{La conversación aplazada...} - {Adrien}

por **Ariadne Ferrara** Vie Feb 15, 2013 6:19 pm

A pesar que llevaba varias horas intentando concentrarme únicamente en los libros que tenia a delante y los exámenes que se acercaban los pensamientos y los recuerdos no hacían mas que arremolinarse en mi mente impidiendo que pudiera concentrarme de la manera en que lo había hecho hasta el momento antes de recuperar cualquier recuerdo de mi vida pasada. Soltando un suspiro y mirando la página del libro en el que había estado intentando estudiar hasta el momento me di cuenta de que ni siquiera estaba leyendo el contenido de la página que eso me era imposible y no estaba dispuesta a seguir dándole vueltas al mismo tema que había estado rondando en mi cabeza últimamente con mucha mas fuerza de lo que había sido habitual... le echaba de menos, eso no lo podía negar, necesitaba tenerle cerca a la vez que seguía sintiéndome herida por la última conversación que habíamos tenido mientras no recordábamos nada del pasado.

Soltando de nuevo un suspiro, di finalmente por imposible y cerrando el libro me dirigí hacia el mueble zapatero para coger mis zapatos y salir a la calle. Caminé durante unos minutos sin un rumbo fijo, con mi mente centrada solo en una cosa, o mas bien centrada en alguien pero mi propio “orgullo” era el que me impedía ser yo la que se acercara a él con la intención de poner fin a todo ello, de tener por fin esa charla que habíamos aplazado por tantíssimo tiempo y que nos había mantenido alejados cuándo lo que hubiéramos tenido que hacer hubiera sido permanecer juntos, aprovechar todo este tiempo y seguir con nuestras vidas. Eso era lo que realmente esperaba que sucediera, llegar al final del oscuro túnel en el que había estado todos esos años, sin él y ver finalmente la luz, moría simplemente por sentir de nuevo sus brazos rodeándome, sentirle de nuevo abrazándome y teniéndole lo mas cerca de mi que fuera posible.

Fueron mis propios pasos los que me condujeron finalmente al lugar, mis propios pasos que me llevaron al lugar dónde mi propio corazón quería y deseaba ir: tras varios minutos caminando me encontraba en el bosque, frente el pozo de los deseos y bien sabía que en mi corazón ahora mismo solo habitaba un único deseo que pugnaba por salir, por verse cumplido lo mas pronto posible. Un deseo en el que, tanto mi mente como mi corazón, estaban de acuerdo: le quería de vuelta, de vuelta a mi vida y a apropiarse de todo mi corazón de la misma manera en que lo había sido en un pasado tal y cómo lo habían revelado mis recientemente recuperados recuerdos. Suspiré y apoyé mi mano sobre la piedra del pozo mientras dejaba que, por primera vez desde que los había recuperado, mis recuerdos me llenaran completamente —¿por qué no podría ser todo más fácil?¿por qué simplemente no he sido capaz de hacer lo que hubiera tenido que hacer en este tiempo en vez de huir como lo había hecho?¿por qué en vez de ello no fui completamente sincera con lo que sentía ni le pedí que él también lo fuera? —me dije a mi misma en un susurro apenas audible mientras me abrazaba a mi misma fijando de nuevo la vista en el pozo y sus alrededores— por favor, si hay alguna manera... simplemente deja que suceda —musité con el mismo murmullo apenas audible sin moverme de la posición en la que me encontraba.

por **Amatis Haunt** Dom Feb 17, 2013 10:10 pm

Desde que había recuperado mis verdaderos recuerdos, cada vez se me hacía un poco más complicado centrarme en mi trabajo ¿por qué la gente se mete en tantos líos? ¿No podían centrarse en hacer todo bien, para que no tenga que defenderlos, incluso hay veces que pasaría completamente de hacerlo no se lo merecen, y no dejarme concentrar en lo que más me importaba, Ariadne, aquella chica del pelo largo, ondulado y largo y la cara que nunca jamás había visto, a lo largo de mi larga vida “Odette, Odette” ese nombre retumbaba en mi cabeza cada segundo, sin dejarme concentrar en el trabajo. Antes de recordar quien había sido en otra vida, la había tratado bien, habíamos tomado muchos helados juntos, ido al cine juntos… me lo pasaba bien con ella, hasta que… todo volvió a la realidad, recordando quiénes éramos. Rehuía de mí cada vez que me veía. Tenía una ligera idea de qué se podía tratar.

