De desayuno (Ruby)

Era un día más con todo lo que aquello conllevaba. Era la hora punta para nosotras aquí en Granny's porque si por algo era famoso el local era por los desayunos que tan bien servíamos. Le puse un plato de tortitas a Regina al punto justo que ella quería, puede que muchos pensaran que la reina no lo merecía, pero estaba tratando de cambiar y no le iba a llevar las tortitas chamuscadas.

Volví a la barra y vi al señor Black, transmitía algo de desconfianza aquel hombre, por lo menos a mi me lo parecía, puede que fuera aquella enigmática sonrisa perlada por los dientes más blancos que jamás haya visto... aunque claro, había que añadir que quien hubiera visto los dientes de Rumplestilskin cualquier sonrisa le parecería impecable. No sabía quien fue exactamente en el Bosque Encantado pero seguro que nada demasiado bueno.

No obstante yo le tomé nota con una sonrisa y le puse el batido de fresa que había pedido.
-Espero que esté a su gusto señor Black -dije con amabilidad y me puse a limpiar la barra distraídamente. Estaba a punto de sonar el timbre del colegio y se había vaciado bastante el local, dándome así un margen de descanso porque desde las seis y media de la mañana llevaba sirviendo desayunos.

No sabía si era por que solía desconfiar mucho de los extranjeros, pero era normal ya que había cosas como el hecho de ser yo un licántropo, que las monjas fueran hadas o que el mismísimo Rumplestilskin, al que se le conocía popularmente como el enano saltarín, fuera el prestamista del pueblo y dueño de la tienda de antigüedades. Todo un auténtico panorama. Pero el hombre que tenía delante de mis narices aunque lo había comenzado a ver hacía unas semanas no parecía un turista que no supiera quien le estaba sirviendo el batido. Al igual que Killian podría haber llegado desde nuestro reino ahora. 

Con la mejor de mis sonrisas me acerqué a él al oír sus palabras. -Si, es un negocio familiar, lo llevamos mi abuela y yo -informé sin problema alguno. Lo cierto es que yo siempre pensaba en esta cafetería como el corazón de la ciudad, donde se celebraban los momentos más alegres y cuando uno estaba triste en Granny's siempre encontraba su consuelo, ya fuera en un chocolate caliente o en alcohol. 


-Lo cierto es que la gente que viene aquí lo hace desde siempre y ya casi sabemos como toman cada cosa y también damos un trato muy cálido -dije mientras preparaba otros pedidos sobre la barra. -¿De dónde es usted exactamente señor Black?