Mi girl will need some toys *o* (Marco)

Me costaba moverme por el bosque. Me encontraba más débil y más necesitada de lo que lo había estado jamás. Pero me daba igual, porque lo que me hacía débil era lo que a su vez me hacía increíblemente feliz. Y es que no podía estar más contenta con la decisión tomada. Pues pronto en su familia habría una tercera personita a la que pensaba malcriar todo lo que su maternal mente pudiese. Empezando por llegar donde se encontraba el carpintero llamado Gepetto, que hacía las mejores obras con la madera, según le habían contado.

_ Ah... Grace, tranquila... mami ya se sienta._ Susurró acariciándose el hinchado vientre producto del embarazo, que ya se hallaba bastante avanzado. Se sentó en un tocón y fue entonces cuando sus ojos captaron a un hombre que parecía estar a la búsqueda de leña, un poco alejado de ella, pero a la altura de un grito._ ¡Disculpe! ¿Es usted Gepetto?

En ese momento Grace dio una patada y no pudo evitar sonreír al respecto. Era una niña muy revoltosa, todo había que decirlo, pero eso le inspiraba y le decía que sería muy activa en el futuro. Ella, que había sido un ser muerto en vida, en apariencia condenada a la eterna soledad, ahora tenía en su interior una vida que dependía de ella, un alma a la que cuidaría como se merecía, con afecto infinito.

. Aunque no vivia muy lejos me gustaba levantarme para ponerme a trabaja , ya que a pesar de la compañia y la amistad de Pepito, sentía que me faltaba algo. Quizas sería el cariño de una familia, me gustaría formar una familia pero a mi edad era algo dificil. Había oido de un arbol mágico, así que todas las mañanas buscaba aquel arbol para poder construir con el un muñco. Quizas su mágia le daría vida y gracias a el podria tener un niño, mi propio hijo aunque fuera de madera.

Aún no encontraba dicho arbol, pero estaba recogiendo algo de madera para tallar figuras para mi carpintería. En ese momento escuche una voz femenina que me llamaba. Al girarme, vi que se trataba de una hermosa mujer.
Fuí a su lado:
-Efectivamente, Mi nombre es Gepetto, ¡buenos días, señorita!-le salude con mucha educación Parece ser que alguine le había hablado de mí.-¿con quien tengo el honor de hablar?
La joven se tocaba con mucho cariño al vientre, no había duda. Aquella mujer estaba embarazada.
-¿Espera un bebé verdad?, si quiere podemos hablar en mi casa, allí estaremos mucho mejor-le dije dandole la mano y ayudandola. Ya que quría ayudar a aquella mujer, empezaba ha hacer algo de fresco ya que era estaba anocheciendo, en mi casa estaríamos mucho mejor.

Efectivamente aquel hombre era Gepetto, el famoso carpintero. Anzu sonrió al saber que había acertado y que no tendría que patear en exceso, pues sería malo tanto para ella como para su amada Grace. Y si le pasase algo a su niña no sabría que hacer. Tanto ella como Jefferson se estaban ocupando de que el embarazo fuese lo mejor posible para la niña. Era triste ver incluso que Jeff dejaba de comer algunos días para que ella pudiese hacerlo por las dos. Pero ahora no era como antaño, cuando podía coger aquello que quisiese cuando quisiese. Pero a cambio era feliz, algo que prefería a todo lo que el vampirismo o el dinero daban.

_ Soy Anzu, Anzu Stealer Novotny. Y sí, estoy esperando a una niña. La llamaremos Grace. Por eso he venido._ Le dijo, con una sonrisa en los labios. Se puso en pie y le siguió, sin dejar de acariciar su viente al sentir a su pequeña. Era toda una atleta, pues no dejaba de dar patadas. Comenzó a hablar mientras caminaba junto al carpintero, se la veía muy vivaracha, feliz._ Así que pensé que usted podría hacerle una cuna, y algunos juguetes.

Lo que no había pensado era en cómo podría pagárselos. Quizás tuviese que invertir todos los ahorros que le quedaban de cuando no era humana. Pero Jefferson no sabía que los tenía y quizás se preguntase de donde los había sacado. Se los había dado la Reina en persona, y no quería tener nada que ver con aquella mujer que tanto daño podía hacerle.