Salía de mi lugar de trabajo, cuando la vi pasar a unos metros de la puerta ¿Dónde se dirigiría? La seguiría, no podía evitar la curiosidad de donde iba ¿y si había quedado con otro chico? No, eso no podía ser, y no me iba a pasar todo el día pensando en esto, por eso, con paso firme y escondiéndome detrás de las paredes, y de los árboles, ahí se había dirigido, hacía los árboles ¿Por qué se iba tan lejos para quedar con alguien? Me dolería mucho pero, no iba a retenerla a mi lado. Vaya, al seguirla un poco más, supe para que había venido hasta aquí, en este bosque, decían que, existía un pozo mágico, de los deseos o algo así, no me había nunca llamado la atención este lugar, y estaba aquí por ella, porque, nada se me había perdido allí. Cerca del pozo, me escondí tras un gran tronco. Escuché que decía algunas palabras, no podía entenderla bien. Sin hacer ruido con ninguna rama, me escondí tras un tronco más cercano y de igual grosor *por favor, si hay alguna manera... simplemente deja que suceda* ¿A qué se refería? Me acerqué hasta ella por detrás, ni me oyó, estaba concentrada y abrazada así misma.

por **Ariadne Ferrara** Miér Feb 20, 2013 9:12 pm

Permanecí en la misma posición durante un poco mas, mientras todos los pensamientos iban corriendo por mi mente, mientras intentaba buscar alguna solución a todo ello pero nada acudía a mi mente por lo que solo me quedaba suplicar para intentar que la solución llegara por si misma hacia mí. Solté un suspiro y me mordí el labio antes de tener la sensación de que ya no me encontraba sola, que había alguien conmigo, en el claro dónde se encontraba el pozo, a mis espaldas. Completamente alerta, me di la vuelta para encontrarme de cara precisamente con la persona en la que había estado pensando, con la que sabía que tenía una charla pendiente y a la que necesitaba para poder ser realmente feliz puesto que sin él sabía perfectamente que no podía serlo —Sig... —empecé a decir antes de que me diera cuenta de que había estado a punto de llamarle por su verdadero nombre, por el nombre del hombre al que amaba y adoraba con todo mi ser, pero teniendo que resolver el problema que había entre nosotros en esta vida necesitaba mantener una ligera distancia emocional antes de entregarle de nuevo y completamente mi corazón a pesar de que era consciente que igualmente le pertenecía, pero la diferencia estaba en qué él aún no lo “sabía”— Adrien —musité finalmente apretando un poco mas los brazos a mi alrededor en un intento de mantener un poco la compostura. No sabía exactamente que era lo que él podía haber oído de lo que había dicho desde que había llegado aquí, hasta que punto había interpretado lo que había dicho o si se había dado cuenta de que era lo que me traía aquí puesto que no sabía con exactitud el tiempo que él llevaba en el claro y eso podía llegar a ser un poco espinoso y mas teniendo en cuenta que no sabía como afrontarlo, cómo hacer nada a pesar que sabía que seguir huyendo no sería la mejor opción, no ahora que recordaba todo, no ahora que tenía mas claro que nunca lo que sentía por él.

