Que el invierno sea bienvenido, al igual que el enlace tan esperado {EVENTO/Flashback }

por **Emma Swan** Miér Ene 02, 2013 10:03 am

Primer día de navidad, el cual nevaba como cada año. Todo estaba listo, el castillo decorado acorde a lo que Blancanieves había acordado con los sirvientes. Pues para dar la bienvenida al invierno, Blanca quería darle un aspecto azulado al castillo, en el cual James, el príncipe Encantador, y ella iban a vivir después de su enlace.
Todo iba a la perfección pues los invitados ya se encontraban expectantes, esperando a que los anfitriones aparecieran, aunque los enanitos, aquellos amigos pequeños de Blancanieves, parecían más nerviosos, pues la pareja en las tarjetas de invitación a la fiesta de invierno, les habían dejado caer que anunciarían una gran sorpresa. Todos deducían que era el anuncio del enlace, ya que era el más esperado y deseado por todos los del reino, o por casi todos.
Ya era la hora, la música empezó a sonar, Blancanieves y James se encontraron en el principio de las escaleras, este le ofreció el brazo izquiero y empezarón a descender, notando las miradas de todos los presentes.
NOTA: Recordad que este es el hilo principal, vosotros también podéis abrir vuestros propios posts privados sobre la ambientación.

por Invitado Miér Ene 02, 2013 5:55 pm

Estaba como cada día echado en la rama de un arbol, cuando uno de los niños perdidos se sento a mi lado. Gracias a mis reflejos no me caí ya que era intuitivo, era lo que tocaba en esta isla donde habían llegado los piratas. Aquel niño me comento que en el reino de Blancanieves se iba a dar una fiesta. La idea de ir a una fiesta me intrigaba, nunca había asistido a una fiesta de aquel tipo. Al decirle a Wendy, que asistiría me miro con reproche sobre mi vestuarío. Ella era una habil costurera, que cuando la conocí cosio mi sombra para que no se escapase.

Al cabo de un rato nos midio y a pesar de algún pinchazo que recibí por moverme más de la cuenta, ella elaboro unos trajes para que pudieseasistir. No veía bien que fuera a una fiesta real con mi ropa normal.
Así que salí volando hacia el reino de Blancanieves. No me costo mucho tiempo encontrarlo ya que con mi habilidad para volar no tarde nada. Al llegar entre sin invitación, esperaba que no me pusieran pegas. No sabía como sería una fiesta de este tipo, pero lo que tenía claro es que seguramente habrían dulces riquisimos. El castillo era como Wendy, nos habia leido en los cuentos impresionante y con una decoración hermosa. Pero lo más hermoso aparecio cuando de las escaleras bajo una pareja, debía ser Blancanieves y su principe. Era más hermosa de lo que hablaban.

Spoiler:

por **Shadow Shayker** Miér Ene 02, 2013 7:44 pm

Roja:

Felicidad, la felicidad de los demás era a veces como una estaca directa a su corazón. Pero tal como Roja decía, el único modo de asegurarse de que algún día podría superar sus instintos era estar entre la gente, y la forma suprema de hacer referencia a ello era una celebración como aquella. Todas aquellas personas juntas, todos esos olores. Sintió como el deseo estaba a punto de cegarla, y a punto estuvo de dejarse lleva nada más aparecer con su habitual bruma de tinieblas, de no ser por Roja, quizás lo hubiese hecho. Aún tenía mucho que practicar, y eso era realmente doloroso. Pero había avanzado, y eso le acercaba a Jefferson y a Paige, a volver a verlos y abrazarlos.

Lo cierto es que desconocía a las personas que iban a contraer matrimonio, pero sabía que habían plantado cara a Regina, y que eso era digno de admiración. Además, y por si eso fuera poco, Roja no había dejado de hablarle sobre Blancanieves. Al parecer eran muy amigas, tanto como para que la vampiresa se pusiese celosa si fuese ese tipo de persona, pero no lo era. Se alegraba de que fuesen tan amigas, y de tener la posibilidad de conocer al fin a esa persona que tanto había significado para su amiga.

