Cause I don't know where I'm going and I wanna talk {Libre}

A veces necesitaba relajarme un poco y pasear. A diferencia del resto de personas que se encontraban allí dentro, a mí no me preocupaba pasar de la linde. Aunque a pesar de todo prefería quedarme dentro porque en tierra no me orientaba tan bien como en el mar. Sin embargo el sonido de un coche me sacó de mis pensamientos. La idea de que alguien externo a la ciudad se colase era preocupante, desde luego. Por lo que me acerqué a espiar.

No obstante, un grito desgarró el aire y me obligó a dar un salto y salir rodando, aunque esta vez no me hice daño, el suelo había sido clemente por una vez y había decidido no dejarme más magulladuras y cardenales a juego con los que ya tenía de acontecimientos anteriores. Si me pasaba algo Ruby y Holly iban a estar riéndose de mí durante bastante tiempo.

_ Esta vez ha estado cer..._ Me detuve al ver a la persona que había bajado del coche. Podría haber crecido, cambiado, pero reconocía aquella mirada, la reconocería entre un millón. No podía creerme que fuese posible. A fin de cuentas. ¿Cómo habría podido escapar él de Nunca Jamás? Prácticamente nadie podía escapar, aún dudaba como lo había hecho yo._ ¿Baelfire?

Si las cosas comenzaban a salir mal apenas ponía un pie en ese sitio no se quería imaginar lo que le esperaba después. Alejó esos pensamientos de su mente y trató de seguir escuchando algún indicio de quien hubiera gritado, pero escuchó un golpe seco escasos segundos después. Caminó hasta allí y oyó una voz familiar. Por un instante pensó que su mente le estaba jugando una mala pasada, pero no fue así.

Oyó su antiguo nombre, aquel que había abandonado hacía tanto tiempo volvía para darle una bofetada en la cara con los acontecimientos del pasado. —Es Neal ahora— respondió de forma inmediata sin apartar la vista de encima del moreno. Estaba exactamente igual que la última vez que lo había visto en Nunca Jamás. Ambos estaban fuera de allí, en un mundo alterno. Se sintió estúpido al percatarse de aquella pregunta considerando que sabía que era él.

Parpadeó un par de veces y un puñado de recuerdos le invadieron acompañados de ira. En el Jolly Roger fue donde descubrió que su madre lo había abandonado a él y a su padre para fugarse con él y que su vida había terminado poco después. Lo último que recordaba de Garfio era el odio contra su propio padre. Intentó quitarse eso de la mente al menos por un instante.

—¿Qué haces aquí?— preguntó a la defensiva. Después de todo fue el quien le advirtió por primera vez que no había escape de Nunca Jamás. Claramente le había mentido porque estaba parado justo frente a él sin el timón de su barco.

Estaba bastante seguro de que la historia de Baelfire tenía que ser tan interesante como lo había sido la mía. Aunque dudaba que quisiese contármela por las buenas después de los últimos encuentros que habíamos tenido. Era algo que lamentaba desde lo más hondo. Pero Aunque se lo dijese, dudaba que fuese a contármelo sin más.

_ Casualmente ahora vivo aquí, Neal. Son las vueltas que da la vida._ Dije, mientras me aseguraba de que estaba tan entero como parecía que estaba. Y afortunadamente así era. Mi relación con el suelo era demasiado profunda y me estaba cansando de las heridas que me estaba dejando. Algo de lo que mi familia no dejaba de reírse._ En realidad la pregunta correcta es... ¿Qué estás haciendo tú aquí?

No hacía falta ser un genio para saber que había tenido que acabar de algún modo en aquel reino un tiempo antes de la maldición. Se había escapado de entre las filas de Peter Pan y eso no era algo que muchos pudiesen decir con sinceridad.

Había algo que no estaba contando, eso me lo dejaba bien claro mi intuición como pirata. Pero no pensaba ser yo quien saltase con aquel asunto teniendo en cuenta lo que habíamos pasado y las aventuras que habíamos vivido a bordo del Jolly Roger. Empezar metiendo presión no podía ser una buena idea, porque probablemente se largase y me quedase sin saber para qué había venido.

_ Le conozco de haberle visto alguna vez, pero nada más. No sé por donde rondará._ Dije, mientras me colocaba bien el garfio y observaba su expresión. Sabía que Bae odiaba la magia, y alguien así no viene solo para ver a un amigo que, casualmente, es uno de los pocos que podía salir del pueblo, había más que eso._ Aunque estoy seguro de que si lo buscase no tardaría demasiado tiempo en hallarlo.

