[NNJ] Una mansión super grande y chupiguay (Maléfica)

Era extraño. Estaba recibiendo una reprimenda de mi madre por no comportarme como debía, y de repente me encontré en una sola amplia, vestida de novia y delante de una mujer que me parecía guapísima. Estaba confusa, pero contenta porque mi madre ya no me echa la bronca. No puse pegas cuando aquella mujer me cogió de la mano y me llevó con ella.

Era una mujer muy amable y no podía creerme que quisiera cuidar de mí. Tenía una casa preciosa, blanca e inmaculada. Al entrar me tropecé y me caí al suelo, porque aquel vestido era difícil de llevar. Me levanté y me froté la cabeza, pero no lloré, mi madre se enfadaba siempre que lloraba y había cogido la costumbre de no llorar cuando me miraban.

_ Lo siento, he tropezado. ¿No he roto nada no?_ Dije, sonriendo. No sabía por qué, pero sabía que aquella mujer no se iba a enfadar. No tenía del todo claro lo que estaba pasando, pero creía que tenía que ver con la magia de mi madre y sus hechizos. No tenía clara mi opinión sobre la magia, aunque extrañaba a mi padre y a mi amigo Daniel._ ¿Dónde estoy?

Banda Sonora

Al parecer estaba lejos de casa, en un lugar nuevo que me era desconocido. A otros aquello les habría asustado, pero yo no era ninguna de esas personas. desde que nací me habían enseñado a ser una señorita, a no tener miedo de nada. Y así era como me había comportado hasta el momento, y como pensaba seguir toda la vida.

_ ¿Pero ella está bien, verdad?_ Pregunté, preocupada. A pesar de cómo me trataba, y de lo poco que me comprendía, mi madre era la persona a la que más quería en el mundo. Y si le pasase algo, no sabría qué hacer. Bueno, a decir verdad, me había costado siquiera contemplar tal posibilidad, pues si algo sabía era el poder que tenía._ ¿Cómo te llamas?

Quería saber más sobre aquella mujer que me estaba protegiendo, pero a la vez seguía muy preocupada por mi madre, por dónde se encontraría y si estaría bien. Conociéndola, no le sería demasiado difícil meterse en algún lío.

Me alegraba saber que mi madre estaba bien, que no le había pasado nada, y aquella mujer parecía muy amable y considerada, mucho más que mi madre, que siempre se ponía especialmente exigente conmigo. Aquella mujer me inspiraba confianza, como si pudiese estar seguro de que todo saldría bien si estaba con ella. Mallory era su nombre, pero ya que me había dicho que podía llamarla como quisiera yo la llamaría Maly, porque me gustaba más como sonaba.

Noté como un extraño calor me invadía y mis ropas cambiaron, por un vestido de tonos azules. Si bien el vestido me gustaba, la magia no. Mi madre siempre la usaba para castigarme, para reprenderme, para obligarme a vestirme como ella quería. Y eso me llevó a dar un paso atrás. No me gustaba, la detestaba. La magia siempre traía más problemas que soluciones.

_ ¿Por qué has hecho eso?_ Pregunté, mirando al suelo, sintiéndome como si me hubiesen castigado por algo que no había hecho. Mi madre siempre me ponía aquellos vestidos horribles, o me obligaba a corregir la postura con un movimiento de sus manos._ ¿Qué he hecho mal para que uses magia conmigo?

El susto inicial que había tenido se fue desvaneciendo conforme hablaba. Era la historia más conmovedora que jamás había escuchado. Y la magia la había hecho posible. Quizás tuviera razón, y la magia no fuese tan mala. Quizá se podía hacer cosas buenas con ella, pero era algo que jamás me había planteado, no después de todo lo que mi madre había hecho conmigo durante todos aquellos años en los que se había esforzado por conseguir que la temiese.

_ Sí, me gusta el celeste. Siempre ha sido mi color favorito. El vestido es muy bonito..._ Dije. Me gustaban los vestidos, aunque eran algo incómodos cuando quería salir a los establos a montar. Aún era algo torpe, pero estaba segura de que cuando volviese Daniel volvería a enseñarme y con el tiempo conseguiría ser una gran amazona._ ¿Puedes contarme más sobre esa historia?

Me abracé a sus piernas, sintiendo algo en mi interior que me empujaba a hacerlo. No sabía por qué, pero aquella historia me había llegado muy hondo, y sentía que me acercaba más a Mallory, que podía confiar en ella para contarle todos mis miedos y preocupaciones.