_ ¿Ves? Te dije que te traería a tiempo... y tú pretendías venir corriendo._ Le dijo a la loba, sacándole la lengua de modo algo infantil. Era normal que Roja quisiera que moderase su magia, pues que era parte de su oscuridad, pero a veces la llevaba hasta el punto de lo absurdo, y eso era algo con lo que Anzu no podía. Se sentía un tanto desnuda sin su sombrero, pero no cuadraba con su vestido, y en parte tenía que ser menos dependiente de él._ Bueno, ¿Y ahora qué?

por Invitado Miér Ene 02, 2013 8:52 pm

Mi padre el rey de Hyrule, me envio a la fiesta que iba a celebrar mi amiga Blanca. Al parecer durante la celebración anunciaría algo importante. Quería mucho a mi amiga Blanca ya que ambas perdimos a nuestras madres estabamos muy unidas. No podía perderme esta gran celebración. Con mi tiara y mi mejor vestido. Estaba espectante en la fiesta deseando ver a mi amiga, seguro que la noticia sería fascinante. Durante mi trayecto en carroza pensaba en que sería la sorpresa: quizás se casara con su principe, o podría ser que estaba embarazada. No lo sabía pero no creia que tardaramos en descubrirlo.

El castillo empezo a llenarse de gente. Blanca y James eran encantadores, no me estrañaba que tuviesen tantos amigos. Practicamente no conocía a nadie, así que espere a que apareciese Blanca para darle un abrazo y un beso.
Por temas reales habia estado con mi padre en el castillo de Blanca, pero hoy estaba deslumbrante. Cada detalle era más bonito que el anterior, se veia que era más feliz. Esto me alegraba ya que la quería de corazón y deseaba por encima de todo su felicidad.

por Invitado Jue Ene 03, 2013 8:34 pm

La fiesta de Blancanieves y el principe James iba a dar comienzo, ataviada con uno de mis mejores kimonos acudí a la cita tan esperada, en la que nos revelarian algo realmente grandioso. Hacía poco que habia llegado a este magnifico reino. Despues de la guerra en la que sustitui a mi padre decidí dejar china por un tiempo. Me instale en una casa del reino de Blanca, a pesar de dejar las armas. No dudaría en usarlas para defender a esta pareja tan amable que me había acogido de forma tan agradable en su reino.

Mirara por donde mirara, veía gente elegante por doquiera. Todo el reino había acudido a estamaravillosa fiesta, nadie quería perderse aquella noticia. Creia haber llegado tarde, debído a que estuve cabalgando. Adoraba cabalgar, era una forma de sentirme libre. Al ver a la gente agolpandose hacia las escaleras, pude comprobar que no había llegado. Expectante me acerque hacia las escaleras. De ellas bajaban tanto James como Blancanieves muy radiantes, se notaba el amor que habia entre ellos. Yo no había encntrado el amor, quizás por que no lo buscaba o no había llegado mi momento. Pero no la envidiaba si no que la admiraba, Blanca era una princesa digna de admirar.

por **Ruby S. Lucas** Vie Ene 04, 2013 12:11 am

Llevaba dos semanas esperando aquel día. Aquella noche había una hermosa luna llena en el cielo. Yo lo había pedido así. Quería asegurarme de que si había alguna contrariedad aquella noche, o alguien con ganas de estropear la velada se las viera con un lobo feroz. Desde que había aprendido a controlar al lobo de mi interior lo usaba para tratar de proteger a los míos.

Pasé esas dos semanas hablando a Anzu sin parar de mi amiga Blanca. Le conté todo con pelos y señales desde que la descubrí robando huevos hasta que recuperaron el reino. Nos lo pasamos fenomenal eligiendo vestido. Parecía mentira que fuéramos una vampira y una mujer lobo. Yo quería llevar un traje rojo, pero si tenía que llevar también la caperuza quedaba... demasiado rojo. Así que opté por un fino traje blanco que quedaba precioso combinado con la caperuza.

