en realidad, pero había abierto un poco los ojos de Neal en lo referente a temas del pasado con aquel pirata. Quizá ya no fuese la persona que él conoció a bordo del Jolly Roger en aquellos momentos.