Run away {Mary Margaret - Blanca}{Flashback}

El bosque se extendía más allá de donde la vista de cualquiera podía llegar, parecía una extensión interminable y frondosa. Si penetrabas a aquella zona sin conocer el terreno, se convertía en un laberinto sin salida. Pero eso no iba a pasarme a mi. Llevaba demasiado tiempo viviendo en aquel bosque, como si de un bandido se tratara, pero no era nada de eso. Bueno, depende de los ojos de quien lo mire. Para los aldeanos era un héroe que les ayudaba contra las injusticias de su rey, no el héroe en si solo su compañero pero me conformaba con ello. Pero ante los ojos de mi supuesto rey era un bandido, un ladrón buscado por la justicia para ser castigado y recibir mi merecido. La verdad es que el rey tampoco tenía nada que ver con esto, era más bien su hijo que...estoy empezando a divagar, esto es una historia demasiado larga que deberá ser contada en otro momento.

Caminaba por el bosque, con una bolsa de monedas de oro colgadas a mi cinturón que había conseguido recuperar de los impuestos que les quitaban a los aldeanos, yendo hacia la casa de Skippy ya que hoy era su cumpleaños. No le había podido comprar nada, pero con las monedas que había conseguido podrían tener lo que quisieran al menos hasta que volviera el sheriff. Además llevaba una pequeña espada de madera, con la que podría jugar a ser un caballero o un bandido como nosotros. Sonrío ante aquel pensamiento, mientras encojo los hombros y sigo mi camino, silbando una canción.

De repente un ruido me hace callar y mirar de un lado a otro ¿Me habrán seguido los caballeros del príncipe? Espero que no, pero...más vale prevenir que curar. Me escondo tras el tronco de un árbol, esperando a ver al que ha causado el ruido. Entonces veo a una joven que corre desesperada por el sendero del bosque, como si estuviera siendo perseguida por alguien o algo. En estos bosques nunca se sabe. Salgo un poco de mi escondite, y tiro de su brazo para atraerla detrás de ese árbol y así escondernos los dos. Al hacerlo la tapo la boca y apoya su espalda en el tronco. Me pongo un dedo en los labios, pidiendo silencio.

- No voy a hacerte daño, voy a soltarte pero...no hagas ruido. - susurro, quitando la mano de la boca de aquella joven.