Tras mucho discutir con Anzu, al final me trajo usando magia. Yo le dediqué una mirada severa pero finalmente terminé sonriéndole. -Si, ya lo veo -dije sacándole la lengua como respuesta, al igual que ella había hecho. -Ahora vamos a entrar, a saludar a todos los que ahí se encuentran y a bailar y a pasar una velada agradable -la abracé y sonreí.

por **Nagano Stradt** Vie Ene 04, 2013 3:43 am

Yuki había quedado impresionada al encontrar bajo las ropas de su ultima victima, que murió ante su toque glaciar en lo mas alto de la montaña, una invitación real. Curiosa, leyó el interior con bastante detenimiento. Esbozó una ligera sonrisa, mientras su mente empezaba a maquinar bastantes cosas. Hacia muchos años que no marchaba de aquel Reino situado en las montañas mas frías, donde nunca se veía el Sol por completo. Esta era la oportunidad y excusa perfecta para hacer una pequeña excursión. Quizás dentro de aquel palacio pudiese realizar a cabo algún acto malvado, pero...¿cuanto hacia que no lo pasaba bien? Causar caos en medio de un acto real no seria algo muy listo. Aun siendo un espíritu, tiene sus debilidades y fuera de su "hábitat natural" llega a no tener suficiente fuerza como para congelar a todos los guardias que pudieran estar dentro y fuera del palacio. Decidió que aquella vez se controlaría los instintos homicidas, pero no cambiaría su actitud por nada del mundo.

Se enfundó unos guantes y un vestido elegante que consiguió engatusando a un viejo mercader. Aquellos guantes evitaría en congelamiento de una persona, en caso de que se atreva a tener contacto físico. Logró subirse a un caballo y manejar-lo, pasando los Reinos hasta llegar al que era el lugar de la fiesta. Allí, dejó al caballo en libertad y caminó hasta palacio, enseñando la invitación que le "fue dada". Allí dentro se sintió como pez fuera del agua, incomodandose ante la presencia de tantas personas que nunca había llegado a ver, que no conocía. Se apartó de la marabunda de gente, quedándose a un lado, pero aun pudiendo ver como Blancanieves y Encantador bajaban las escaleras. Nombres muy curiosos, igual que seguro la historia que los unió, o al menos esa era la impresión que le daba. Se quedó allí, apoyada sobre la pared en una pose poco elegante, con la mirada puesta en la pareja, pero también con la mente muy lejos de aquella fiesta.

por **Cedric Devars** Vie Ene 04, 2013 3:33 pm

Al fin había llegado el momento que todos esperábamos desde hacía tiempo. El enlace de Blancanieves y el príncipe James. Muchos habían sido invitados a la fiesta, yo incluido, así que viajé lo más rápidamente posible al castillo de James y Blanca para estar presente en la celebración. A mi padre le habría gustado acompañarme pero tenía asuntos urgentes del reino que atender así que yo nos representaría a ambos en la fiesta. Cuando llego, ya hay bastante gente en el lugar, todos ataviados con sus mejores galas, al igual que yo. Doy un paseo por la estancia, mezclándome con el resto de invitados e intercambiando saludos con algunos de ellos. Al final, Blanca y James aparecen en lo alto de las escaleras y mientras los miramos con expectación empiezan a bajar por ellas para reunirse con los invitados. A los dos se les ve maravillosamente felices y todos los empezamos a aplaudir para recibirlos.

por Invitado Sáb Ene 05, 2013 10:34 am

Cuando al Rey Arturo Pendragón se entero de la noticia del compromiso del Príncipe James y Blancanieves,ordenó a sus sirvientes que sacaran el mejor traje que él rey tenía y preparasen la carroza real para el viaje hacía donde se celebraba el compromiso,ya que el Rey de Camelot no podía faltar a tan gran acto.

Tardo lo suyo en llegar ha donde el compromiso se celebraba ya que había que cruzar unos cuantos reinos,esperaba poder llegar a tiempo.Ya que un rey que llega tarde,no es bien visto.Después de diás de viaje,por fin a lo lejos diviso el castillo,de James y Blancanieves donde se celebraba el enlace matrimonial.

