I Can see me in you... the best side of me (Zandramas)

Había deseado hablar con Zandramas desde que la segunda maldición se había roto. Teníamos una conversación pendiente. Me paseaba por aquella gran casa vacía, pasando las manos por los muebles. Hacía tiempo que no veía a Lexie, y era duro. Me sentía muy sola. Había tenido que aceptar que Shadow estaba con su marido, pero eso no significaba que fuese sencillo. Le había abierto mi corazón, y ahora dolía no tenerla conmigo. Mis ojos se posaron sobre el cartón de tabaco que había la mesilla. Lo cogí y sin más lo lancé contra la chimenea para mirarlo arder. No podía volver a caer, ya no.

Escuché la puerta, y me puse en pie. Tenía que ser ella. Entre nosotras había nacido algo especial durante aquel hechizo. Por primera vez, ella me había necesitado, había dependido de mí. Y yo le había demostrado que, realmente, la protegería si era necesario. ¿Cómo demostrárselo de otro modo, siendo ella mucho más poderosa que yo? Cuando abrí la puerta, y vi aquella melena dorada, mi expresión se relajó un poco. Sonreí un tanto, no pude evitarlo.

_ Zandramas. Me alegra que finalmente hayas podido venir. Vamos, pasa, ponte cómoda._ murmuré, cerrando la puerta tras de ella. Con Lexie había sido fácil. Pero con Zandramas era distinto. Había sido la causante de mucho dolor para ella, le había robado su identidad, le había dejado una marca imborrable de que una parte de ella siempre sería un reflejo de mí, y lo que era peor, la persona a la que yo había amado por primera vez, aquella con quien había compartido cama durante veintiocho, era la persona por la que ella quería vivir, la persona a la que quería proteger más que nada, su hermana. Me senté en el sofá y miré aquellos ojos. Su mirada que era capaz de llegar hasta el alma de las personas que atrapaba. Ni tan siquiera el propio Ra miraba así._ Me alegro de que al fin podamos hablar con calma.