Aquella Estrella de Allá. (Wendy Darling)

Era aburrido estar en la oficina, el autentico caso que debíamos ayudar a resolver Gus y yo, ya estaba resuelto. Aunque no con los resultados que debía, ya que seguíamos aquí atrapados en este mundo. A pesar de poder volar, no podía más que volar por Storybrooke ya que mi facultad de volar entre mundos por el momento no era posible. Deje a Gus cenando, yo no tenía apetito ninguno, el al mirarme vio que necesitaba estar soló. Por ello me subía al alfeizar de la ventana y salte de la ventana, haciendo caso omisono de alguna persona que miraba sin dar crédito a sus ojos, sobrevolé el cielo de Storybrooke.
Adoraba volar y sentir el viento en mi rostro, aquella sensación hasta el momento soló la había podido emular con aquello que llamaban coche, aquel deportivo que no tarde en aprender a conducirlo. Con aquel invento de este mundo corría por las carreteras de Nueva York a toda velocidad, aquello era lo más parecido a volar que tenia entonces, pero por suerte, al volver la magia pude volver a volar.
Aterrice en la torre del reloj, eso me hizo recordar el primer viaje a Neverland al que invite a mi querida Wendy y a sus hermanos. Desde que la vi en este mundo y con mi nuevo cuerpo, aquel que había crecido. Sentía algo diferente por Wendy, arquee ligeramente las cejas y sonreí sentado en la torre del reloj. Del bolsillo de mi pantalón saque el "beso" que me dio Wendy. Eso me hizo añorarla, así que decidí darle una sorpresa. Salte retomando el vuelo, pero en dirección a la habitación de Wendy. Mi alegría no pudo ser mayor al comprobar que su ventana seguía abierta a pesar de todo este tiempo. Entre con sigilo, ella se veía tan adorable durmiendo. No pude evitar agacharme y darle un beso tímido en la frente. No quería despertarla, pero quería poder estar a su lado un rato. Al observar su habitación no pude más que recordar aquellas aventuras que había vivido con ella.

Ahora que la maldición se fue, todos en storybrooke recordaban quien habían sido en su pasado tal como yo.
Mi ventana seguía abierta como siempre esperando a Peter Pan, el amor de mi pasado en el mundo de los cuentos. Nunca olvidé las aventuras que había tenido con Peter ni con mis hermanos que ahora estaban enormes tal como yo.
Me encontraba durmiendo en mi habitación con un rostro angelical porque me encontraba soñando con Peter y con nuestras aventuras cuando de repente sentí un beso en mi mejilla y dejé un hueco en la cama pero de repente desperté de forma lenta y cuando miré a un lado vi a un hombre junto a mí.

Mi habitación estaba oscura pero aquellos ojos me eran familiares. Cuando miré mejor pude reconocer aquellos ojos y sin duda era Peter Pan. Sonreí y lo hice caer en mi cama con un fuerte abrazo de felicidad por verlo después de tanto tiempo.

-Peter….-dije susurrando su nombre a su oído mientras lo abrazaba delicadamente. – Dios mio dime que esto es verdad…..que estás mismo aquí – dije aún sorprendida y lo miré a los ojos sentándome en la cama dejando caer una lágrima de felicidad. Pero él estaba diferente, había crecido y aquél beso que me dio venia con un sentimiento de timidez cosa que no era normal. Le sonreí.

-? Que haces aquí Peter ¿-le pregunté estando un poco más cerca de él de lo que esperaba estar. Pero en aquél momento mi corazón desparado que en cualquier momento parecía que me iba a salir del pecho.