Bajo de su carroza,se coloco a Escalibur bien en su cinturón y entro en el enlace matrimonial,saludando a algunos invitados y a los anfitriones de tal evento.Como era normal en él,se fijo más en las bellas damas,que estaban en la sala,la cual más hermosa era,no había visto tales damas antes y se alegraba de a ver venido al evento,a parte de porque era su deber,por las bellas damas que allí se encontraban,que si le dieran a escoger,no sabría con quien quedarse,bueno a una ya si la descartaba,ya que blancanieves ya estaba compremetida,pero del resto no se podría decidir

por David Nolan* Mar Ene 08, 2013 5:53 pm

Los nervios no entraban ni en el carácter ni en el cuerpo del príncipe, no en aquella ocasión. Mientras acababa de colocarse bien el jubón y la chaqueta roja, y ceñirse la espada al cinto, reflexionaba sobre el hecho de que una de las salas principales del castillo estaba abarrotada de gente que había asistido sólo para la confirmación de su enlace con Blanca -hecho que ya era más que sabido, pero que era requerido por el protocolo-, y aún así, estaba completa y totalmente tranquilo. No tenía ni la menor duda del paso que iban a dar: después de todo lo que habían hecho, de lo que habían pasado juntos, James únicamente quería casarse de una vez con la mujer más maravillosa que conocía, y tener tranquilidad, por fin. Se lo merecía, ambos lo hacían, y el poder ser feliz de una vez por todas, sin tener que preocuparse de que nadie tratara de separarles, o de arrebatarle la vida a uno de los dos.

La fiesta de invierno había sido idea de Blanca, y ella era quien se había encargado de los preparativos, así que Charming no tenía que comprobarlos personalmente para saber que, prácticamente en su total mayoría, estarían perfectos. Sin embargo, cuando salió de los aposentos que habían habilitado para que se cambiara, no pudo evitar mirar a su alrededor, asombrado, admirando de cómo había quedado todo. Una vez más, se recolocó las solapas, se pasó la mano por el pelo, y cuando empezó a oír la música, compuso una expresión de tranquilidad, y se dirigió hacia las escaleras que bajaban a dónde estaba todo el mundo, aguardando a que su futura esposa llegara también.

Apenas pasaron unos segundos, pero cuando la vio, la expresión del rostro del príncipe cambió ligeramente, dejando paso a una sonrisa casi atontada. Decir que estaba hermosa era quedarse corto a la hora de describirla. Cuando llegó a su altura, Charming hizo una pequeña reverencia, formal, protocolaria, y le ofreció su brazo izquierdo, con un gesto galante. Sin embargo, antes de empezar a descender, se inclinó levemente hacia ella, para susurrarle algo. - Estás preciosa.

por **Sheryanna Shaykary** Mar Ene 08, 2013 7:41 pm

Aún recordaba con total claridad su primer encontronazo con James, con el que estaba prometida, con su verdadero Príncipe Encantador. Recordaba el golpe con la piedra, el intento de robo, la prueba de su anillo... Tenía tantas imágenes en su mente, que solo pensar que habían llegado hasta allí, la hacía sentirse... completamente feliz. Era irónico el pensar que al principio, le rehuía, le burlaba. Era totalmente irónico pensar que el 'Te encontraré' había empezado casi como una amenaza.

Recordar todo aquello en sus aposentos, hacían que su sonrisa frente al espejo pareciese más pura y brillante que cualquier otro día. Se colocó con cuidado un par de flores más en su pelo, enganchadas perfectamente, totalmente acorde con su atuendo, y se levantó. Era hora de aparecer.
Tenía unas ganas inmensas de ver allí a todos sus seres queridos. Tenía ganas de estar con Charming, de anunciar su ya, reconocidísimo enlace. De que todo el reino se enterase al fin de que iba a ser feliz para siempre, y que nadie lo impediría.