Seguramente Ruby y la Sheriff querían ayudar dado el caso. Y sabía que Emma tenía bastante trato con August, por lo que no sería una empresa precisamente complicada encontrar al antiguo niño de madera. Observé el límite del pueblo, la marca que muy pocos podíamos cruzar sin miedo. Neal iba a cruzarla por primera vez, lo cual era inquietante en cierto sentido.

No era una tarea sencilla tratar de mantenerme relajado con respecto a la situación. Sabía que en mí no iba a confiar, no por ahora al menos, aunque no parecía tener intención de echarme en cara lo que había pasado, cómo le había abandonado. A fin de cuentas, era algo que había quedado muy atrás en el pasado, junto con las atrocidades que había cometido como pirata.

_ El pueblo es más grande de lo que crees. Aunque hay un par de personas que estoy seguro de que podrán ayudarte._ Dije, mientras miraba en dirección al pueblo. Me parecía escuchar el ruido de un coche acercarse a lo lejos. Pero me despreocupé porque venía del interior del pueblo. Quizás se tratase de los enanos que examinaban la línea con frustración a diario._ Procura no perderte, Neal.

Si quería que le llamase así, no tenía inconveniente, aunque para mí siempre sería el pequeño Baelfire. Me di la vuelta y caminé, ya que las relaciones con él aún eran bastante tensas y no quería formar un lío innecesario. A pesar de todo sí que escuché como un coche se acercaba y estacionaba cerca de la linde del pueblo. Me giré a tiempo para ver quien era, y eso me confirmó que no debía angustiarme.

OFF:

La ciudad comenzaba a respirar una paz que hacía tiempo que no vivía, quizás porque yo estaba dejando de ser un problema para ella. Arciria no había actuado de nuevo y eso me hacía sentirme más tranquila. Sin embargo, tras la boda, no había tenido demasiado tiempo para mí. Me sentía feliz después de cuando había pasado. Por fin tenía una vida con verdadero sentido, con una persona que me quería y que me respetaba.

Por eso quería salir a comprarle un regalo, algo que no pudiese encontrarle en la ciudad. A fin de cuentas, la magia ya no era prioritaria para mí, por lo que no tenía que preocuparme por perder mis recuerdos. A pesar de todo, llevaba el móvil encima para que me llamasen si pasaba cualquier cosa. No me sorprendería que otra misión cayese sobre la ciudad mientras estaba fuera.

Sin embargo, me llevé una sorpresa al ver un coche estacionado fuera de los límites de la ciudad. Comprendiendo lo que eso implicaba, detuve mi mercedes y me bajé, caminando en su dirección. Cuando crucé la linde, noté una corriente fría atravesando mi cuerpo, y me sentí, en una palabra, débil. Pero tardé apenas unos segundos en acostumbrarme y acercarme al hombre que allí se encontraba.

_ Buenas tardes, caballero, y bienvenido a Storybrooke.

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No, lo cierto es que no estaba dentro, y para mí eso había marcado una importante diferencia. Tenía que acostumbrarme a tratar con alguien que quizás no sabía absolutamente nada de la magia, y ese era un asunto que no había que tratar a la ligera. Me acerqué y le observé. Parecía nervioso por algo, y cuando miró a su espalda alcé una ceja, curiosa.

_ Bueno, pero no creo que hayas venido hasta aquí para quedarte a las puertas de nuestra hermosa ciudad._ Dije con una sonrisa. Ya no me costaba ser amable como antes, supongo que era algo que, cuando eras feliz, no tenías la necesidad de fingir. Además, tenía que asegurarme de que no iba a dar problemas._ Si necesitas algo puedo ayudarte ya que, a fin de cuentas, es mi trabajo. Soy Regina Mills, Alcaldesa de Storybrooke.

Esperaba poder ayudarlo y conseguir que se fuese sin inconvenientes, y sin ser un peligro para la ciudad que teníamos, una que ahora resultaba estar en paz, salvo por los incidentes de mi hermana. Espera no encontrarme con el ejército o los federales rodeándola, y eso era algo que podía pasar si alguien conseguía pruebas concretas de nuestra magia.

No podía dejarle sin más. Me encantaría tener a Anzu cerca para decirme lo que estaba pensando. Esa una de las pocas habilidades que el ser oscuro no me había enseñado. A pesar de todo, no tenía sentido que como alcaldesa me pasase horas hablando con un desconocido y tratase de tenerlo fuera de la ciudad o quisiese acompañarlo. Además, se le veía que tenía prisa. Tenía que actuar como si el el pueblo no escondiese nada.