No podia dejar de observar aquel rostro angelical, aquel del que siempre habia sentido algo especial. Pero no fué hasta que la maldición nos atrapo, que descubrí lo que realmente sentía hacia ella. Ese sentimiento era amor, la amaba con todo mi corazón. Aquella hermosa chica que me contaba cuentos, de la que no pude eolvidar al quedarme atrapado en este mundo .Ella era mi pensamiento positivo en aquel mundo y una de las razones por las que queria que la maldición se rompiese. Por suerte ya estaba rota y por lo tanto recupere mi don magico. Al ver como despertaba mi querida Wendy, no pude evitar acariciar su mejilla con delicadeza y amor. Deje llevarme por ella que me abrazo, echado junto a ella en la cama no pude evitar corresponder su abrazo. Al abrazarla pude comprobar lo mucho que la amaba, no queria volver a estar lejos de ella.

Al escuchar que susurraba mi nombre al oido, no pude evitar sonreir, acaricie sus cabellos mirandola con mucho amor.
-Por supuesto que lo es, siempre te he buscado Wendy.- a pesar de no haber podido regresar a Neverland, me sentía bien al lado de Wendy. Más adelante pensaria en la forma para regresar, mientras queria disfrutar de estos momentos. Al mirar a Wendy, supe que la amaba, ella siempre habia sido muy importante en mi vida. Desde el momento en el que regrese al mundo sin magia buscando la ventana de mis padres, pero estaba cerrada y ya tenian un nuevo hijo. En cambio la ventana de Wendy estaba abierta, cada noche escuchaba sus cuentos fustivamente. Hasta el día en el que mi sombra se separo de mi y ella me ayudo. Desde entonces su ventana estaba abierta a mi, aunque lo que no sabia era si su corazón estaria abierto a mi. Si ella sentiria lo mismo que yo sentia por ella. Me sente a su lado, sin dejarde mirarla con cariño y un toque picaresco que siempre tenia. Limpie la lagrima de Wendy con delicadeza con mi mano, mientras le sonreia.

Entonces ella me pregunto que hacia hay, ella se fue acercando poco a poco. Mi corazón latia tan deprisa que le bese en los labios, era un beso corto pero romantico. Al separame un poco de ella le dije sinceramente.
-Te echaba tanto de menos que quería volver a verte, mi querida Wendy.

Cuando lo habia besado pude escuchar su corazón latiendo porque me encontraba con mi mano en su pecho. Cuando me separé de sus lábios lo escuché decir que me quería ver y que me echaba de menos.
Sonreí con ternura al escuchar aquellas palabras que venian de su boca irresistíble.

-Me alegro de tenerte nuevamente aquí conmigo Peter...-dije apoyando mi frente en la suya respirando hondo y abrazandolo.

-Ahora que estás aqui, no te dejaré partir....te heché de menos - dije mirándolo a los ojos acariciando su mejilla mientras contemplaba su bello y precioso rostro. Ahora que la maldición había desaparecido que yo me recordaba de todo mi pasado como Wendy. Pero yo había crescido y Peter nunca dejó mi mente en ningún momento, porque siempre fue la razón de mi felicidad y solo quería volver a verlo y tenerlo a mi lado todos los días, despertándome con un beso de buenos días.
Hasta pensé en tener una vida a dos con él, pero no lo iba a decir aún ya que probablemete él no se sentia preparado aún.

-Te amo tanto Peter Pan...-dije susurrándo sobre sus labios carnosos a punto de besarlo de forma apacionada y cariñosa y másprolongada.

No podía dejar de enternecerme al observar la sonrisa de mi querida Wendy. Acaricie su mejilla sin dejar de observar su sonrisa, con muchas ilusión. Hacia tanto que no veía aquella sonrisa que no podía emocionarme. Ella lo era todo para mi, mi vida, mi ilusión....

Al escuchar sus palabras, la emoción que reinaba en mi corazón se veía reflejaba en mi rostro.
-Ahora que estamos juntos no te dejare, ya que lo eres todo para mi...-Al estar a su lado tenia tantas ganas de hacer tantas cosas con ella. Aunque una parte de mi se dividía, la parte que estaba desarrollando al llegar a este mundo me pedía algo romántico con ella. Pero mi ser quería seguir escuchando sus cuentos, con su dulce voz, jugar y vivir aventuras con ella. Aunque lo que más deseaba era estar con ella todo el tiempo que pudiese.