Con paso elegante, y casi con impaciencia, observando y rozando con la mano cada detalle, exactamente igual que como había encargado con los sirvientes, salió de sus aposentos, y caminó hacia el gran hall, llegando a las escaleras, en las que su príncipe aguardaba, y todos los demás ojos del lugar, -amigos, inseparables- estaban puestos en su reciente aparición. Observó a su pareja con una sonrisa de ilusión, antes de tomar los bordes de su vestido e inclinarse, a modo de una reverencia, casi exigida. Caminó hacia él, hasta el mismísimo centro de aquellas enormes escaleras, y tomó su brazo cuando lo tendió, galantemente. Todo era perfecto en ese instante. La decoración era perfecta, su acompañante -futuro marido-, era perfecto. Sus invitados, eran perfectos. No podía sentirse más feliz en ese momento. Mas se dio cuenta de que se equivocaba al sentir el aliento caliente de James junto a su oído, seguido de dos simples palabras, que la hicieron sonrojar. - No más que tú, me temo.

por **Edric A. Doyle** Jue Ene 10, 2013 2:53 pm

Una fiesta ¿Por qué tenía él que ir a una fiesta en honor al casamiento de dos absurdos humanos que a él no le importaban lo más mínimo? Primero, a él no le gustaban las fiestas. Todo el mundo hablaba demasiado alto, reía con demasiada frecuencia y pretendía ser feliz por un día cuando cientos de sus campesinos morían por las heladas que solían asolar las tierras en estas épocas. Segundo, odiaba a los mortales. Quizás odio era una palabra demasiado fuerte. Más bien le molestaba codearse con ellos. Era un Dios, su vida era mucho más importante que la de ellos. Tercero, le incomodaba el tener que dividirse. Era omnipresente, podía estar en varios lados a la vez. Podía fingir que le importaba el compromisos de los príncipes y a la vez seguir en su reino haciendo su trabajo.

Y además en invierno. Aquella era la época favorita del dios. No era porque, como solía pensar todo el mundo, en invierno a los mortales les daba por estirar la pata con más frecuencia. No, básicamente la razón de su felicidad colgaba de su brazo de forma inerte ahora mismo esperando con ansia ser llevada a una fiesta donde pudiese separarse de él en una época en la que no solía hacerlo. Y eso hacía que su humor empeorase hasta unos límites insospechados. Incluso su piel se sentía más caliente de lo normal. Controlándose.

Los hizo aparecer en la puerta del castillo y caminaron en silencio hasta allí. Sus ropas, pese a que eran demasiado ligeras y poco adecuadas para el invierno, no les daban frío. Eran dioses, ellos no sentían de igual manera. Más frío hacía en el inframundo. Nada más llegar sus pasos se pararon al ver a la multitud e hizo una mueca de desprecio. - Recuérdame por qué acepté el venir aquí, Seph - gruñó sin molestarse en bajar la voz para evitar que la gente cercana lo oyese. La educación y el saber estar no era parte del dios de los muertos, eso era más bien teatro para sus otros hermanos.

por **Oriana Lakefield** Vie Ene 11, 2013 2:22 am

Llegaba tarde, el primer baile que anunciaban y al que me invitaban, y llegaba tarde. Eso no era típico de mi, pero no podía evitar haberlo hecho, el solo hecho de no saber si llevar armas o no a la fiesta. Finalmente me decidí a llevar una pequeña daga escondida debajo de la falda. Suspirando, arregle mi vestido para que no se viera que había venido corriendo y así, con la cabeza bien en alto, entre a paso ligero a la sala, casi sin hacer ningún ruido con mis zapatos. Y sonreí para mis adentros al ver la hermosa decoración, Blancanieves de verdad se había lucido. Estaba observando con curiosidad el primer evento real al que había sido invitada y asentí para mi misma, nada mejor que empezar con una de las mejores parejas del reino.

Volví a echar una hojeada a mi alrededor y me tense ligeramente, ya sabia que el Rey Arturo estaría aquí pero aun me sentía un tanto incomoda a su alrededor. Hacia solo poco que había revelado que era mujer en la corte y eso había causado un gran escandalo. Cerré los ojos, sabiendo que por servirle a mi rey también lo tendría que saludar. Suspire, volviendo a sonreír, esta vez un tanto incomoda y me dirigí sin mucho apuro hacia Arturo. A mi paso agarre una copa de vio de uno de los meseros y le di un pequeño sorbo. Al llegar a su lado hice una ligera reverencia y le sonreí abiertamente.