Permanecí en silencio durante unos pocos minutos que me parecieron eternos mientras intentaba encontrar la mejor manera de empezar a decir las cosas, luchando por simplemente decirle mis sentimientos, cómo me había sentido durante todo este tiempo, pero había algo que me lo impedía algo que podía identificar como el miedo a que algo pudiera salir mal haciendo que perdiera de forma completamente irrevocable al que era el amor de mi vida. Suspiré y busqué con mis ojos su mirada —¿por qué Adrien, por qué tuviste que decir precisamente eso? —dije finalmente mirándole con cierto pesar y mordiéndome el labio, no había querido empezar a hablar diciendo eso, pero sabía que ya no podía dar marcha atrás, había abierto la caja de Pandora y era mejor que me dispusiera a enfrentarlo de una vez por todas— ¿por qué no se te pudo ocurrir otro motivo que decirme cuando te pregunté porqué querías salir conmigo que no fuera mi aspecto físico? —me mordí el labio con un poco mas de fuerza mientras intentaba reprimir las lágrimas que luchaban por descender por mis mejillas— ¿realmente no ves nada mas en mi que no sea la belleza exterior? —reprimí el sollozo que pugnaba por salir de mi garganta pero no pude reprimir que algunas lágrimas empezaran a surcar mis mejillas— ¿por qué Perrete?¿por qué no pudiste ver que eso me hería?¿por qué después de tanto tiempo no pudiste decirme una cualidad que no fuera tan superficial como la belleza?¿por que...? —musité mientras mi voz se rompía y las lágrimas seguían fluyendo ya libremente por mis mejillas por lo que agaché mi cabeza ligeramente fijando mi mirada en sus zapatos para evitar que él pudiera ver la verdadera magnitud del dolor que me atenazaba en este momento. Finalmente lo había hecho, había dicho todo lo que me había estado callando y por lo que había estado huyendo de él, le había dejado saber qué era lo que sentía ya desde antes de saber quién era, sentimientos que ahora que lo recordaba todo estaban mucho mas intensificados y que amenazaban con romperme el corazón y desgarrarme el alma si sus respuestas y reacciones resultaban ser negativas. No sabía que iba a ser de mí si eso sucedía pero sabía que me sería completamente imposible poder seguir adelante, puesto a que le necesitaba, le necesitaba en mi vida para que ésta pudiera ser completa y poder ser realmente feliz, sin él esa felicidad... no existía.

por **Amatis Haunt** Jue Feb 21, 2013 4:42 pm

Di un paso hacía ella despacio para no asustarla, se había girado, me había oído, su oído de cisne aún parecía intacto. Pude así ver los rasgos perfectos de la chica, de mi Ariadne, de mi bella Odette. Aquellas cejas perfectas, su pequeña nariz, perfecta, sus labios perfectos que había perdido ya el sabor de ellos, hacía tanto tiempo que no los saboreaba, aquellos ojos que me tenía hipnotizado, ahora tristes ¿Qué la ocurría?, sus fijas manos con sus uñas bien cuidadas y su larga melena rubia de forma ondulada. No la había notado tan triste hacía muchísimo tiempo. Di otro paso, hacía ella, empezó a decir mi nombre, mi horrible nombre que tenía en el Otro Mundo, pareció darse cuenta de ello, por lo que corrigió llamándome por mi nombre, ese nombre que me habían dado, que creí que era mi nombre verdadero, Adrien, Le dediqué una pequeña sonrisa, dando otro paso más, hasta que una pierna quedase encima de un montículo de arena, no me atreví a dar otro para ir disminuyendo la distancia que nos separaba. Su pregunta me pilló de sorpresa, no la entendí hasta que me dio respuesta con otra pregunta. Ahora recordaba el motivo por la que la había visto así.

La última vez que la vi, que me preguntó qué es lo que había visto en ella y el motivo para querer mantener una relación de novios, mi respuesta fue porque era bella, por su belleza, por ese estúpido motivo, que a las mujeres tanto les molestaba, ese motivo que en cuanto, se giro pensé en él, en la belleza, solo describí su aspecto físico, no el aspecto que más importaba, el interior. Di esta vez dos pasos hacía ella, cerca del pozo ¿no tendría intención de tirarse o algo parecido? –Ariadne, ¿por eso me has estado evitando todo este tiempo? ¿Por eso? Entiendo – bajé la mirada a penado. Ya lo sabía yo, que por ahí podían ir los tiros, y acerté. También la verdad era que había intentado acercarme a ella, pero me evitaba a toda cosa, como si hubiese hecho algo, y la verdad fue que si lo hice– quizá no supe que decir y fue lo primero que se me vino a la cabeza, no lo sé pero ahora intentaré darte una mejor respuesta.Uno de los motivos, si fue ese, lo admito – no la iba a mentir, no podía hacerlo - pero no es el más importante, ni mucho menos, lo que me llevo a eso fue porque eres una persona estupenda, inteligente, alegre, bondadosa, divertida, dulce – no podía buscar unos adjetivos mejores. Y ahora lloraba, no podía verla llorar, se me rompía el alma, no me gustaba ver llorar a las mujeres, y mucho menos a ella – fui un tonto, lo sé – extendí los brazos hacía ella, sería ella quien se tiraría a mis brazos

por **Ariadne Ferrara** Lun Feb 25, 2013 7:44 pm

Observé con precaución mientras se acercaba un par de pasos mas, no era que le tuviera miedo a él, mas bien tenía miedo de mis propias reacciones, de precipitarme llevada por lo que sentía en mi corazón antes de que hubiera zanjado y terminado con el tema de lo que me había mantenido lejos de él por tanto tiempo. Solté un ligero suspiro mientras escuchaba sus palabras al entender que era lo que me había hecho que le evitara y noté un ligero dolor en el corazón al verlo así. No quería verle triste, me dolía no verle sonreír y una parte de mi quería hacer que simplemente sonriera. Intenté reprimir las lágrimas prácticamente sin éxito y no pude evitar lanzarme a sus brazos en cuando los extendió hacia mi, era completamente superior a mi, mi fuerza de voluntad siempre desaparecía en todo lo que hacía referencia a él y tenía que hacer un gran esfuerzo para dejar llevarme por mis emociones. Sin decir aún nada, hundí mi rostro en su torso y seguí llorando durante varios minutos, dejando que todo el dolor y todos los miedos que había estado sintiendo salieran de mi, como si de un veneno se tratase y mi organismo tuviera que limpiarse de ello antes de que fuera capaz de seguir adelante. En cuando finalmente me hube desahogado, levanté la mirada y le miré con los ojos ligeramente enrojecidos por el llanto —Adrien —musité con la voz aún afectada por haber llorado— si hubiera sido otro el que me hubiera dicho que quería salir conmigo por mi aspecto, me hubiera reído y le hubiera dicho claramente que no estaba lo mas mínimo interesada —me mordí el labio y suspiré— pero eras tú, alguien que era, es y será siempre muy importante para mi —suspiré de nuevo— tú, que eras el único que podía y puede hacerme pedacitos —susurré con total sinceridad, ahora que había abierto finalmente la tapa, no podía volver a cerrarla— siempre has tenido un peso considerable en mi vida —levanté lentamente una de mis manos y le acaricié el rostro dejando que lo que parecían ser pequeñas descargas eléctricas recorrieran mi cuerpo entero a la vez que hacían que sintiera un ligero cosquilleo en dónde mis dedos tocaban su piel. Suspiré y le miré por primera vez, en esta vida, con cierta dulzura reflejada en mis ojos —por todo ello —me mordí el labio y volví a suspirar— no puedo hacer mas que, después de que al parecer hayamos perdido tanto tiempo, perdonarte por eso —suspiré y me aparté un mechón de cabello— me temo que ni tú ni yo éramos completamente nosotros mismos en ese momento —le miré con cierta precaución— pero por favor, no quiero que vuelva a suceder —me mordí el labio— no creo que pudiera soportarlo —dije finalmente con un susurro apenas audible a la vez que intentaba que la opresión que sentía en el corazón no afectara en mi tono de voz, pero no me resultó nada fácil.

por **Amatis Haunt** Lun Feb 25, 2013 9:41 pm

Los segundos que había esperado a que se tirar a mis brazos, me parecieron horas incluso años, no bajé los brazos ni por un instante, no me iba a cansar de estar en este modo, parecía que lo daba por perdido todo y no era así. No iba a perder a mi bella Odette, ni a mi bella Ariadne, ambas eran la misma persona, la misma persona, a la que en otra vida estaba seguro de amar, y en la que en la actualidad amaba también después de que recordásemos nuestro pasado, antes de eso me había fijado en ella, podía haberme fijado en muchas, si, pero no sentía por ellas lo que sentía por ella. Temía que se hubiese enfadado por seguirla, pero no podía evitar sentir celos al pensar que había quedado con otro a escondidas. Cuando estuvo ya frente mí, cerré los brazos fundiendonos en un abrazo. La abracé con tanta delicadeza por no romperla, como con tanta fuerza para no dejar que se alejara de mí nunca más. Sus lágrimas humedecían mi cuello, dejé que soltara todo lo que tenía dentro mediante las lágrimas, lo mejor era que soltara todo antes que se lo guardase y pudiera hacerla algún mal. Yo aproveché a oler el dulce aroma de su pelo, siempre tan limpio y tan suave. Cuando se hubo tranquilizado menciono mi nombre, algo tenía que decirme, la dejé hablar. La miraba directamente después de haberlos cerrado por su caricia, a sus ojos vidriosos, yo estaba tragando saliva para evitar que se me empañaran también de lágrimas – Si me hubieran dicho lo mismo, me hubiera alejado también – sabía que habría hecho eso, y también sabía que conmigo no podía hacerlo, yo hubiese hecho lo mismo si no fuera ella. Me dolió el escuchar que era el único que la había hecho y podía hacer romperla en pedacitos como ella decía – no digas nada más – puse un dedo en sus finos y labios – tu eres la única que como tú dices, ha tenido un peso considerable en tu vida – era un poco más torpe con las palabras cuando se trataba de de mi vida fuera del trabajo – no lo pidas por favor, ni que lo pidas– limpié una de las lágrimas que caían por sus mejillas – nunca volverá a sucede nada malo que pueda llegar a separarnos de nuevo – yo tampoco sería capaz soportarlo, esa era la verdad. Lentamente, llevé mis labios a los suyos, sintiendo una pequeña descarga al juntarse, la besé con suavidad para no lastimarla aunque en realidad, deseaba besarla con una pasión descontrolada, pero no quería pasarme, ahora que estábamos “juntos” de nuevo.

por **Ariadne Ferrara** Dom Mar 03, 2013 9:46 pm

Un poco mas tranquila después de haber soltado todo lo que había llevado dentro durante tanto tiempo y después de notar sus suaves caricias sobre mi cabello. Mi respiración se normalizó ligeramente y ésta parecía un poco mas estable, sabía que estaba en el lugar en el que había querido estar desde un inicio: entre sus brazos mientras estos me envolvían y me hacían sentir completamente segura cómo bien lo habían hecho en el pasado. Suspiré y le miré en silencio cuando su dedo sobre mis labios escuchando sus palabras mientras un ligero rubor se hacía con el control de mis mejillas tiñiéndolas de un suave color rosado. Otro suspiro escapó de mis labios en cuando él retiró los restos de mis lágrimas de mis mejillas, haciendo que una ligera descarga eléctrica me recorriera desde el punto de mi mejilla en la que me había tocado, pero eso quedó rápidamente ofuscado en el momento en que noté sus labios sobre los míos. Sin pensarlo mucho y siguiendo simplemente a mis sentimientos le correspondí al beso mientras apoyaba mis manos sobre su torso, le amaba con todo mi corazón, eso lo tenía mas que claro, también tenía mas que claro que quería pasar el resto de mis días a su lado y que era el lugar en dónde debía estar, pero por otro lado se arremolinaba un poco el miedo que sentía, la preocupación de que algún día pudiera llegar a perderlo y que tuviera que pasar tanto tiempo lejos de él como lo habíamos estado pasando.

Suspirando de nuevo, abrí los ojos y le acaricié de nuevo la mejilla aún notando la dulce presión sobre mis labios, pero necesitaba que las cosas pudieran quedar aún mas claras de lo que ya lo estaban, lo necesitaba para sentirme completamente segura en la situación en la que nos encontrábamos. Era consciente de que era una nueva oportunidad para poder estar juntos de nuevo y era algo que, si yo podía, deseaba aprovechar mas que de sobras —te quiero Sigfrido —me mordí el labio y le miré, sabía que esas palabras resumían perfectamente gran parte de lo que sentía por él, pero incluso así no me parecía suficiente— se que te he querido siempre, incluso cuando no recordaba quién era yo ni quién eras tú, a pesar que no lo sabía, ese sentimiento estaba allí, latiendo esperando al momento adecuado para salir a la luz —rocé suavemente sus labios con los míos antes de seguir hablando— se que siempre has sido el único hombre en mi vida, y sinceramente no quiero a nadie mas que tú en mi vida, no lo he necesitado antes y mucho menos lo necesito ahora —suspiré y le miré— por ello mismo, ésto es muy importante para mi —busqué sus ojos con los míos antes de seguir— quiero que podamos aprovechar este tiempo aquí para que lo que hay entre nosotros vuelva a ser tan o incluso mas brillante y perfecto de lo que era —me mordí el labio y le miré— yo puede que no lo necesite tanto, pero se que Ariadne si lo hace —suspiré y le miré con dulzura— necesito que vuelvas a realizar la pregunta que nos mantuvo alejados todo este tiempo —le acaricié la mejilla con suavidad— te prometo que esta vez no voy a huir —dije besando suavemente su mejilla mientras le dirigía una mirada que reflejaba completamente aquello que sentía por él y que sabía que él podría ver en mis ojos.

por **Amatis Haunt** Lun Mar 11, 2013 7:39 pm

Sigfrido, como odiaba ese nombre, mis padres intentaron matarme al nacer al ponerme ese nombre tan espantoso, aunque saliendo de la voz de Ariadne sonaba bien, como si de un nombre angelical se tratase, pero no pude de más que alzar la ceja cuando lo dijo. Le tomé la mano alejándola de mi rostro. Que bellas palabras salían de su dulce boca ¿Cómo no podía estar enamorado de ella como lo estaba? A ella también la había querido, más bien gustado, desde que la conocí antes de aquel hechizo, después de él, los sentimientos se hicieron más fuertes, y el dolor a su indiferencia hacía mi, recuerdo que ese era el motivo por el que estaba aquí, uno de los motivos. Antes de continuar hablando, me dio un pequeño beso, debería controlarme para no alargar aquel beso, quería escuchar lo que tenía que decirme. Lo siguiente que dijo era que yo era el hombre de su vida, el único hombre que quería en su vida - ¿Y quien crees que es la única mujer que quiero en mi vida?- no pude más que decirlo, la pregunta apareció en mi cabeza, tuve que soltarla. Una gran sonrisa de dibujó en mi rostro, eso era lo que había querido yo, recuperar el tiempo perdido, el tiempo de no haber disfrutado de sus besos y sus caricias. No lo hubiera echo, alejarme de ella si no hubiese ocurrido lo el estúpido hechizo, ni mi estúpida respuesta de que era su belleza lo que me había atraído de ella. Apreté su mano - eso es lo que he querido yo siempre - dibujé en el aire unas comillas con los dedos. La pregunta dichosa, se la haría solo para que no apareciese más en nuestras futuras conversaciones - Ariadne, Odette ¿Queréis salir conmigo? - hice la pregunta apoyando una rodilla en el suelo, con mala suerte pisé una piedra, me estaba haciendo daño pero no importaba, aún con su mano entre la mía - te amo Ariadne Ferrara, y no solo es por tu físico, te prometo, hacerte, bueno, intentar hacerte feliz, sea cual sea tu contestación - la miré a los ojos, esperando una respuesta. Esperaba de todo corazón que fuera un si, pero no un si dudoso, si no un si firme

por **Ariadne Ferrara** Lun Mayo 13, 2013 1:45 pm

Un ligero rubor se adueño de mis mejillas a la vez que otra sonrisa afloraba en mis labios sin que pudiera impedirlo de forma alguna, una parte de mi apenas podía caber en si misma mientras que la otra se estaba planteando autopellizcarme para asegurarme de que ésto era completamente real y no era un sueño ni era producto de mi imaginación. Solté un pequeño suspiro y le volví a sonreír antes de responder a sus palabras —no se yo —dije con suavidad mientras le dedicaba otra de mis dulces sonrisas sin una pizca de duda— pero espero que no sea otra, o quizás debería terminar con ella —dije bromeando, sabía que realmente no había nadie mas, y no recordaba que la hubiera habido durante los años que nos habíamos quedado atrapados en la maldición, así que realmente no tenía nada de lo que preocuparme, por otro lado tampoco sabía nada de Rothbarth y eso era algo que me tranquilizaba enormemente, ahora podría vivir mi vida sin que él intentara separarme de la persona amada, sin que ninguna de sus tretas se interpusiera entre nosotros con la intención de hacer que él me traicionara, eso no iba a pasar, no iba a permitirlo de nuevo. Ahora recuperaríamos todo el tiempo que habíamos perdido, borraríamos esos veintiocho años que habíamos pasado alejados jugando al gato y al ratón, todos esos años en que le había estado evitando por culpa de unas palabras dichas de la forma menos adecuada y siendo la respuesta que realmente no esperaba. Sonreí de nuevo— ahora tenemos todo el tiempo para ello, y no quiero perder mas tiempo, no puedo permanecer lejos de ti, no por mas tiempo —las aguas volvían a su cauce y ahora la preocupación de volver a ser un cisne estaba un poco mas lejana. Otro ligero rubor apareció en mis mejillas cuando vi sus movimientos antes de hacer la pregunta que había estado entre nosotros ese tiempo, esa misma imagen me trajo una oleada de recuerdos de la que había sido mi vida, resaltándolos sin esfuerzo alguno y sin poder evitarlo. Le sonreí y sin dudarlo lo mas mínimo me lancé a sus brazos antes de decir nada mas— contigo iría hasta el fin del mundo —dije con un susurro mientras le abrazaba pasando mis brazos por su cuello— no concibo ninguna otra respuesta a esa pregunta que no sea un sí rotundo, estaría loca si ahora, después de todos estos años, de echarte de menos y de necesitarte a mi lado te dijera que no, no cuando tanto mi alma como mi corazón no me lo perdonarían nunca —sonreí y repartí unos cuantos besos por su mandíbula y mejillas sin deshacer el abrazo en el que me encontraba— yo también te amo, mas que a nada, solo tú me puedes hacer realmente feliz, solo tu presencia a mi lado me hace feliz por lo que se que vas a conseguir con mucho éxito hacerme feliz —solté uno de mis brazos y le acaricié lentamente la mejilla impregnando el gesto con toda la dulzura que era capaz— yo también te prometo hacer todo lo que esté en mi mano para que seas feliz y que tu vida sea completamente plena a mi lado —y lo iba a hacer, iba a dedicar hasta mi último esfuerzo para cumplir con mi promesa, conseguiría que él fuera feliz a mi lado, que lo fuera tanto como lo era yo con solo saber que él estaba allí junto a mi, cómo lo era sabiendo que mis sentimientos por él eran correspondidos. Le amaba y no tenía ninguna duda de mis sentimientos ni de lo importante que era él para mi, de que incluso estos eran mucho mas profundos de lo que lo habían sido en un un principio, sabía de sobras que él y solo él era el amor de mi vida, tenía mas que claro que mi futuro no estaba en ningún otro lugar que no fuera a su lado y que mi felicidad estaba proporcionalmente ligada a la suya por el resto de mis días, sabía que esta vez haría todo lo que estuviera en mi mano para que nada nos volviera a separar de nuevo... esos años lejos de él no habían hecho que viera las cosas con mas claridad y que mis sentimientos por el, a ser posible, fueran mas profundos.

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