La joven se presento como Anzu y efectivamente estaba embarazada. Era muy bonito ver la sonrisa de una mujer tan feliz. Tenía mucha suerte de esperar un bebé, yo siempre había deseado tener descendencia. Pero por diferentes motivos en mi vida no pudo ser.

-¡Felicidades!, seguramente sea tan hermosa como su madre-le comente-Es un nombre precioso.
Entonces le sugerí ir a mi casa ya que no estaba muy lejos y además sería mejor lugar para hablar, en especial para la embarazada. Mientras caminabamos me comento que había pensado en mí para poder realizar una cuna y algunos juguetes para la niña.
-Sera un placer poder realizar tanto la cuna como los juguetes para su pequeña.-le comente justo cuando lleguemos a mi casa. Al llegar abri la puerta con una de las llaves, dejandole pasar a la joven madre. Al entrar puse leña en el fuego para calentar la estancia.
-¿Puedo frecerle algo para tomar?-le ofrecí mientras encendía la chimenea-¿Que tipo de juguetes quiere?-le pregunte, me gustaba conocer los gustos para hacer mi trabajo más detallado.

Shadow se sintió halagada de que la llamase hermosa, pues desde que era humana no lo oía tanto como antes. Salvo por supuesto de él, que se esforzaba en recordárselo constantemente y mimarla, en especial desde que estaba embarazada y necesitaba cuidados especiales. Pero aquello era distinto, tenía que hacerlo por sí misma porque iba a ser muy concreta y además era en parte una sorpresa para su marido. Y no quería que supiese lo de sus ahorros, y mucho menos de donde los había sacado.

_ Pues querría un móvil y una marioneta para que jugase. Las estrellas son importantes, quiero que mi hija las vea, que el móvil las tenga._ le informó, con un brillo infantil en la mirada, que destacaba en especial con una sonrisa de niña que la acompañaba._ Y me tomaría un vaso de agua si consiente, estoy agotada.

No le gustaba especialmente el té aunque lo tomase, era algo que en su patria de nacimiento ni existía y que por tanto ella no había conocido hasta mucho más tarde. Para tomarlo tenía que añadirle unas cantidades de azúcar que eran prohibitivas y que terminarían logrando que engordase hasta cotas inimaginables de seguir con ello, así que lo tomaba en contadas ocasiones.

Termine de encender la chimenea, quería que mi invitada se sintiera a gusto. Así que le pregunte si deseaba tomar algó, ella se decanto por un vaso de agua. Le ofrecí encantado el vaso de agua y además le ofrecí unas pastas que tenía para las visitas. No solía ser muy goloso así que no solía tener de normal dulces. Me senté a su lado mientras escuchaba con atención como quería los juguetes de la pequeña. Tome nota mentalmente, un móvil que contenga estrellas y una marioneta. El móvil lo tendría que hacer, pero sobre la marioneta tenía unas cuantas hechas. La verdad que las tenía hechas pensando en sí algún día tenia un hijo. Ultima mente hacía bastantes, me encantaba ver el brillo de los ojos de los niños que jugaban con ellas. El brillo de los ojos de Shadow reflejaban que sería una buena madre, era de admirar el cariño que tenía a su pequeña. A pesar de no haber nacido aún seguramente la pequeña ya le tenía mucho cariño a su madre.

Me levante mirando en un baúl que tenía al lado mientras comente a la madre con mucho cariño:
-Tomo nota, me esmerare mucho en mi trabajo, le haré un precioso móvil. Sobre la marioneta tengo algunas que las hice hace no mucho- saque las marionetas dejándolas en la mesa, había tres marionetas unas de ellas era en forma de un conejo blanco que portaba un pequeño reloj de bolsillo, otra era de una princesa con un hermoso vestido rosa y una tiara. Y la tercera era en forma de niño, esta le tenía mucho cariño ya que era el prototipo de marioneta que quería hacer pero de mayor tamaño con la madera del árbol mágico.-¿le interesa alguna de estas? o ¿prefiere que le haga alguna diferente?-le pregunte observando en especial la tercera marioneta.
-Sobre la cuna ¿como le gustaría que le hiciera?- Ya tenía en mente como hacer el diseño del móvil y estaba pensando en el de la cuna, pero quería saber la opinión de la madre para mejorar mi trabajo y hacerlo a su gusto. Este trabajo era muy importante para mí, ya que era muy especial. Aquella mujer se merecía lo mejor para su futura niña.

Cuando sacó las marionetas Anzu las observó, comprobando su realismo que llegaba a espantar. No en el sentido de que diesen miedo, ni mucho menos. Pero casi parecían estar vivas. daba la impresión de que iban a levantarse en cualquier momento y a comenzar a andar. Cuando le habían dicho que Gepetto era un gran artesano se habían quedado cortos. El labio le tembló, entre la emoción y la incertidumbre, pues ella buscaba algo más sencillo que aquello, y esperaba que el carpintero no se sintiese ofendido.

_ Verá, lo cierto es que había pensado en algo más sencillo. Yo quería una marioneta para vestir. Sería algo parecido a esto._ Dijo, sacando de entre los pliegues de su vestido un dibujo bastante detallado sobre una marioneta muy especial. Era un recuerdo, pues cuando ella fue pequeña, tantos siglos atrás, tuvo una similar. Era un muñeco muy especial que le había hecho su propia madre, y recordaba cada detalle y cada pliegue_ La cuna puede ser sencilla, pero ante todo segura. En este caso creo que lo mejor es ser práctica.

Sonrió un poco, tratando de que entendiese que no pretendía decirle cosas que ya sabía. Ella en sus años había hecho muchas cosas, pero la carpintería no es precisamente el oficio para un vampiro. Una astilla mal colocada podía ser muy desagradable. La madera era peligrosa para un ser como ella.

Al comentarme que estaba interesada en unas marionetas para su futura niña, le enseñe unas marionetas que tenía hechas. Al mostrárselas, la joven madre me comento que ella quería algo más sencillo. Entonces me mostró un dibujo de una marioneta, según me iba contando como la quería mi mente ya se estaba poniendo en marcha de como hacerla, Sería un trabajo muy sencillo y rápido de hacer. Guarde las marionetas en el baúl, tal como ella la quería sería más apropiado para una niña. Estas quizas le dieran algo de miedo. Al guardarlas en el baul, recorde a otras que tenía en mi habitación. Esas eran tambien muy especiales para mí, quien iba a decir que después de lo que me paso de niño me dedicase a esto.

En cuanto la cuna, como una buena madre me dijo que no le importaba lo sencilla que fuese sino que fuese segura. Eso era digno de admirar, una madre que se preocupase por la seguridad de su pequeña. Ya tenía en mente como hacer una cuna que fuera segura pero a la vez que fuese digna de una madre tan atenta.
Shadow era una madre digna de admirar, su sonrisa le daba un aspecto encantador. Seguramente sería una buena madre no cabía duda.
Le sonreí mientras le comentaba
-Seguramente sera una buena madre, no se preocupe me esmerare en hacer una cuna segura pero preciosa. La cuna tardare un poco más en hacerla, pero la marioneta y el móvil los puedo tener hechos en varios días- De la experiencia que había adquirido en estos años solía hacer el trabajo con rapidez. De todas formas me gustaba esmerar me en todos los detalles de cada trabajo. El móvil y la marioneta eran trabajos sencillos, así que no tardaría mucho en hacerlos. En cambio la cuna en especial quería diseñarla de manera que fuera lo más segura posible. Mientras hablaba con la joven empecé a dibujar el diseño de la cuna. El dibujo diseño de la cuna era de estilo victoriano, estaba dibujado con lineas finas pero bien definidas.
-No hay problema, sera un diseño sencillo de hacer. Así que no tardare mucho en realizarlo.

Al terminarlo se lo mostré a la joven:
-¿Que le parece?, si le gusta empezare con su encargo enseguida-le dije con mucho cariño. Este encargo lo iba a realizar con mucho cariño, ya que era especial para mí. Ver la cara de ilusión de aquella dulce madre era muy bonito.

Comprobó complacida que a su diseño le gustaba, y eso estaba bien. Tuvo que contenerse para no reír cuando le dijo que sería una buena madre. Quizás ahora fuese cierto, pero durante muchos años había considerado que sería la persona menos adecuada para tal papel. Ella había sido una asesina sin corazón, un ser al que temer y casi venerar. Pero ahora era humana, y sí que podía ser una buena madre. Es más, estaba decidida a conseguir serlo, para su Grace, y por Jefferson.

_ Me halagan tus palabras Gepetto, espero estar a la altura de lo que mi pequeña merece. Ella ya me ha colmado de felicidad y ni tan siquiera ha visto este mundo._ dijo, con una sonrisa en los labios. Era una suerte que no poseyese el don de la clarividencia para saber como se truncaría su vida tras aquello, cómo acabaría dejando a su hija sola con su padre y al final no volvería a verlos. Pero afortunadamente, nuestra historia no ha llegado aún a ese punto._ Y me gusta lo que has dibujado. No tengo ningún inconveniente con esa cuna, es una monada.

Ya empezaba a fantasear de nuevo con su bebé, con esa niñita a la que tanto iba a mimar mientras pudiese. Shadow no veía una vida ya sin ese bebé que tenía en su interior. Una niña a la que vería crecer y a la que podría educar y consentir, una joven reflejo de ella que amaría con locura.

Al mostrarle el diseño de como podría ser la cuna, pareció gustarle a la joven madre. Se veía que le gustaba no soló el diseño sino que fuera lo más segura posible para su pequeña. Sería una buena madre sin lugar a dudas. Le exprese a la joven madre mis opiniones, ella me dijo que le halagaba, pero seguía pensando que era una buena mujer.
-Me agrada que le gusten mis palabras. Pero no se preocupe, yo creo que sera una buena madre. La maternidad es algo que se aprendiendo poco a poco, ya vera como va conociendo más a su hija cuando nazca y poco a poco aprenderán la una de la otra. Aunque no soy la persona más ideal para comentarlo ya que yo no he podido tener descendencia. Pero estoy seguro que sera una buena madre. -le comente con una gran sonrisa animando a la hermosa joven. La verdad es que siempre había deseado tener un hijo para enseñarle mi oficio y poder aprender el uno del otro, tal como le había contado a Shadow. Mi paternidad era algo que tenía pendiente en mi vida, por ello salía todos los días al bosque en busca del árbol mágico. Con el podría realizar una marioneta de tamaño de un niño. Mediante la magia de aquel árbol, quizás cobrase vida. Tener un hijo era lo más hermoso en esta vida, por ello este encargo se había vuelto muy importante para mí. Quería hacer que esta hermosa joven fuese feliz junto a su pequeña.

-Tendré todo listo para dentro de una semana. Sí quiere me puede decir donde vive y en cuanto termine el encargo yo mismo se lo llevare.-Le comente con mucha ternura ya que no me parecía bien hacer volver a la joven madre en su estado.

Aquel hombre sabía lo que tenía que hacer y eso se percibía en sus palabras, en sus gestos. Además era muy amable y eso se percibía en él. Tenía buen corazón, y Anzu podía notarlo sin leerle la mente. Descubrió al recuperar su humanidad que algunos dones que creía sólo de los vampiros también existían en los humanos, aunque más bien fuesen intuiciones en lugar de dones propiamente dichos. Ella adoraba todo aquello, el calor humano, la capacidad de sentir cosas que aunque no eran más profundas si eran más significativas en todo su esplendor.

_ Para no serlo sabe usted bastante sobre el tema, me sorprende._ le dijo, pues no pensaba que ese hombre no fuese padre. De hecho pensaba que estaba solo porque sus hijos ya habían volado del nido, pues edad para ello tenía. Si bien ella era bastante mayor que aquel anciano, pero eso él no podía saberlo, pues la vampiresa era un secreto bien guardado._ ¿Usted desea ser padre, verdad? Lo noto en su expresión cuando habla del tema.

Y si lo quería, lo conseguiría, pues en el reino encantado aquello era posible. Todo era posible mientras se tuviese fe y la magia de su parte. Y seguro que aquel hombre tendría ambas cosas, pues tenía buen corazón y buena voluntad. Cuando le preguntó por su dirección no dudó en dársela.

_ Claro, le agradezco que quiera llevármelos a casa.

Era muy bonito ver las esperanzas y los ánimos de una madre tan joven y hermosa. Su sonrisa era la de una madre llena de esperanzas por su futura niña que pronto daría a luz. Ese día sin lugar a dudas sería uno de los más importantes de su vida. Hablando sobre el tema, ella muy perspicaz noto en mis palabras que deseaba tener un pequeño en mi vida. Era cierto, siempre tuve ese tema pendiente, cada noche le pedía a las estrellas que me bendijesen con un pequeño. Le sorprendió que supiera algo del tema, sin ser padre. La verdad es que siempre quise ser lo, pero la edad fue pasando sin que me pudiera dar cuenta.

-Muchas gracias, es muy amable. Sí, es cierto me encantaría tener un hijo al que enseñarle mi oficio. Pase la mayor parte de mí vida sin padres y sin familia a la que dar cariño. Así que me gustaría tener un hijo al que darle mi cariño.- le confesé, además de buena madre era muy inteligente, noto en mis palabras, mis deseos de paternidad. Desde que aquel día volví a casa y vi a mis padres transformados en marionetas, no volví a tener el calor y el cariño de una familia. Desde que oí hablar del árbol mágico nunca perdí la fe en encontrarlo, aún no lo había descubierto pero no perdía la fe de poder encontrarlo el día menos pensado.

Le pregunte por su dirección para poder llevarle en persona el encargo ya que no me parecía bien tener que hacer regresar a la joven madre. Era mi responsabilidad llevárselo, anote detrás del diseño de la cuna la dirección. De todas formas no se me olvidaría, tenía buena memoria.
-Como no tengo hoy muchos encargos, los dejare para realizar primero el suyo. Que es el más importante de todos los que tengo.- le dije con mucha cortesía y una gran sonrisa dedicada a la hermosa joven.

_ Estoy segura de que lo conseguirá. Ya sabe usted que la magia todo lo puede. Yo le deseo lo mejor, y confío en que logre su objetivo. Siempre que no pierda la fe podrá conseguirlo._ Le dijo, colocándose bien el sombrero sobre la cabeza. Ella había conseguido aquello que todos creía imposible, y si ella lo había hecho, el carpintero también podría hacerlo. Ella había roto una maldición que parecía irrompible, y él sería padre, estaba segura._ Para ser feliz basta con proponérselo y bastar bastante empeño. Con ello se puede conseguir cualquier cosa.

Ella también había perdido a su madre, por sus propias manos, lo cual era mucho peor. Recordaba como la había matado, como su negro corazón había sentido placer al hacerlo. Aquello la atormentaba más de lo que sería capaz de admitir para sí misma. Pero era el pasado, y ella ya no era esa mujer, no era esa vampiresa asesina. Ahora era Anzu, una mujer mortal y con un futuro brillante por delante.

_ Si eso es todo, creo que es mejor que vuelva a casa, Jefferson debe estar preocupado. Tiene que pasarse la tarde mimándome._ Dijo, con tono de falso sufrimiento, para luego añadir una risita. Adoraba a su marido y no podía evitar querer volver a casa con él. Se dirigió hacia la salida y cerró, pero antes añadió una última cosa._ Te deseo suerte.

Shadow era una mujer increíble, no soló sería buena madre sino que era una bellisima y dulce mujer. Su hija era muy afortunada de crecer en una familia que le daría tanto cariño. Me dio muchos ánimos mientra se colocaba bien el sombrero, era una mujer muy elegante.
-Muchas gracias, le agradezco los ánimos. No perderé la esperanza y la fé.- me sentía muy bien hablando con esta joven, llenaba de alegría mi hogar. Seguramente su hija la querría muchisimo, criar a un hijo parecía una tarea difícil pero seguramente ella sabría salir adelante. Se veía que tenía madera de madre, una madre no nace siendo lo sino que lo va siendo poco a poco. Pero ella era muy cariñosa y atenta, así que no había ninguna duda de que lo conseguiría.

Al comentarle que le llevaría a su casa el encargo decidió volver a su casa ya que su marido le estaría esperando para darle cariño. Se la veía muy enamorada por su manera de hablar de Jefferson, y de su sonrisa. Me gustaba ver la felicidad de los jóvenes, daban alegría a la vida.
-Espero que tenga un buen viaje de camino a su casa-le dije con mucho cariño y una sonrisa-igualmente, le deseo mucha suerte con la pequeña.

Al marcharse la joven me dirigí al taller. Pensando en aquella joven y futura madre cogí un trozo de madera y comencé a tallar la. Aquella talla comenzo a tener la forma de la marioneta que me había encargado. Trabajaría un rato antes de acostarme ya que la noche era joven todavía. A la mañana siguiente seguiría buscando el árbol mágico.