- Su majestad, como siempre un placer .-dije tratando de sonar tranquila, aun un tanto nerviosa.

por **Ashley P. Boyd** Miér Ene 16, 2013 2:46 pm

Venir sin mi príncipe a una fiesta tan espectacular como esta no me apetecía en demasía, pero debía cumplir con mi deber al ser una miembro de la familia real y eso acontecía también las visitas sociales. Tampoco era un gran martirio esta vez, me gustaba vestirme con hermosos trajes hechos especialmente para mí y adornarme con espectaculares joyas, además que en esta ocasión el festejo era realizado por una querida amiga mía, Blancanieves. Desde que nos conocimos en una de estas celebraciones típicas congeniamos de inmediato, es que me veía reflejada en su historia y teníamos bastante cosas en común, incluido el modo de ver el mundo y la vida en general.

El simple hecho de que Thomas no pudiese estar a mi lado, y que me sosteniera de su brazo hasta el centro de la pista para luego hacerme volar con delicados movimientos de baile de salón me hacía perder el total interés por presentarme, pero era mi deber. Malditos juegos de caza que duraban más de lo esperado, odiaba ese pasatiempo, en realidad odiaba cualquier cosa que me pudiese quitar a mi esposo de mis brazos aunque fuese por un segundo.

Entré al castillo con la mirada en alto y vistiendo un bello vestido azulino con los brazos al descubierto. Llevaba joyas sencillas ya que mi peinado estaba adornado con pequeños diamante entrelazados en un complicado moño alto y brillaba con luz propia, no necesitaba sobrecargarme demasiado con adornos y ser más vistosa que un árbol de navidad.

Me detuve en una mesa por un vaso de agua y lo sorbí delicadamente. No pude detener un suspiro, cómo lo extrañaba.

por **Wrencel B.Strauss** Lun Ene 21, 2013 4:01 pm

Como muchos otros, me había enterado de la noticia del enlace entre Blancanieves y el príncipe James. Me había llenado de alegría esa noticia ya que como todos, lo esperaba desde hacía bastante tiempo. Sin dudarlo ni un instante, hice mi equipaje y me dirigí al palacio del príncipe James lo más rápidamente posible nada más recibir la invitación, para llegar a tiempo al enlace y no perderme la celebración. Nada más llegar, me recibieron y me dirigí al salón vestido con mis mejores galas, reuniéndome con el resto de invitados. Había bastante gente, se notaba que que tanto Blancanieves como James gozaban del cariño y del respeto de todos los que le conocían.
Me mezclo entre los invitados y paseo tranquilamente por la estancia, a la espera de que bajaran los anfitriones. Al fin aparecen y sonrío al verlos. Blancanieves estaba claramente deslumbrante. James era muy afortunado por tenerla a su lado.
Vuelvo a sonreír y miro en todas direcciones a ver si veía a Aurora. No sabía si acudiría a la celebración aunque esperaba que así fuera. Desde luego James era afortunado por estar con Blancanieves, pero yo también lo era por estar con mi amada Aurora.

por Invitado Vie Feb 01, 2013 12:04 pm

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Los invitados empezaban a agolparse para ver a la feliz pareja que habia hecho acto de presencia. Me sentia un poco agobiado metido en este traje, estaba más acostumbrado a ir con mi ropa normal. Me empezaba a sentir mal entre tanta gente, así que decidí volar. Me eleve para ver de cerca a la princesa, nunca había visto una y menos de cerca. Wendy nos contaba cuantos como cenicienta y los piratas o incluso el cuento de Blancanieves.

Al levitarme pude ver a la feliz pareja más cerca, él se veía valiente y con porte como en las ilustraciones. Mientras ella tal como la relataba Wendy era de tez blanca como la nieve. Labios rojos y hermosos, en verdad hacían una bella pareja. Me acerque a ellos y me presente, aunque quizás me echaran ya que no tenía invitación.
-¡Muy buenas, príncipe, princesa!- hice una reverencia en el aire, tome la mano de la princesa y la bese con inocencia-Me llamo Peter Pan, vengo de Neverland. Para mi es un placer asistir a su fiesta.
Una vez echas las presentaciones , les deje a su aire volando con los demás invitados. Aunque me sentía un poco cohibido con gente que no conocía. Pero seguro que habría cosas deliciosas para comer.

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Que el invierno sea bienvenido, al igual que el enlace tan esperado {EVENTO/Flashback }

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