Al escuchar que los sentimientos que sentía por ella, eran correspondidos. No pude ser más feliz, aquello era algo muy especial para ella, ya que temía que me rechazase y que no quisiera volver a verme. Respire hondo, ya más tranquilo por la nueva situación.
-No veas lo feliz que me haces, cariño- era la primera vez que le llamaba así, me sentía diferente. Pero no era desagradable para nada. La cogí en brazos con mucho cariño y la bese con pasión, levite un poco suspendiendonos en el aire. Hacia tanto que no volaba con ella, aquel beso con pasión mientras la abrazaba para que no cayera era especial. Pero no era especial soló por que estuviéramos volando. Sino porque era mi primer beso de amor, ya que cuando ella me ofreció un beso por primera vez todavía era ingenuo y no sabia que era. Ahora lo sabia, era una sensación agradable y especial.

-¿Te apetece que volemos? Podríamos ver las estrellas juntos desde la torre del reloj -le dije emocionado, tenia un poco de polvo de hada que guardaba. Con eso y pensamientos positivos de Wendy, no faltaría nada más para que ella volase. Espere con ilusión a que me dijera que le parecía, mientras le deje sobre el suelo con delicadeza.

Lo escuché atentamente y esas sus palabras me provocaron una sonrisa de felicidad y ternura mientras contemplaba su rostro hermoso y cómico que él tenía.
Bajé la mirada algo sonrojada y aún de pijama (unos pantalones cortos negros y un top rosa algo decolado).

-También eres todo para mi Peter, no me quiero separar de ti nunca…ya lo estuvimos una vez y no quiero volver a perderte – dije mirándolo a los ojos y acercándome a sus labios para besarlo con pasión y cariño.
Estar con él nuevamente era una sensación fantástica. Me sentía tan bien a su lado así bien juntita a él como nunca lo había estado. Me sentía amada y querida por él. Pero una parte de mi que ya era adulta quería hacer muchas cosas con él pero mi parte más niña quería vivir aventuras, correr peligros juntamente con adrenalina solo que en Storybrooke yo ya no era más una niña pero una mujer.

Cuando iba a hablar él me besó y yo correspondí al beso con mucha ternura mientras me encontraba en el aire con él dentro de mi habitación. Me separé lentamente de sus labios y lo miré a los ojos.

-Peter…me gustaría mucho ir a volar contigo y ver las estrellas pero…creo que en todo este tiempo he crecido y… no se ahora que estás aquí, no se talvez podamos empezar una vida juntos…tú y yo….quien sabe un día formar una fami…-se calla y desvía la mirada sonrojándose y se suelta de los brazos de él cayendo encima de la cama para después levantarse y mirarme al espejo por unos momentos. Me giré y lo volví a mirar.

-Una parte de mi quiere volver a ser niña y vivir aventuras contigo pero si así fuera nunca sabría que era amarte en la realidad, estar enamorada….por otra parte quiero estar contigo, vivir en una casa contigo, posiblemente casarnos no se…son mis deseos de mujer…-desvía la mirada cruzando los brazos algo nerviosa por decir todo aquello.

La mire con cariño, estaba realmente preciosa. Aunque ahora la veía con otros ojos en parte era por que la había echado de menos en este tiempo y en parte por que ahora sentía cosas diferentes hacia ella.
Al escuchar las dulces palabras de mi querida Wendy, me sorprendió nuevamente con un romántico beso, al cual no dude ni un ápice en corresponderlo. Aquellos labios eran tan dulce como su personalidad, aquella que se gano mi corazón y el de los niños perdidos. No podía dejar de besarla, ya que era una sensación tan agradable. Era como un pequeño descubrimiento que había echo, ya que yo siempre había pensado que los besos era algo que se regalaba. Como el beso que me dio Wendy y que siempre guarde, o el que yo le dí a ella. Me sentía muy feliz a su lado, podríamos retomar las aventuras que teníamos pendientes y nuevas.