_ Sí, la avenida está todo recto._ Dije, dándome cuenta entonces de que lo que tenía que hacer era echarle encima el problema, si es que lo había, a otro. O en este caso, a otra. Ocuparse de que la gente no se perdiese no era asunto de la alcaldesa, pero sí del cuerpo policial de la ciudad. Esperaba que Emma no se lo tomase como algo personal, pues nuestra relación ahora era más relajada y tranquila. Nos llevábamos mejor desde que habíamos estado de acuerdo en que ambas queríamos a Henry_ Si se pierde, puede preguntar en comisaría. Estoy seguro de que la Sheriff Swan le sabrá atender.

Casi me pareció sentir una variación en su rostro cuando nombré el apellido de Emma. Pero decidí fingir que no lo había visto. Aunque empezaba a sospechar que el motivo de su visita tenía que ver con ella. A fin de cuentas Ella tenía un pasado del que sabíamos muy poco. Recordaba cuando había encargado a Sidney que se encargase de buscar información sobre ella. Tan sólo me había comentado que le gustaba mucho viajar.

August. ¿De modo que conocía a Pinocho? Quizás fuese más entendido en nuestro reino de lo que yo pensaba. Y Francamente, despertaba mi curiosidad. Sin embargo, y como ya me había aclarado a mí misma, no podía entrometerme en su vida sin que resultase tremendamente sospechoso. Se suponía que había salido a hacer unas compras, pero no me importaba tener que posponerlas si me quedaba más tranquila con respecto a Neal y su periplo por mi ciudad.

_ ¿August? Sí, le conozco. Creo que tengo su dirección en los archivos municipales. _ Dije. En realidad, estaba segura de tenerla, pero no quería dar una impresión de control total que pudiese asustarlo. Aún controlaba toda la información del pueblo, aunque ya no la utilizaba del mismo modo. Mi mecánica de trabajo había cambiado, al igual que lo habían hecho mis intenciones para con los miembros de la comunidad._ Puedo consultar en un momento, y ahorrarte algunos pasos.

Esa era la máxima expresión del balón fuera. Si con mi anterior petición tenía casi claro que Emma se encargaría, ahora podía asegurarme de que August recogiese el testigo. Además, si August le conocía sabría como manejarlo. Además, estaba empezando a sospechar que la presencia de Neal tenía bastante que ver con el que otrora fue muñeco de madera.

Aquello estropeaba un tanto mi idea de dar una sorpresa con mi salida de la ciudad. Sin embargo asegurarme de que las cosas no se complicaban estaba en mis obligaciones. Pero no preocuparía a la persona más importante de mi vida con ello antes de que fuese necesario. Hice un gesto para quitar importancia las preocupaciones de Neal, cogí mi teléfono y llamé al primer número en marcación rápida. Esperé a que descolgase y me recibió una voz entusiasta.

_ Hola cariño. Siento molestaste pero quería pedirte que me hicieses un favor._ Mi voz se había acaramelado sin darme cuenta, como siempre me pasaba cuando hablábamos._ Necesitaba que me mirases unos archivos. Necesito la dirección de August. Ajá, entiendo. Muchas gracias cielo. Yo también te quiero, tengo ganas de verte.

Había anotado la dirección en un papel mientras hablábamos. No me daba cuenta de que durante aquella conversación había hablado como una idiota. Pero eso era algo propio del amor. Encontrabas a la persona adecuada e incluso después de casaros seguías teniendo mariposas en el estómago. No me sentía así desde que había estado con Daniel. Cogí el papel y se lo tendí.

_ Esta es su dirección. No tiene pérdida.

Con eso suponía que podía desentenderme de lo ocurrido. A pesar de todo no dejaba de ser mi responsabilidad y me ocuparía de tener a Neal vigilado por los medios que fuesen pertinentes. Esta vez contaba con gente que querría intervenir, pues a todos nosotros nos importaba que nuestro secreto se mantuviese como un secreto, y no acabar con en las películas en las que descubrían algo mágico.

_ Me alegra saber que entra a mi ciudad con una buena impresión. Ya sabe donde dirigirse si tiene algún problema, aunque esperemos que no sea así._ Me despedí con la mano y me subí al coche, que volví a arrancar. El mercedes rugió cuando lo arranqué. Recuerdo la extrañeza que había tenido cuando había escuchado aquel sonido por primera vez._ Nos veremos en otra ocasión, Neal.

Boston estaba algo lejos, pero aún tenía tiempo para hacer las compras que había previsto para aquel día. Quizás le pudiese comprar alguna joya o algún vestido a Mallory, aunque eso lo decidiría según llegase a las tiendas y viese los escaparates. También tenía pensado comprarme algunos trajes nuevos de ejecutiva, pues estaba cansada de los que tenía.

OFF: