El antiguo reloj {August W. Booth.} terminado

Deje a Emma en la puerta del lugar donde Emma estaba viviendo junto a Mary Margaret. Luego de despedirme de ella mire hacia el frente, me coloqué mi casco y puse en marcha mi moto, con la cual tome rumbo hacia donde me estaba hospedando actualmente. Rentar aquella habitación era la mejor opción y el mejor lugar en donde quedarme hasta que todo mejorará en el pueblo. Con esto digo de que Emma comience a creer en la maldición y en la historia, la vieja historia donde todos estamos atrapados. Aunque en mi mente eso no es lo único que tenía, lo único que daba vueltas y vueltas. Pues deseaba con todo mi ser el poder encontrar a mi papa. Mi viejo querido, el cual me mando aquí para salvarme de la maldición. A quien aun le debo todo, la vida, todo lo que soy. Al menos me gustaría pasar mis últimos días con el. Hasta que mi enfermedad culminará.

Sabía muy bien que me quedaban pocos días, quizás semanas, quien sabe. Pero poco tiempo, en el cual tendría que ver a mi padre, hacer creer a Emma y muchas cosas mas. A demás me agradaba pasar tiempo con Henry y hablar acerca de las maravillosas historias de su cuento. Los cuales son realmente verdaderos y el sabe bien que es así. Mientras llegaba a mi residencia en aquella habitación observe detenidamente el camino por el pueblo. Pensar que todo había cambiado tanto, era tan raro. Que yo soy el único que recuerda todo ya que Emma no lo sabe porque vino aquí siendo una bebe. Es un gran peso saber que soy el único que sabe la verdad. Henry la sabe, pero no fue protagonista en aquel entonces. Al llegar me baje de mi moto y deje el casco guardado debajo del asiento.

El día se encontraba mas que perfecto, por eso antes de ir hacia mi habitación me desvié y comencé a caminar por las calles. Estaba bastante desolado, solo había un par de personas. No muchas a decir verdad. Todo estaba cambiando y todos se estaban comenzando a dar cuenta o eso esperaba. Camine unos cuantos metros mas hasta encontrarme con la tienda de el Sr Gold. Aquel hombre que intenté engañar pero no pude. Da igual, solo quería ver si podría matarlo con su propia daga. Al llegar a la tienda entre a esta, estaba tranquilo. Al cruzar la puerta el sonido de la campanilla se escuchó y vi dentro a dos personas. A el Sr Gold y a mi padre junto a un viejo reloj. Uno que habíamos arreglado juntos con mi padre. Una sonrisa se formo en mis labios mientras les observaba.