Al levitar con Wendy entre los brazos, la abrace proponiendole salir y volar como hacíamos antes. Al oír las palabras “creo que en todo este tiempo he crecido “. No lo podía creer, no.... no podía estar escuchando esas palabras. ¿Wendy, renunciaba a salir de aventuras y hacer travesuras?. La mire con un deje de tristeza y decepción mientras ella bajo y se miraba en el espejo. Me senté sobre su cama y le susurre:
-No podemos seguir creciendo, este no es nuestro mundo.... no es mi forma de vida. Yo deseo regresar a Neverland, allí no tenemos obligaciones y podemos vivir muchas aventuras- le dije mirando la ventana. Este mundo tenia cosas divertidas, pero al a vez otras terribles.

La mire de nuevo y la escuche. La mire confuso, ya que aunque había crecido algo. Habia cosas que no entendía y menos si tenían que ver con las mujeres. Me acerque a ella y tome sus manos:
-No tienes por que renunciar a vivir aventuras y a hacer travesuras, yo te amo por igual. Cuando regresemos a Neverland nada cambiara...-le dije emocionado.

Cuando lo escuche bajé la mirada algo triste por lo que me decía. Yo había crecido, y debería ser así también con él, pero él parecía que solo había crecido un poquito.
Suspiré y me acerqué a el abrazándolo por el cuello y mirándolo a los ojos acariciando su mejilla.

-Yo se que te quieres divertir, y volver a Neverland , también es lo que yo quiero Peter pero...no se, tengo mucho miedo que vuelvas a ser un niño pequeño que dejes de crecer y de te tornares un hombre como estás ahora, hermoso, maravilloso - se sonroja al decir aquellas palabras.

-Yo te amo Peter, por ti haría todo solo para hacerte y verte feliz. - dije pero después cuando lo escuche decir que cuando volviésemos a Neverland nada cambiaría y que no tendría que renunciar a nada.
Suspiré y respiré hondo.

-Peter, en Neverland vás a ser un chico pequeño...pero nuestro lugar ahora es en este pequeño pueblo Storybrooke...después se pensará en el resto vale ? -dije sonriéndole y besando sus labios con deseo, amor y cariño para después sonreír y decir.

-Ahora llévame a dar un paseo...volando - dije riendo por lo bajo guiñándole el ojo.

Al parecer había una linea que me separaba del a Wendy que conocía de antaño, ella estaba creciendo y no solo a nivel físico. Mientras por el contrario por mi parte yo había crecido físicamente pero mentalmente era el mismo de siempre. No deje de mirar a Wendy, la cual se acerco a mi. Al llegar me abrazo, al mirarme a los ojos acaricio mi mejilla. Con la mente pensativa, la mire con ternura, a pesar de todo ella era mi querida Wendy, pasara lo que pasara.
Escuche atentamente lo que ella me decía y pensativo pude aclararle sus temores. Aunque he de admitir que me halagaba que me hubiera dicho ese piropo.

La acaricie y le explique:
-Wendy, cuando yo llegue a Neverland era un bebé, Campanilla me crió como si fuera su propio hijo e incluso me enseño a volar. En el tiempo en el que estuve pude volar y retornar el vuelo hacia el hogar de mis padres biológicos. Siempre visitaba su ventana aunque estaba cerrada. Durante aquellos viajes y las cortas estancias fuera de Neverland, crecí hasta tener lo que serian diez años. Al final al ver que mis padres habían retomado su vida con un nuevo hijo me dí por vencido. Entonces mientras volaba apenado encontré tu venta, solía ir a escuchar tus cuentos. Hasta que aquella noche mi sombra se separo de mi cuerpo, ¿recuerdas?. Por ello se que al regresar a Neverland, no volveré a ser un niño-aunque una parte de mi deseaba tener de nuevo el cuerpo de un niño. Pero decidí no decir nada, por no desanimar a Wendy.

Al oír las palabras de Wendy no pude evitar abrazarla con amor, me quede pensando en las palabras de Wendy “nuestro lugar ahora es en este pequeño pueblo Storybrooke”. Suspire y acaricie su mejilla, aunque no me agradaba la idea de quedarme en este pueblo. Pero quizás ahora que estaba con Wendy todo mejoraría.

Al decirme que quería dar un paseo conmigo volando no pude evitar sonreír y mirarla con emoción. Esa era mi querida Wendy. Saque del bolsillo trasero de mi pantalón un pequeño saquito de cuero marrón:
-Piensa en cosas alegres- le dije antes de espolvorear sobre ella los últimos polvos de hada que tenia. Los que había cogido antes de la ruptura de la maldición. Los que guardaba por si las emergencia, estos me los había dado Campanilla antes de separarme de su lado.

Sentí la forma como Peter me abrazaba y me miraba con sus ojos azules bastante preciosos que me hipnotizaban y me dejaban tranquila transmitiéndome seguridad, protección y bien estar.
Lo escuché entonces con mucha atención a su historia del pasado que yo ya conocía pero mismo así era bueno recordar algunos momentos en que él me contaba las cosas, se despejaba, lo de sus padres fue muy triste y siempre me dejaba que pensar.
Acaricié su mejilla para intentar tranquilizarlo ya que al recordar toda esa historia él se pondría triste.

-Peter cariño y mi cielo, yo estoy aquí y no pienso irme de tú lado nunca….eres la persona que yo amo y quiero ver feliz…- dije sonriéndole con cariño y ternura. Lo quería mucho pero él estaba decidido a ir para Neverland así que posible y eso me dejaba algo triste, porque si fuera con él no sabía que podría pasar después. Si envolvería a ser un niño pequeño o no, pero todo era posible.
Vi como él me daba un poco de polvo de hada que le restaba y lancé encima de mi cuerpo. Cerré los ojos intentando pensar en cosas buenas hasta que una memoria de mi y Peter en Neverland invadió mi mente. Fue cuado por la primera vez lo besé y le ofrecí mi beso también, entonces empecé a flotar en el aire y cuando abrí mis ojos sonreí ampliamente con mucho encanto nunca antes visto y extendí mi mano.

-Llévame hasta el infinito! – dije riendo de forma divertida mientras le guiñaba el ojo -

El regresar al lado de Wendy era una de las cosas más maravillosas que podía desear a parte de regresar con los niños perdidos, ellos nos necesitaban. Aquellos momentos de confesiones con Wendy eran entrañables, sentía que podía desahogarme con ella de cualquier cosa. Ella siempre había estado hay para escucharme o consolarme, sus consejos eran siempre muy sabios y maternales. Por eso ella era la madre oficial de los niños perdidos.
Sus palabras de consuelo me ayudaron a levantar el animo, no es que estuviese triste tan soló melancólico, aquel reencuentro había sido algo más para mi que una simple visita.

-¡Gracias, Wendy! Eres muy amable y dulce. Yo tampoco te dejare-le dije acariciando su mejilla mientras levantaba a su lado.

Al espolvorear el poco polvo de hada que tenía guardado, Wendy tuvo su pensamiento alegre y levito a mi lado. Le sonreí emocionado de revivir aquel momento. Al escuchar sus palabras tome su mano con delicadeza.
-Volar es lo mejor que hay, pero hacerlo a tu lado se convierte en una experiencia especial-le confesé mientras volaba a su lado.

Al salir de su ventana el cielo estaba despajo al volar nos rodeaba un manto de estrellas, al mirar a Wendy sus ojos cristalinos deslumbraban bajo el resplandor de las estrellas. Le sonreí acercándome más a ella y le pregunte:
-¿tienes frío?-yo llevaba chaqueta, pero al volar siempre un notaba el fresco, por ello no quería que se resfriase. Yo estaba acostumbrado, por ello me acerque dándole mi chaqueta, de paso bese con delicadeza su frente. Iba a hacer que esta noche fuese especial para ella.

Peter tomó mi mano y le sacó de la habitación volando. Mientras volaba podía sentir la brisa rozar mi sueva y delicada piel lo que me hizo cerrar por unos momentos mis ojos disfrutando del paseo que hace mucho no lo hacía. Abrí mis ojos y cuando miré hacia abajo pude ver el pequeño pueblo de Storybrooke, que era enorme. Una hermosa sonrisa se dibujó en mi rostro mientras miraba a Peter y me quedaba bien cerca de él.
Sus palabras amorosas me hicieron sonrojar y sonreír al mismo tiempo.

-Gracias Peter…creo que hacerlo contigo también es una experiencia única y especial – dije para después abrazarlo en el aire y besar su mejilla tal como él me hizo. Después lo escuché preguntar si yo tenía frío, pero cuando le iba a decir que no este quitó la chaqueta y me puse detrás de los hombros, no pude evitar mirarlo y dejar un corto beso en sus labios pero con mucho amor, pasión y cariño.

-Yo no estaba con frío pero….gracias! –dije riendo para después aterrar en la playa de Storybrooke y mirar el mar. Sentir el aroma del océano era tan bueno y al mismo tiempo las estrellas lucían de una forma muy especial y única. Mojé mis pies en el agua y cuando me giré para ver a Peter le guiñe el ojo.

-Ya te he dicho el cuanto te quiero…te amo y te venero? – dije para después salpicarle un poco de agua riendo de forma divertida .

Wendy me aseguro que ella no tenía frió, pero me agradeció el gesto. El cielo lucía hermoso, era una noche donde las nubes habían dejado paso a las estrellas. Una noche especial que quería que fuera única para ella, aunque no sería la única .

De la mano volemos juntos hasta la playa, allí ambos aterricemos sobre la arena. Hay me senté mientras ella mojaba sus pies, aproveche a descalzarme. El aroma del océano me rememoraba nuestra querida isla y nuestras aventuras. Me levante y me acerque a Wendy, se veía tan hermosa que apenas podía creer que estaba a mi lado. En ese momento ella me dijo unas palabras preciosas. Luego juguetona me salpico con el agua, a lo cual le salpique. Era divertido jugar de nuevo con ella. Me acerque más a ella y le susurre al oído:
-Yo también te amo-le bese la mejilla y cogiendola por la cintura, elevandola con cariño. Al bajarla la mire de forma traviesa, aproveche a salpicandole de nuevo y corrí por la orilla del mar:
-A ver si me atrapas -le dije de forma picaresca, mientras corría mirándola de vez en cuando.

Mientras le salpicaba agua de forma divertida pude sentir como me quedaba mojada también. Reí de forma divertida, además hace mucho tiempo que no me divertía así especialmente con él, todo esto hacía recordarme nuestras aventuras en Neverland. Después sentir como me susurraba al oído que también me amaba y tomándome por la cintura me elevó con cariño.
Sonreí para después corresponder a su beso también en la mejilla para después sentir como me bajaba y me volvía a salpicar con agua.

-Hey eso no vale – dije riendo mientras lo veía correr y empecé a correr también detrás de él riendo. Cuando estaba a punto de atraparlo utilicé el vuelo y caí encima de él apartando mis cabellos de mi frente mirándolo a los ojos.

-Parece que he ganado…tengo derecho a algún premio? – le pregunté riendo y sacándole la lengua de forma traviesa y picara.

Estos momentos eran los que añoraba, aquellas frías y deprimentes noches en el apartamento de Nueva York. No podía quejarme ya que tenía a mi lado a Gus, pero no era lo mismo. Al notar el beso de Wendy, me sonroje unos instantes antes de comenzar un nuevo juego al que huy corriendo. Reí de forma divertida:
-¡Aquí todo vale!

Mientras corría note en mi espalda a la hermosa Wendy, por el rabillo de mi ojo vi que volaba. En aquel momento ella descendió, cayendo encima mía. Acaricie los mechones de su cabello con cariño. Se veía tan hermosa, hacía tanto tiempo que no la veía así que contemple por unos instantes su hermoso rostro.

Entonces ella de forma traviesa me pidió un premio, aquella era mi querida Wendy. La mire de forma picaresca y desafiante y le pregunte:
-¿Y que premio, quieres?-no pude evitar contagiarme de su risa y me uní riendo alegremente. Aquellos momentos los atesoraría en mi corazón.-¿Has pensado en algo?-le guiñe el ojo, e intentaba pensar en que podría pedirme.

Me encontraba encima de Peter contemplando su hermoso rostro mientras sentía como acariciaba mis cabellos ondulados y castaños bastante suaves y brillantes con cariño y delicadeza mientras le sonreía al escuchar su pregunta. Yo quería tantas cosas, una vida eterna con él, vivir mi final feliz con él, posiblemente no sé, formar una familia con él, volver a Neverland tal vez o entonces no porque una parte de mi quería quedarse en Storybrooke por otra parte quería ir para Neverland donde hay aventuras, estar con los niños perdidos y todo más.
Suspiré sonriendo de forma encantadora mientras mis ojos brillaban con intensidad y con una enorme alegría, felicidad, amor y pación a sus ojos. Una de mis manos acarició su mejilla suavemente mientras le susurraba.

-Vivir una vida contigo ya es suficiente Peter…criar a los niños perdidos como si fueran nuestros hijos, vivir aventuras contigo, es lo que deseo, pero lo que también más deseo es que nunca me dejes Peter…-dije para después besar sus labios con amor, cariño y pación mientras lo abrazaba y me separaba poco a poco de sus labios.

-Te amo Peter…nunca pensé que sería tan feliz al lado de un héroe, pero en realidad lo soy y mucho – dije con sinceridad soltando una pequeña risa para después levantarme y ayudarlo a levantarse y quitar mi ropa quedando en bikini y lo miré.

-Iré a bañarme…vienes? –le pregunté caminando lentamente hasta el agua guiñándole el ojo de forma provocativa, traviesa y algo pícara sonriendo con felicidad-

Wendy estaba sobre mí, aquella dulce mirada y aquel perfume me hacían sonreír. Ella daba la alegría a mi vida, supe que quería estar a su lado desde que la vi por primera vez. Estaba sentada en su habitación leyendo aquellos cuentos tan hermosos a sus hermanos. Me encontraba lleno de vitalidad a su lado, ya que ella me hacía feliz. Sonreí con mucha ternura mientras acariciaba sus suaves cabellos. Tenía curiosidad por saber que premio me pediría, mi querida Wendy. Tomándola entre mis brazos escuche sus palabras con atención, Aquellas hicieron que mi sonrisa se ampliase, la mire con mucho cariño y correspondí su beso con pasión. Aquel era un beso como aquellos que se veían en las películas, siempre había querido probarlo, probar que se sentía. Al besarla note algo cálido, la amaba , ella era muy importante para mí. Esas palabras me enternecieron el corazón, a veces me sentía reacio a mostrar mis emociones en publico.

Pero ella delante de ella todo era diferente. Separe mis labios de los suyos, mientras acariciaba su mejilla le confesé:
-Eso esta hecho cariño, siempre estaremos juntos. Nunca te dejare, lo eres todo para mi, te quiero muchísimo. Los niños perdidos estarán deseando volver a verte, ya veras, siempre los has cridado como una autentica madre-le dije con cariño, admiraba aquellas cualidades que tenía Wendy, era tan dulce y encantadora..

-Yo también soy muy feliz a tu lado, de ahora en adelante todo ira mucho mejor, ya que no dejare que nada ni nadie nos separe. Quiero que seas feliz-le dije besando su mejilla a la vez que acariciaba su cintura, mirándola con calidez.

Wendy camino hacia el agua proponiéndome un baño con cara traviesa, esa faceta suya me encantaba. No tarde en quitarme la camiseta y tirarla a la arena. Corrí a su lado cogiéndola en brazos.-Me parece una buena idea, yo te llevo. -le dije mientras la cogía en brazos metiéndome con ella al agua y riendo alegremente.